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Gracias, pero no: atletas de primer nivel que rechazaron la invitación de la Casa Blanca
Es una tradición en Estados Unidos que los atletas amateurs y profesionales sean invitados a conocer al presidente después de alcanzar grandes logros, una costumbre que para muchos significa un verdadero honor patriotico. Sin embargo, especialmente en los años más recientes, varios atletas de primer nivel se han negado a ir a la Casa Blanca y algunos han manifestado con esto sus posiciones políticas. Esto son algunos de los más significativos.

Sean Doolittle, de los Nationals de Washington. El beisbolista dijo que no atendería la invitación de Donald Trump a la casa Blanca luego de la victoria de su equipo en la Serie Mundial en octubre de 2019. "Hay muchas cosas con las que no estoy de acuerdo, pero al final del día tiene más que ver con la retórica de la división, las teorías conspirativas y el aumento de la división en el país", dijo Doolittle en una entrevista con The Washington Post. "Aunque quisiera compartir mi experiencia con mis compañeros de equipo, no puedo hacerlo", agregó. Varios de los jugadores no asistieron al evento en la casa Blanca el 4 de noviembre de 2019.
Michael Reaves/Getty Images
Megan Rapinoe, estrella de la selección femenina de futbol. “No voy a ir a la maldita Casa Blanca”, respondió la atleta cuando le preguntaron si aceptaría una invitación del presidente Trump si ganaban la Copa Mundial en 2019. “¡Megan debería GANAR primero antes de HABLAR! ¡Termina el trabajo! Aún no hemos invitado a Megan ni al equipo, pero ahora estoy invitando al EQUIPO, gane o pierda ", le respondió el presidente vía Twitter. El equipo ganó el campeonato mundial y no fue a la Casa Blanca.
Seth Wenig/AP
Los Golden State Warriors, ganadores del campeonato de la NBA en 2017. "La Casa Blanca es un gran honor, pero hay otras circunstancias que hacen que no nos sintamos cómodos para ir", dijo el jugador Klay Thompson refiriéndose a los jugadores afroamericanos criticados por Trump cuando se arrodillaron durante el himno nacional al principio de los partidos. Después de esto el mandatario declinó la invitación vía Twitter y el equipo celebró su campeonato en el Museo Nacional de Historia y Cultura Afroamericana.
Ezra Shaw/Getty Images
Los Philadelphia Eagles, ganadores del Super Bowl en 2018. Luego de la victoria, varios jugadores del equipo dijeron que no irían a la Casa Blanca y Trump otra vez tuiteó la cancelación del evento. Jim Kenney, alcalde de Philadelphia, declaró que la decisión de Trump "prueba que nuestro presidente no es un verdadero patriota sino un frágil ególatra obsesionado con el tamaño de la multitud, y teme la vergüenza de organizar una fiesta a la que nadie quiere asistir".
Christian Petersen/Getty Images
Carlos Correa y Carlos Beltrán, jugadores puertorriqueños de los Astros de Houston. Cuando el equipo ganó la Serie Mundial en 2017, los boricuas no asistieron a la invitación del presidente Trump. Según The New York Times, Beltrán declaró que su decisión no tuvo nada que ver con el presidente, pero agregó que estaba "decepcionado" con la respuesta del gobierno federal a la emergencia que dejó el huracán María en Puerto Rico.
Bob Levey/Getty Images
Braden Holtby, jugador de los Capitals de Washington. El portero de los campeones de Hockey de 2018 no aceptó la invitación de la Casa Blanca y dijo que quería "mantenerse fiel a mis valores". Otros jugadores del equipo tampoco asistieron al evento.
Patrick Smith/Getty Images

Tom Brady, jugador de fútbol americano. El mariscal de campo de los Patriots de Nueva Inglaterra no asistió a la invitación a la Casa Blanca cuando fue invitado en 2017, luego de ganar el Super Bowl. Además de Brady, otros jugadores también siguieron su ejemplo y sólo un grupo relativamente pequeño se reunió con Trump. En 2015, durante el mandato de Obama, Brady tampoco fue a la Casa Blanca. Dijo entonces que tenía un “compromiso familiar”.
