El esplendoroso fenómeno ocurre cuando la fase de luna llena coincide con el momento de mayor cercanía del satélite a la Tierra en el año. Esto se da porque, debido a las órbitas elípticas que sigue la luna alrededor de la Tierra, a veces el satélite está más lejos o más cerca. La cercanía hace que el satélite terrestre parezca hasta un 14% más grande y un 30% más brillante que de costumbre. Si te la perdiste este 1 de enero de 2018, el 31 de este mes tendrás la oportunidad de volver a verla.