Salud Mental
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Ante el debate sobre la lucidez de Trump, recordamos los problemas de salud mental de 7 presidentes anteriores
Tienen en sus manos el poder de cambiar el curso de la historia desde la oficina oval: por eso su psique es un asunto de interés público. Desde que Trump asumió el mandato, muchos se han preguntado si se encuentra en su sano juicio. De hecho, una psiquiatra aseguró recientemente que "se está desmoronado por el estrés". La historia demuestra que la preocupación por la cordura del presidente es legítima y ha rondado durante siglos en la Casa Blanca.

Pensar que algunos presidentes podrían no haber estado en su sano juicio al tomar decisiones trascendentes es, cuando menos, inquietante. Pero todo apunta a que ha ocurrido con más frecuencia de la que políticos e historiadores a veces quisieran admitir.
Getty Images/Scott Olson
Eso es lo que concluyó un estudio realizado por la Universidad de Duke en 2006 en el que se pidió a varios psiquiatras analizar la data biográfica de 37 presidentes estadounidenses (desde George Washington en 1776, hasta Richard Nixon en 1974). Sorpresivamente, llegaron a la conclusión de que casi la mitad de ellos (49%) padecieron desórdenes psiquiátricos (diez durante su mandato).
Pete Souza/The White House
Desde 1964, la Asociación Estadounidense de Psiquiatría prohíbe a sus miembros opinar sobre la salud mental de funcionarios electos o candidatos a la presidencia. Sin embargo, otros renombrados especialistas y académicos que no pertenecen al grupo suelen realizar evaluaciones, analizar síntomas y opinar.
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Abraham Lincoln batalló contra la depresión clínica toda su vida y se cree que incluso llegó a contemplar el suicidio en varias oportunidades, pero los historiadores coinciden en que eso nunca obnubiló su juicio o se interpuso en su carrera política.
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Según los psiquiatras que participaron en el estudio de la Universidad de Duke, Lyndon Johnson padecía de desorden bipolar. Su asistente personal luego publicó un libro en el que relató que el comportamiento del presidente a veces era “atemorizante” y que incluso daba señales de paranoia.
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Otro que según el análisis de Duke ha podido sufrir de desorden bipolar con cambios de humor extremos fue Theodore Roosevelt. Para el psicólogo Guy Winch, el que Roosevelt haya emprendido una expedición de dos años hacia el Amazonas (durante la cual tres personas fallecieron) sugiere un patrón maníaco. El escritor Mark Twain aseguró que el político estaba “claramente loco”.
Hulton Archive/Getty ImagesRichard Nixon tenía problemas de dependencia al alcohol y ataques repentinos de ira. Se dice que en 1970 luego de la reacción hostil del público ante los bombardeos a Camboya, consultó a un psicoterapeuta que lo catalogó como “neurótico”. Varios autores han asegurado que para mejorar sus estados de ánimo, llegó a tomar una droga llamada Dilantin que tiene severos efectos secundarios como confusión, pérdida de la memoria y que afecta la función cognitiva. También se rumorea que una vez ordenó un ataque nuclear contra Corea del Norte, pero que Henry Kissinger advirtió al Alto Mando esperar a que Nixon estuviera sobrio para confirmar la decisión que luego no se ejecutó.
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Ronald Reagan sufrió de Alzheimer, que no es un trastorno psiquiátrico pero sí que causa síntomas que afectan la salud mental, como depresión, ansiedad y alucinaciones. Aunque no queda claro si ya la sufría cuando fue presidente, su hijo Ron Reagan contó en su libro que el mandatario sí mostro señales de demencia en la Casa Blanca. Un artículo publicado en The New Yorker también reportó que varios asesores estaban tan preocupados por su lucidez, que consideraron invocar la 25va enmienda de la Constitución, que llama al vicepresidente a tomar el lugar del presidente si este se encuentra incapacitado.
Wikicommons
Woodrow Wilson tuvo síntomas de depresión durante su mandato. En 1919 sufrió un accidente cerebrovascular que, según se dice, lo dejó incapacitado, pero todo se mantuvo en secreto. Historiadores luego descubrieron que su esposa asumió parte de sus labores en la presidencia.
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