Will Newton/Getty Images
Matt Birk, jugador de los Ravens de Baltimore. La estrella del fútbol americano se negó a ir a la Casa Blanca cuando su equipo ganó el Super Bowl en 2013. “Soy católico, estoy activo en el movimiento pro-vida y sentí que no podía lidiar con eso ", dijo Birk, en referencia al apoyo de Barack Obama a Planned Parenthood. "No podría respaldar eso de ninguna manera", agregó.
Rob Carr/AP
Tres jugadores de los Dolphins de Miami de 1972. En 2013, Obama honró a los miembros del equipo que hizo una hazaña histórica 41 años antes: no perder un solo juego en la temporada. Jim Langer (a la derecha) dijo que no quería “estar en una habitación con esas personas y pretender que lo estoy pasando bien. No puedo hacer eso". Manny Fernández (al centro) declaró que "mis puntos de vista son diametralmente opuestos a los del presidente. Ya es suficiente. Dejémoslo así”. Bob Kuechenberg expresó que "simplemente no creo en esta administración en absoluto. Así que no me siento identificado. Cualquier persona de la izquierda o de la derecha debe respetar la opinión de un hombre".
AP
Albert Pujols y Tony La Russa, de los Cardinals de St Louis. Cuando el equipo se impuso en la Serie Mundial de 2011, ni Pujols, jugador (a la derecha en la foto), ni La Russa, el manager del equipo, atendieron la invitación de Obama a la Casa Blanca. Ninguno de los dos dio una explicación.
Rick Bowmer/AP
James Harrison, de los Steelers de Pittsburgh. Este jugador de fútbol americano rechazó dos veces las invitaciones a la Casa Blanca después que su equipo ganó el Super Bowl. La primera en junio de 2006 cuando fueron honrados por el presidente George W. Bush y nuevamente en mayo de 2009 con Obama. "No siento la necesidad de ir, en realidad", dijo Harrison a una estación local de Pittsburgh. "No siento que sea tan importante para mí", recalcó.
Keith Srakocic/AP
Tim Thomas, jugador de los Bruins de Boston. La estrella de Hockey se negó a ir a la Casa Blanca de Obama después de que su equipo ganó las finales de la Copa Stanley 2011. "Creo que el gobierno federal se ha salido de control", dijo Thomas en un comunicado. “Hoy ejercí mi derecho como ciudadano libre y no visité la Casa Blanca. No se trató de la política o el partido, ya que, en mi opinión, ambas partes son responsables de la situación en la que estamos como país”, explicó.
Jamie Squire/Getty Images
Ozzie Guillén, ex jugador y manager de Grandes Ligas. El manager venezolano, amigo del fallecido líder izquierdista Hugo Chávez, no asistió a un encuentro con el presidente George W. Bush cuando los Medias Blancas de Chicago ganaron la Serie Mundial en 2005. Sin embargo, aceptó la invitación al programa de radio de Chávez, quien lo homenajeó por la victoria en Venezuela.
Jamie Squire/Getty Images
Mark Chmura, de los Packers de Green Bay. Cuando su equipo de fútbol americano ganó el Super Bowl en 1996, Chmura (a la derecha en la foto) no asistió a la fiesta que ofreció Bill Clinton en la Casa Blanca. Alegó que no fue porque tenía un partido de golf, pero cuando estalló el escándalo de Monica Lewinsky dijo: "Lo supe todo el tiempo (...) realmente no dice mucho para la sociedad y la moral lo que (Clinton) muestra a nuestros hijos".
Mark Dunca/AP
Tom Lehman, golfista. Este jugador formó parte del equipo de la Copa Ryder de EEUU en 1993 y se negó a acompañar a sus compañeros cuando Clinton los invitó a Washington. Lehman dijo que el mandatario era un "asesino de bebés que evitó el servicio militar", según reporte de la agencia AP.
Dave Culkin/AP
Michael Jordan, leyenda del baloncesto. En octubre de 1991, el jugador de los Bulls de Chicago decidió pasar tiempo con su familia en lugar de reunirse con el presidente George H.W. Bush en la Casa Blanca. "Como saben, mis horarios han sido muy agitados. Ustedes me han visto, he estado en todas partes y porque elijo tomar mis tres días privados en algún lugar, nadie puede juzgarme", dijo, según un reporte citado por The Washington Post. "¿Cómo puedo faltarle el respeto al presidente cuando elijo pasar tiempo con mi familia?", agregó.
John Harrelson/Getty Images