Después de presentarse ante la Corte de Nueva York, Donald Trump regresó a su casa de Mar-A-Lago, en Florida, para dar un discurso ante sus seguidores. A pesar de ser advertido por el juez Juan Merchan de no hacer discursos incendiarios, el expresidente llamó criminal al fiscal de Manhattan Alvin Bragg y denunció ser un perseguido político, ya que supuestamente las acusaciones en su contra tienen como objetivo intervenir en las elecciones del 2024.
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