'Manos, pies, boca': todo lo que debes saber sobre esta enfermedad tan común en la infancia
Si tu hijo está en la guardería es muy probable que la contraiga alguna vez durante sus primeros tres años de vida. Te contamos cómo identificarla y qué esperar ante el diagnóstico.
La enfermedad de manos, pies y boca (HFMD por sus siglas en inglés y también conocida como Coxsackie virus) es muy común en bebés y niños pequeños (habitualmente menores de 3 años) que todavía no tienen inmunidad contra los virus que la causan.
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Su síntoma más característico es un sarpullido que no pica, de puntitos rojos en la palma de las manos y los pies, y a veces en las rodillas, codos, nalgas o el área genital. También dolorosas llagas en la boca que normalmente comienzan como puntitos rojos planos.
Centros para el Control y Prevención de Enfermedades
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Muchas veces se confunde la enfermedad de Manos, pies, boca con dolores derivados de la dentición en bebés, dolor de garganta o
infección de oído.
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Además, puede haber fiebre, pérdida de apetito y malestar, aunque hay quienes (especialmente adultos) no tienen síntomas.
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Los síntomas aparecen por etapas y no siempre se presentan todos. Por lo general, la enfermedad no requiere tratamiento específico y simplemente se debe esperar que el virus corra su curso.
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La fiebre y el dolor se pueden controlar con medicamentos de venta sin receta, como acetaminofén o ibuprofeno. Es importante darle a los niños
mucho líquido. Las llamadas 'popsicles' también pueden mitigar el dolor en la boca.
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La mayoría de los niños se recupera en un plazo de 7 a 10 días. En raras ocasiones puede haber complicaciones como
neumonía, meningitis o encefalitis.
Chrissy y Larry Corbitt
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Los virus que causan esta enfermedad se transmiten mediante los besos, al compartir vasos y cubiertos, al estornudar o toser y/o al entrar en contacto con superficies contaminadas.
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Su fase más contagiosa es durante la primera semana.
Una vez que la fiebre remite y está ausente por dos días la persona ya no puede pasar la enfermedad a otros, aunque hay quienes siguen transmitiéndola a pesar de ya no tener síntomas.