Una de las características que distingue a
Raúl de Molina es su sentido del humor, siempre bromeando y con una sonrisa en el rostro.
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Sin embargo, su vida no ha sido fácil, pues hatenido varias experiencias que lo marcaron.
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Raúl nació el 29 de marzo de 1959 en Cuba, pero por culpa del gobierno de Fidel Castro creció sin su padre. "Viví con mi mamá y mis abuelos, a mi papá lo habían metido preso en Cuba en el año 1959 cuando llegó Fidel Castro, era Capitán de la Marina de Guerra y después ya no lo pudo ver más hasta que era mayor", le confesó a Alan Tacher en Despierta América.
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"Lo visité en la Prisión de Isla de Pinos en dos o tres ocasiones con mi mamá. Él salió (de la cárcel) una vez, como un mes y lo recuerdo porque tengo un retrato de aquellos días con él en la playa. Pero lo acusaron de trabajar para la CIA y lo volvieron a encerrar. Estuvo veintitrés años preso, así que realmente nunca le conocí", reveló en entrevista para el Blog de Los Ángeles.
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Tuvo una vida nómada, pues su niñez la vivió en Cuba, pero a los 10 años se mudó a España, dejando en la isla caribeña a sus amigos. En Madrid vivió su adolescencia, ya que su madre consiguió un buen trabajo que hizo que Raúl estudiara en uno de los mejores colegios de la 'madre patria'.
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Pero fue en esa época cuando sufrió un gran dolor, ya que su madre decidió emigrar a los Estados Unidos: "Mi abuela, la mamá de mi mamá, quería venir para acá porque tenía una hermana que estaba viviendo en Miami. Yo no quería irme, me dio mucha pena, era muy feliz allí. Perdí a todos mis amigos, es lo que más me ha dolido”, recordó para el
Blog de Los Ángeles.
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"Mi esposa, cuando me casé con ella, ya tenía 34 ó 36 años, se hizo tratamiento (de fertilidad) casi por un año y salió embarazada de gemelos. Ella fue a hacerse una prueba donde sacan el líquido de los bebés para ver si están bien, le hicieron una cosa mal, cogió una infección y perdió los bebés. Yo tuve que ir a trabajar ese día y fue horrible", relató en
Despierta América.
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Pero ese trago amargo se desvaneció a los pocos meses: "En agosto de ese mismo año (1999), sin pensar en nada, nos fuimos de vacaciones, tomamos un crucero que salió de Roma o Grecia a Turquía. Cuando llegamos del crucero mi esposa estaba embarazada, sin hacerse un tratamiento y sin hacerse nada y nació Mia".
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El momento más difícil que ha vivido hasta el momento fue en el año 2005, cuando le diagnosticaron cáncer.
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"Me empieza un dolor en la espalda y me voy al hospital un día, me hacen un MRI y me encuentran que tengo un tumor en el riñón derecho que es del tamaño de la cabeza de una persona. La mujer que está ahí me dice esto es muy peligroso", reveló en Despierta América.
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Por fortuna uno de sus conocidos lo llevó por el camino indicado: "Un amigo mío, José Cancela, me pone en contacto con el doctor Mark Soloway, me dijo con una tranquilidad total: ‘tienes un tumor grande, se puede operar, no tienes nada de qué preocuparte, por favor tranquilo, te voy a operar'", recordó.
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Raúl fue atendido en el Centro Integral de Cáncer Sylvester, lugar donde su madre había sido tratada en la década de 1990 cuando le diagnosticaron cáncer de seno.
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El Gordo no tuvo que someterse a quimioterapia: "El cáncer mío gracias a Dios estaba contenido en el riñón derecho, no me tuvieron que dar quimioterapia ni otro tratamiento después de la operación".
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Un mes después de la cirugía Raúl regresó al show de manera triunfal, montado en una mini motocicleta.
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La muerte de su madre es otro de los sucesos que marcaron su vida para siempre, María de Molina fue diagnosticada con cáncer de mama a mediados de la década de 1990, afortunadamente logró vencer la enfermedad por un largo tiempo.
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Sin embargo, en la primera década del 2000 el cáncer regresó y por no ser detectado a tiempo falleció el 24 de junio de 2008: "Cuando se enfermó la última vez, ella tenía un dolor en la espalda y fue con los doctores que ya eran sus amigos, ella pensaba que se le iba a quitar, pero cuando le hicieron un ‘camscan’ se dieron cuenta de que el cáncer lo tenía en todo el cuerpo…".
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"[…] ella tenía miedo de meterse en la máquina y no quería, si mi madre se hubiera metido en la máquina le hubieran encontrado (el cáncer) y estaría viva", recordó con nostalgia en
Despierta América.