Con instrucciones en mano para armar muebles, Raúl de Molina mudó a Mia de edificio
El Gordo confesó todos los malabares que tuvo que hacer cuando su primogénita se cambió a un departamento sola: realizar compras, armar muebles, pegar aquellos rotos y confesó aquella labor en la que no pudo ayudar a su hija.
Con instrucciones en mano para armar muebles, Raúl de Molina mudó a Mia de edificio
El Gordo confesó todos los malabares que tuvo que hacer cuando su primogénita se cambió a un departamento sola: realizar compras, armar muebles, pegar aquellos rotos y confesó aquella labor en la que no pudo ayudar a su hija.