Los legisladores estatales ya dieron luz verde a este proyecto, que solo espera la firma del gobernador Greg Abbott para entrar en vigor. Sin embargo, la iniciativa ha recibido el rechazo de un sector de la población que cree que no todas las personas tienen el equilibrio psicológico para portar un arma, ya que, según dicen, esto podría derivar en una ola de incidentes violentos.
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