Tras el fallecimiento de Melvin Ariel Calero, de 39 años, quien se encontraba bajo la custodia del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas en un hospital de Colorado, otros detenidos rompen el silencio, denuncian la falta de atención médica y acusan negligencia en el trato que recibió el nicaragüense, lo que también ha desatado la indignación de activistas.
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