Una mujer entró a la habitación de su hija, de 25 años, y la encontró inmóvil y con manchas de sangre en el brazo izquierdo. La llevó rápidamente al hospital, pero la joven falleció.
Murió por la mordida de una serpiente, pero una investigación reveló que había sido un asesinato
La tragedia ocurrió en India, donde las mordeduras de serpiente son comunes. Sin embargo, el caso no quedó ahí porque la familia de la joven encontró detalles sospechosos y presentó una denuncia. Sus conjeturas resultaron ser correctas.

Su hermano encontró luego una serpiente cobra en la vivienda. Una autopsia confirmó la causa de muerte: la mordedura de una llamada 'cobra de anteojos' de India, muy venenosa.
La tragedia ocurrió en el estado de Kerala, al sur del país, donde las mordeduras de serpiente no son poco frecuentes. Sin embargo, el caso no quedó ahí porque la familia de la joven encontró detalles sospechosos y presentó una denuncia penal.
Las conjeturas de los familiares resultaron ser correctas, pues una investigación reveló que se había tratado de un crimen... y que el culpable era el esposo de la joven. Tras un juicio que concentró la atención nacional, el asesino fue declarado culpable y condenado a dos cadenas perpetuas por asesinato y otros cargos.

¿Cómo descubrieron que la mordedura de la serpiente había sido un crimen?
Según la sentencia, citada por CNN, el esposo, identificado como Kumar, antes de dormir le dio a la mujer, Uthra, un vaso de jugo que contenía sedantes. Y mientras ella dormía, él le arrojó una cobra que habría comprado a un manipulador de serpientes. Pero el reptil no la mordió y el hombre terminó agarrando a la cobra por la cabeza y clavando sus colmillos en el brazo izquierdo de su esposa, dos veces.
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Aunque pareció inicialmente un accidente, el hombre dejó cabos sueltos que hicieron que la familia sospechara y que luego los investigadores encontraran evidencias del crimen.
Tanto el ancho de las marcas de los colmillos como la posición de la mordida como el hecho de que la cobra entró presuntamente a la habitación por su cuenta, estando en un primer piso, con paredes lisas, levantaron sospechas de que no se trataba de algo accidental.
Los dos pares de marcas de los colmillos del reptil tenían un ancho de 0.9 y 1.1 pulgadas (2.3 y 2.8 centímetros) respectivamente, cuando el ancho típico de los colmillos de cobra es de entre 0.16 y 0.63 pulgadas (entre 0.4 y 1.6 cm), informó CNN, citando a los expertos en el juicio. Ese mayor ancho indicaba que la mandíbula superior del animal había sido presionada, como cuando se le ordeña para extraer su veneno.
La hora del día también levantó sospechas, debido a que el incidente ocurrió de noche y, según los expertos, después de las 8:00 pm las cobras suelen estar inactivas. Tampoco tienden a morder salvo que se le provoque o ataque.
Para probar sus teorías, los investigadores de la policía de Kerala llevaron a cabo un experimento filmado, en el que se arroja una cobra sobre una cama sobre un maniquí, por la noche. En el video se ve cómo la serpiente se desliza sobre la mujer varias veces, sin hacerle daño. Solo ataca finalmente un brazo de plástico con una pechuga de pollo atada, después de que se le provocara repetidamente con él.
Tampoco es frecuente que una serpiente que ataca en defensa muerda dos veces. También fue extraño que la mujer no se hubiese levantado gritando de dolor tras la mordida.
El hermano de la joven, tras matar a la serpiente, siguió el consejo de las autoridades y la enterró en un lugar marcado. Tras iniciarse la investigación se exhumó el cuerpo del animal para hacerle pruebas y descubrieron que tenía el estómago vacío, lo cual era un dato significativo, ya que una serpiente suele tardar siete días en digerir la comida, por lo que era evidente que el ejemplar llevaba más de ese tiempo sin comer, algo improbable en una cobra salvaje. O sea, se trataba de un animal que había estado todo ese tiempo en cautiverio.
Estos y otros elementos se usaron como evidencia contra Kumar, quien finalmente fue condenado.
El manipulador de serpientes testificó en su contra
La noche del crimen, Kumar permaneció despierto destruyendo la evidencia, como el vaso de vidrio y el palo que había usado para manipular a la serpiente. También borró su historial de llamadas, en donde aparecían sus conversaciones con el manipulador de serpientes al cual le había comprado el animal.
