Cuidados intensivos en una biblioteca: así expande España su capacidad de atención médica por el coronavirus (fotos)
Un hospital del noreste de España, sobrepasado por la cantidad de enfermos de covid-19, decidió utilizar su biblioteca para instalar una unidad de cuidados intensivos adicional. Los libreros se quitaron para hacerle espacio a 20 camas, ventiladores mecánicos y otros equipos médicos para salvar más vidas. Vea aquí nuestra cobertura del coronavirus
El personal médico atiende a un enfermo de covid-19 en una unidad de cuidados intensivos provisional que se instaló en la biblioteca del hospital Germans Trias i Pujol en Badalona, al noreste de España. La institución debió adaptar este espacio para aumentar su capacidad de atender a la gran cantidad de enfermos de covid-19.
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Felipe Dana/AP
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Desde afuera, la improvisada unidad de cuidados intensivos no se parece en nada a una biblioteca. Las estanterías se quitaron para hacerle espacio a 20 camas de hospital, respiradores mecánicos y una variedad de equipos médicos después de que la unidad de cuidados intensivos original se saturó de pacientes contagiados con el coronavirus.
Felipe Dana/AP
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La unidad de cuidados intensivos original del hospital Germans Trias i Pujol, sobrepasada por la cantidad de enfermos. Debido a la escasez de trajes protectores de cuerpo completo en España, los médicos reutilizan mascarillas y cubren las batas quirúrgicas con delantales de plástico.
Anna Surinyach/AP
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En la biblioteca la mayoría de los pacientes están intubados y conectados a respiradores; aproximadamente la mitad han sido colocados boca abajo para aliviar la presión sobre sus pulmones y ayudarles con su respiración.
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Aunque la tasa de infecciones comienza a estabilizarse en España, a diario registra un número récord de muertes. El dos de abril estableció una nueva marca: 950 fallecimientos en 24 horas. Hasta el momento de esta publicación habían muerto más de 13,000 personas en este país debido al coronavirus.
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Los pacientes en esta unidad de cuidados intensivos improvisada probablemente pasen semanas en el hospital antes de que su batalla con el virus se gane o pierda. Luchan por su vida sin la compañía de sus seres queridos, que no pueden ir a visitarlos.
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Los médicos y enfermeras están separados del resto del hospital por un vidrio. Los que están fuera se comunican con los que se encuentran en el interior usando radios y así se transmiten el progreso de los pacientes y otros detalles.
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Una reunión de médicos fuera de la unidad de cuidados intensivos, el 1 de abril. Cuando terminan su turno atendiendo a los más graves, comienza el laborioso proceso de abandonar las unidades de cuidado intensivo. Salen por una puerta designada y se quitan su contaminada armadura, una pieza a la vez. Las gafas van a un recipiente, las batas a otro. La capa exterior de guantes y delantales se tira a la basura.