El niño de 8 años se estaba ahogando por tener un dulce atorado y de inmediato sus padres llamaron al 911 para pedir ayuda. Tras varias maniobras los agentes lograron sacarle el caramelo que le impedía respirar. “Gracias al oficial Vega y a todos los oficiales”, expresó el menor.
Mira también: El drama de cientos de niños migrantes que viven en las calles de Los Ángeles.