Melania Trump lleva tres años usando el color opuesto al que usan las demócratas
Era fácil prever el color del vestido que elegiría la primera dama. Melania volvió a hacer lo mismo que hizo en 2017 cuando sus opositoras se vistieron de ese blanco, como lo hicieron este año: usó un contundente negro.
Con un guante en la mano izquierda y un traje de la marca inglesa Burberry de abotonadura militar, Melania Trump entró al Capitolio teñida toda de negro. Alejada de los colores vivos que alguna vez eligió Michelle Obama para esta ocasión, Melania Trump parece estar encasillada en sostener un juego con las mujeres demócratas que se basa en blancos y negros y en llevar el opuesto que las otras elijan.
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El asesor de estilo de la primera dama, Hervé Pierre, explicó que la decisión de estilo y de color apelaba a que estos tiempos no eran para tomarlos con poca seriedad, y que su traje parco era más bien un eco de lo que han significado para el presidente las recientes batallas políticas. Pero la elección de color parecía seguir un patrón anterior.
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Mientras tanto, las legisladoras demócratas se pusieron de acuerdo este año para vestir de blanco, el color que identificó a los movimientos sufragistas de principio de siglo. De este modo, buscar enviar un mensaje contundente de apoyo a las mujeres y, como lo dijo Brenda Lawrence, líder del Grupo de Mujeres Trabajadoras Demócratas, dejar claro que “aunque esta administración le ha cerrado sus ojos a las mujeres, nosotras haremos que nos vean”.
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Melania Trump, teniendo a su disposición una infinita paleta de colores, eligió el mutismo de un vestido negro.
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Un año antes, en febrero de 2017, Melania Trump hacía una elección completamente opuesta. Apareció en el Capitolio con un traje sastre pantalón de la marca francesa Dior completamente de blanco, que de nuevo tejía una narrativa opuesta a la que habían elegido las políticas opositoras de su marido.
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Eran los tiempos del movimiento #MeToo. Esta vez la estrategia erigida sobre los atuendos de las demócratas no apelaba a una referencia histórica, sino más bien a un sentimiento colectivo de indignación. "Al usar el negro para el discurso del Estado de la Unión, las demócratas nos estamos levantando
en solidaridad con las mujeres de toda la nación que gritan: ‘#Timesup’", dijo en su momento la demócrata Lois Frankel.
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En su momento la elección de Melania Trump levantó muchas críticas porque su apuesta no solo parecía imitar el traje emblemático usado por Hillary Clinton en la campaña presidencial, sino que además usaba el color que emblemáticamente habían usado las mujeres para levantarse contra el poder al que se oponen.
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Pero como si quedara lugar a dudas, el patrón se repitió en febrero de 2017, cuando el presidente Donald Trump hacía su primera intervención ante el Congreso. Melania Trump apareció por primera vez como primera dama y eligió un vestido del diseñador estadounidense Michael Kors en negro.
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Hace dos años, las demócratas aparecieron por primera vez en bloque, vestidas de blanco, para llamar la atención de lo presentes. Melania encarnó con su traje negro una absoluta oposición y dejó claro que ella no sería la cara amable ni blanda del gobierno del presidente.