"¡Porque las mujeres tenemos el derecho de llevar los abrazos desnudos!". Con esa particular consigna se reunió este viernes en las escalinatas del Congreso, un grupo de mujeres demócratas miembros de la Cámara de Representantes que cansadas de los estrictos códigos de vestuario se vistieron con trajes y blusas sin mangas, una conducta que está señalada como “inapropiada”, según el código de vestido del recinto.
Protesta en el Capitolio: "¡Las mujeres tenemos derecho a llevar los brazos desnudos!"
Después de una reportera fuera sacada del recinto por llevar un vestido sin mangas, hoy se reunieron varias demócratas para hacerle eco a esta polémica y señalar cómo los códigos de vestido de la Cámara de Representantes resultan antiguos y caducos.


La representante Jackie Speier publicó la foto en Twitter agradeciéndole a sus colegas por haberse unido a la iniciativa.
Por su parte, la representanre Chellie Pingree lanzó otra contundente arenga: “Es 2017, las mujeres votan, trabajan y deciden qué ponerse. Es tiempo de que la Cámara actualice sus reglas para que refleje los nuevos tiempos”.
Esta particular encuentro en la que los brazos fueron protagonistas sucedió justo en medio de varias polémicas recientes que se han levantado ante el impedimento que ha mostrado la Cámara de Representantes para que algunas reporteras entren a la recinto cuando están con su brazos descubiertos o usando zapatos con la punta destapada.
El 6 de julio, K Tully McManus, editora de CQ Morning Briefing, denunció que una compañera reportera había sido retirada del Speacker´s Lobby (un sitio destinado para que los periodistas hagan entrevistas a los representantes) por llevar un traje sin mangas mientras estaba haciendo su trabajo. “Hace calor en Washington”, agregaba ante su denuncia. Kellie Mejdrich confirmaba: “Fui advertida de que la próxima vez tendría que retirarme del lugar”.
Para hacer eco a todas estas denuncias, el pasado miércoles 12 de julio, la representante Martha McSally hizo una broma justo antes de terminar su intervención: “Quiero señalar que estoy parada aquí con mi vestimenta profesional, que resulta ser justamente un traje sin mangas y zapatos de punta abierta”.
La intervención elevó la atención sobre la evidencia de que en pleno siglo XXI las mujeres tengan que justificar las maneras como van vestidas y los códigos de la elegancia sigan apegados a tradiciones estilísticas ya caducas.
Paul Ryan se vio avocado a responder ante la controversia anunciando que los códigos iban a ser revisados, no sin antes advertir: “El decoro es importante, sobre todo en esta institución. Tener un código de vestimenta para las cámaras y el lobby hace sentido”. El 23 de junio, Ryan ya había hecho una declaración recordando a los representantes que debían vestir adecuadamente.
Lo interesante es que este desorden civil que han declarado los brazos desnudos de las representantes y que recuerda imágenes de las misma Michelle Obama asistiendo a reuniones de estado enseñando sus torneados brazos, y claro, los de Ivanka Trump acompañando a su padre en conversaciones con mandatarios, podría ayudar a que los hombres también se liberaran de una tradición de formalidad que parece ir quedando en el pasado, la de llevar corbata y saco.
Aunque aún ninguna modificación ha sido anunciada formalmente, Paul Ryan dejó claro que “no hay nada que impida que se hagan modificaciones y actualizaciones a esos códigos”. Si las representantes demócratas llagan a la Cámara con sus vestidos sin mangas ¿se atreverían a sacarlas a todas?
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