Con la voz entrecortada, Elyangelica González contó cómo fue que una pequeñita de 11 años tuvo que hacerse la muerta para sobrevivir al tiroteo y decidió cubrirse con la sangre de sus compañeros de salón de clases en la Escuela Primaria Robb. Por otro lado, el desconsuelo crece por la muerte del esposo de una de las maestras fallecidas, quien no resistió el dolor de la pérdida.