Ceguera temporal o temblores de tierra: las cosas increíbles que el frío extremo puede provocar
Cuando el frío baja a temperaturas negativas en grados Fahrenheit, no solo las calles y las ciudades colapsan. Un frío tan poco habitual puede producir una sucesión de fenómenos inesperados que van desde temblores y sonidos de explosiones a causa del hielo, ruptura de tuberías y hasta la pérdida de visión.
Temblores de hielo Entre la media noche y el amanecer cuando las ciudades se silencian y el frío se intensifica se pueden oír duros estruendos provenientes de la tierra. No, no es el comienzo de una película de terror. Cuando el frío es muy extremo que incluso llega a menos 35 grados Fahrenheit, como ocurrirá en ciudades como Chicago esta semana, un raro fenómeno conocido como
‘temblores de hielo’ o ‘frost quakes’ puede ocurrir.
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Como la tierra está saturada de agua, ese líquido subterráneo se congela y empieza a expandirse haciendo que la tierra y las rocas choquen lo que produce movimientos y sonidos como si estuviera ocurriendo un verdadero temblor.
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Aunque en ciudades como Ontario, Canadá, los habitantes están acostumbrados a estos sacudones subterráneos, recientemente esa especie de detonaciones
causaron mucha sorpresa entre los habitantes de Indiana, quienes reportaron de manera sistemática estar oyendo sonidos que parecían disparos de armas o explosiones de líneas de gas. En realidad, estaban oyendo los sonidos de la tierra cuando las temperaturas caen tanto.
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Los sismos por congelación son extraños porque requieren de cambios radicales de temperaturas, como el paso de 5 grados a menos 20 grados, algo que no parece para nada descabellado por estos días ante la amenaza del arribo del vórtice polar a gran parte de Estados Unidos. Solo ocasionalmente estos temblores pueden resultar en pequeñas grietas en el suelo.
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Las burbujas de jabón se hacen cristales Los expertos han advertido que las temperaturas que se experimentarán en Chicago, Detroit y Minnesota pueden hacer que la piel humana
se congele con tan solo exponerla 10 minutos al intenso frío. En realidad, hay muchas cosas que tienen el poder de congelarse a esas temperaturas extremas. Las burbujas de jabón, por ejemplo, podrán ser sopladas al aire y antes de que toquen cualquier superficie y exploten
pueden convertirse en cristal. Las burbujas pueden formar patrones cristalinos que al romperse se parecerán un poco a la cáscara de un huevo roto.
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Si está muy frío afuera, como las temperaturas negativas que se están viviendo recientemente, las capas de moléculas jabón que encapsulan las moléculas de agua se cristalizarán en lugar de romperse “porque el aire dentro de la pompa de jabón se difunde más rápido si está caliente afuera, pero ese proceso es mucho más lento cuando hace frío así que no le da tiempo a la burbuja a romperse cuando ya está congelada”, le explicó Bryan Wunar, del museo de ciencias de Chicago
a National Geographic.
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Las tuberías pueden romperse inexplicablemente Cuando el agua subterránea se congela también se expande, lo que puede llegar a duplicar de manera intempestiva la fuerza que deben soportar las tuberías de 400 libras a 800 libras, ese cambio radical puede romper los ductos del agua sobre todo cuando tienen una grieta previa, lo que puede llevar a que exploten por la presión.
Sapos y tortugas congeladas que no mueren Las tortugas pintadas, especie propia del sur de Canadá y Estados Unidos, son unas estrellas del mundo animal vertebrado en mantener sus fluidos corporales en el frío extremo bajo cero. Esta especie incluso puede soportar la congelación parcial, sobreviviendo a una importante formación de hielo dentro de sus tejidos. A diferencia de otros animales estas tortugas no se resguardarán mientras la tormenta polar azota buena parte del país, más bien elegirán congelarse. Tampoco lo harán las ranas de madera, cuyo mecanismo para sobrevivir al frío básicamente es mismo.
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El corazón de estas ranas se detiene, todos los movimientos musculares y respiratorios cesan y hasta un 70% del cuerpo se congela (incluso el cerebro y la lente del ojo). Sin embargo, después de este extraordinario proceso de criogenización, cuando llega la primavera, las ranas se descongelan y vuelven a la vida.
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Puedes experimentar episodios de ceguera Cuando el cuerpo humano se ve sometido a temperaturas críticas, hay diferentes mecanismos que se activan para calentarnos. Lo primero es que tu presión arterial se disminuye. Cuando tu cuerpo enfrenta el aire helado, los vasos sanguíneos se contraen, limitando la cantidad de sangre que circula por la superficie de la piel, redireccionándola internamente. Por eso, es que las manos y los pies empiezan a sentirse más frío. En realidad, lo que está sucediendo es que el cuerpo está manteniendo caliente los órganos internos que resultan vitales.
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Sin embargo, cuando la exposición al frío extremo continúa y ni la baja presión arterial ni los temblores logran calentar el cuerpo, los vasos sanguíneos de los ojos se unen a las partes del cuerpo que reciben sangre de forma restrictiva para conservar energía, lo que puede llevar a una ceguera temporal.
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Pero en realidad, los expertos advierten que ni siquiera hay que estar al borde de la hipotermia para que el frío extremo devenga en una ceguera parcial. Como
lo dijo el doctor David Allamby del London Focus Clinc, el viento congelado y fuerte en contraste con la calefacción central se combinan para producir la tormenta perfecta para provocar la enfermedad de los ojos secos que puede traer disrupción en la vista, por lo que al kit de supervivencia del invierno no está mal agregarle unas gotas lubricantes para evitar esos episodios de vista borrosa.
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Las llantas parecerán pinchadas aunque no hayan perdido aire Durante el invierno extremo, el aire frío dentro de los neumáticos de automóvil se contrae, disminuyendo la presión del aire. Los mecánicos utilizan la regla de oro: por cada 10 grados Fahrenheit de frío, los neumáticos pierden 1 libra por pulgada cuadrada (PSI) de presión. Esta pérdida de presión hace que los neumáticos se aplanen ligeramente, dejando la parte inferior literalmente como un pancaque.
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Los meteorólogos suelen advertir que muchas personas inflan sus neumáticos que parecen pinchados sin darse cuenta de que la presión aumentará nuevamente una vez que el clima mejore. No es que hayan perdido aire, solo que el aire que está adentro se ha comprimido. En realidad están inflando demasiado sus neumáticos.