El amor en el tiempo de los Trump no es como era en tiempos de los Obama

Mientras Barack Obama le dedicó un amoroso mensaje en Twitter a Michelle, el presidente Donald Trump parece más bien dejar pasar desapercibido el día de los enamorados. Aunque por estos días la Casa Blanca no parezca precisamente el refugio de unos amantes, sí que ha sido el recinto de grandes historias de amor.

Mientras Barack Obama desplega poesía en su Twitter hacia Michelle, Donald Trump decide pasar el día de San Valentín sin hablar, al menos en sus redes, al respecto. Dos manera de romance que se vio desde el primer día en el baile inaugural.
Mientras Barack Obama desplega poesía en su Twitter hacia Michelle, Donald Trump decide pasar el día de San Valentín sin hablar, al menos en sus redes, al respecto. Dos manera de romance que se vio desde el primer día en el baile inaugural.
Imagen Getty Images

No todos los amores son como los de Michelle y Barack Obama y no por eso, claro, dejan de ser amores. Pero después de que los estadounidenses vivieron 8 años acostumbrados a las públicas y genuinas declaraciones de afecto que se producían desde la Casa Blanca, no es de extrañar que algunos estén esperando algún gesto de cariño de parte del Presidente Trump en sus congestionadas redes para con su esposa Melania.

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Pero si están esperando un mensaje del tipo “Feliz día de San Valentín, Michelle Obama. Casi 28 años contigo pero siempre parece el primero”, que fue el que le dedicó el ex mandatario a su mujer hoy, la espera podría ser infinita.

Lejos de los mensajes emotivos y con altas dosis de dulzura que compartía Obama con su mujer, las declaraciones de afecto que se han intercambiado entre Donald Trump y Melania parece más prácticas, más formales y, cuando menos, protocolarias.

Revisando algunas de las entrevistas que dieron cuando eran simplemente una pareja de un hombre millonario con una hermosa modelo, no hablemos de las presiones del poder, se puede ver que ni siquiera en esos tiempos de inicio de su matrimonio el romanticismo era excesivo.

“Llevamos cinco años juntos y literalmente nunca hemos tenido una discusión, y olvídate de la palabra pelea. Somos muy compatibles, tenemos una gran relación”, confesaba Donald Trump en 2005 en el show de Larry King, después de haber contraído por tercera vez nupcias.

Cuando fue el turno de Melania, ella salió a defenderlo, incluso en tiempos en donde no parecía necesario: “Él no es un controlador, es un perfeccionista, somos iguales en la relación. Casarse con un hombre como él te implica saber muy quién eres”, para luego añadir “mi marido tiene un gran corazón, es leal, le gusta ayudar a la gente y tiene un gran sentido del humor”.

Las cosas se ponen menos amables en otra entrevista. “Bien, ella es increíble en la cama. A ella no le gusta que yo diga eso pero ella lo es”, confesó en 2005 Donald Trump en el show The Howard Stern en el que también advirtió que si Melania Trump sufriera un terrible accidente de carro y saliera lastimada en varias partes del cuerpo mantendría sus votos, con solo una pregunta antecediendo su afirmación: “¿Cómo lucen sus senos?”

Las manifestaciones de amor entre los Trump y los Obama fueron visiblemente diferentes durante la ceremonia de posesión presidencial del pasado 20 de enero.
Las manifestaciones de amor entre los Trump y los Obama fueron visiblemente diferentes durante la ceremonia de posesión presidencial del pasado 20 de enero.
Imagen Getty Images

Puede ser que comparar la relación entre Donald y Melania Trump con la de los Obama resulte un exceso, pero es verdad que en la Casa Blanca han prosperado otros verdaderos romances que hace que el electorado siempre esté esperando una cuota de romanticismo en el recinto oval.

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Es el caso de Nancy Reagan quien siempre aseguró que empezó a existir el día que conoció a Ronald Reagan, (juicio que también se le oyó a su marido) y quien a pesar de las críticas que le valió su papel de mujer tradicional en plena ola de feminismo se mantuvo siempre fiel y cercana a su amor por su marido.

"Un hombre no puede vivir sin su corazón y tu eres mi corazón de lejos la mejor cosa de mi y por eso indispensable”, le escribió alguna vez Reagan a su mujer.

Lo propio parecía pasar con Richard Nixon que antes de ser visto como corrupto, era un empedernido enamorado de su mujer. En la celebración de los 100 años del nacimiento de su esposa Pat, en 2012, muchas de sus cartas salieron a relucir y se podía leer: “Todos los días y todas las noches yo quiero verte conmigo”. “Vamos a cabalgar el domingo, vamos a un fin de semana en las montañas, leamos libros en frente de la chimenea, pero lo más importante, vamos a crecer juntos y encontremos la felicidad que sabemos es nuestra”.

Quizás Melania y Donald Trump no puedan ser los nuevos amantes de la Casa Blanca, simplemente porque ni siquiera viven juntos en ella.

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