Según una fiscal en Michigan, Jennifer y James Crumbley, padres de Ethan Crumbley, habrían contribuido a que se ejecutara el tiroteo, ya que días antes de la balacera compraron un arma y el día de la tragedia no revisaron la maleta del joven y dejaron que regresara a clases, a pesar de haber sido alertados sobre comportamientos preocupantes por parte del adolescente. A los familiares del menor se les presentó cargos por homicidio involuntario.