Se trataba de un partido de la liga mayor en Ohio, entre los Rojos de Cincinnati y los Gigantes de San Francisco, que se demoró unos 20 minutos mientras un par de apicultores retiraban a las abejas. Es la tercera ocasión que este tipo de insectos se apoderan del lugar, por lo que no faltaron las bromas acerca de que querían ser la nueva mascota.