Al día siguiente del crimen, Chavarukavu Suresh, quien le había vendido la cobra a Kumar, leyó sobre la muerte de Uthra en el periódico. Cuando habló con Kumar, le preguntó por qué había hecho algo así y el hombre le respondió que ya no podía vivir con su esposa y que no le contara a nadie que le había vedido la serpiente, según el reporte de CNN.
De acuerdo con Suresh, Kumar pretendía que la muerte de su esposa pareciera el fruto de una "maldición de la serpiente", una supersitición india de Kerala que asegura que las cobras pueden llegar a maldecir a las familias que no las adoran.
Pero tras el arresto de Kumar, la policía llegó hasta Suresh, quien también fue arrestado. El hombre confesó haberle vendido esa y otra serpiente con anterioridad, pero aseguró que no tenía nada que ver con la conspiración. Finalmente fue indultado y luego testificó contar Kumar en el juicio.
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No era la primera vez que el hombre intentaba asesinar a su mujer con serpientes
La declaración del manipulador de serpientes permitió conocer que Kumar le había comprado antes otro ejemplar para usarlo como arma mortal contra su esposa. En ese caso se trataba de una víbora de Russell.
El hombre la puso en la escalera de su casa y le pidió a la mujer que le fuera a buscar su teléfono a la habitación del primer piso, esperando que la serpiente la atacara. Pero Uthra vio al animal y dio voces de alarma, con lo cual no tuvo éxito.
Entonces Kumar guardó la víbora en una bolsa de plástico y días después volvió a intentarlo, esta vez sedando a su mujer y también forzando a la serpiente a que la atacara. Esa vez tampoco éxito, ya que la mujer se despertó gritando y tuvo que llevarla al hospital. Allí dijo que la habían mordido mientras lavaba la ropa fuera de casa por la noche, lo cual la propia Uthra desmintió.
Al día siguiente, mientras la joven yacía en el hospital, Kumar siguió buscando sobre serpientes en internet en su teléfono, pero esta vez la búsqueda fue "cobra".
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Como resultado de aquella primera mordedura de una víbora, Uthra tuvo que pasar 52 días en un hospital y, cuando fue dada de alta, no podía caminar. Se fue a casa de sus padres a recuperarse, con una pierna vendada, en la que le habían tenido que poner injertos de piel.
Kumar no esperó y llevó a cabo su nuevo ataque, esta vez con una cobra, en la propia casa de los padres de la joven. Este fue el intento definitivo.
Un matrimonio arreglado y con interés económico
Kumar y Uthra se casaron en 2018. Ya en 2019 el hombre empezó a planificar el crimen. La joven tenía una discapacidad en el aprendizaje, por lo que su familia buscó un servicio de búsqueda de parejas para encontrarle un esposo que cuidara de ella. Finalmente encontraron a Kumar, quien aceptó una dote de 720 gramos de oro, un sedán Suzuki y 500,000 rupias (unos $6,700 dólares) en efectivo, contó CNN.
Al año de casados la pareja tuvo un hijo. Las cosas parecían marchar bien, pero los padres de Kumar fueron exigiendo cada vez más a la familia de Uthra y les pedían más gastos económicos, incluida, por ejemplo, la matrícula de un curso de MBA para la hermana del hombre.
Pero por más gastos que hacía la familia, que también le pagaba a Kumar 8,000 rupias al mes ($107) para que cuidara a Uthra, él seguía insatisfecho con la discapacidad de la joven, y terminó planificando su muerte.
Las serpientes venenosas empleadas como armas para un crimen
La de Uthra no es la primera muerte por mordedura de serpiente con una acusación por asesinato.
La compra de serpientes venenosas a manipuladores o encantadores de serpientes para usar a estos reptiles como arma homicida es "una nueva tendencia" que "se está volviendo común en Rajasthan", según dijo el juez Surya Kant en la audiencia de fianza, de acuerdo con el canal local NDTV.
Entre el 2000 y el 2019, 1.2 millones de personas en India murieron por mordeduras de serpientes, según la Organización Mundial de la Salud.
El 99.9% de esos casos se consideran "accidentales" pero según un investigador de la muerte de Uthra, "no sabemos cuántos de esos casos podrían haber sido asesinatos, que se hicieron pasar por un accidente".
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