Una mujer del condado de Fremont, en Iowa, confesó que cuando era niña ayudó a su padre a deshacerse de alrededor de 70 cuerpos en un pozo. La testigo asegura que durante 30 años el hombre secuestró y mató a trabajadoras sexuales y transeúntes, mientras que la policía admite que desde hace años existían rumores de un asesino serial en la zona.
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