Cuando un nutriólogo o especialista en nutrición te recomiende una dieta basada en tus necesidades, probablemente te hable del
cheating day, el cual es un día en el que te es permitido comer lo que realmente te apetezca y no lo que dice tu plan de alimentación, pero ¿realmente es bueno que lo tomes?
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Aunque en muchas dietas no está permitido, el
cheating day se utiliza con el fin de sorprender al cuerpo y liberarlo del pensamiento y presión de comer siempre lo mismo.
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Este día es como una recompensa por todo el esfuerzo realizado en la semana, pero aunque suene bastante bien, también tiene sus condiciones.
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Si llevas una dieta, tal vez te ha pasado que, mientras la sigues al pie de la letra, sientes una irresistible tentación por algún alimento que no está incluido.
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Y aunque la mayor parte del tiempo rechaces un pedazo de pizza o un chocolate, sigues teniendo las misma ganas, lo que en algunas ocasiones puede provocar que termines con tu objetivo de bajar de peso por caer en la tentación.
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Por eso y mucho más, el
cheating day existe, siempre y cuando sepas comer con mesura y medida.
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Muchas personas creen que este día fue inventado por la gente que no aguantan por mucho tiempo un plan de alimentación a manera de justificación por si fallan.
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Sin embargo, este permiso puede resultar muy positivo para tu cuerpo a la hora de querer perder peso.
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En un estudio realizado por la Universidad de Tufts, en Boston, se sometió a un grupo de personas a una dieta baja en calorías, dando como resultado que el 95% de los participantes que tenían tentaciones
alimenticias a la hora de realizar la dieta fueron las que más grasa bajaron.
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El punto no es que no puedas comer alguna comida que te guste o limitarte al máximo, sino que todo debe ser siempre con medida.
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Asimismo, la frecuencia con la que puedes tomar este día dependerá de qué rápido quieres cumplir tu meta. Se recomienda que máximo sea un
cheating day por semana, es decir, seis días de dieta y uno libre.
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Además, no significa que debas comer todo lo que se te ponga enfrente, sino moderar tu apetito. Quizá desayunar sano y por la tarde comer una hamburguesa o un platillo que no te permitirías en la semana.
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Asimismo, puedes ocupar el
cheating day en ocasiones especiales como un cumpleaños, reuniones familiares, etc. No tienes por qué sufrir cuando sales con tus amigas a un restaurante donde sirven comida deliciosa, así que disfruta sin temor alguno.