"Es difícil porque la ceniza cae sobre las plantas y te afecta los ojos. Arde mucho", asegura Cecilia Hernández, una recolectora de uva en California. Uno de los pocos alivios es que la densa capa de humo que cubre el cielo está bloqueando los rayos del sol, por lo cual las temperaturas han bajado. Líderes campesinos dicen que esta contaminación se agrega a una larga lista de amenazas que enfrentan diariamente estos trabajadores esenciales.
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