Un mundo que se hunde. Samuel tiene apenas 10 años de edad, pero responde con claridad cuando se le pregunta cómo afectará el cambio climático a nuestro planeta: el nivel del agua aumentará tanto que la gente que vive cerca del mar tendrá que pedir ayuda. ¿A qué se debe esto? Samuel mira con seriedad y contesta: "A la extrema contaminación". Crédito: Irene Baños Ruiz/ Kids4Climate/ DW
¿La última puesta de sol? A Daniel (7 años) le gusta contemplar el sol. Pero teme que pudiera no existir ya dentro de 50 años. Tiene la esperanza de que quizás cambie solo levemente: en ese caso, los amaneceres y las puestas de sol seguirán siendo hermosamente coloridas. Entretanto, Daniel insta a sus padres a reciclar más. A fin de cuentas es su futuro el que está en juego.
Crédito: Irene Baños Ruiz/ Kids4Climate/ DW
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El smog de los autos voladores. En el futuro habrá autos voladores, pero serán tan contaminantes como los de hoy en día. Debido a la polución, el cielo será más gris que azul. La gente ha olvidado cuán importante es la naturaleza y los últimos árboles serán derribados. Según Paloma, de 10 años, para que eso ocurra no será siquiera necesario esperar 50 años, sino solo 15. Crédito: Irene Baños Ruiz/ Kids4Climate/ DW
Huyendo del calor. Emma (7 años) viajó hace poco por el Sudeste Asiático con su madre. Quedó encantada, salvo por el calor. Por su madre se enteró de que la temperatura sube cada año en la Tierra. No sorprende que imagine así a nuestro planeta en el futuro: el sol quemará casi todo y la gente tendrá que abandonar la Tierra, en cohetes espaciales, por supuesto. Crédito: Irene Baños Ruiz/ Kids4Climate/ DW
Un nuevo hogar en Marte. Vivir en otro planeta: eso es lo que imagina Linus (12 años). Concretamente, en Marte. Piensa que dentro de 50 años la Tierra se habra sumido en un caos tal, que tendremos que buscar un lugar mejor. Pero los seres humanos también lo echaremos a perder todo en Marte. ¿No hay muchas esperanzas para el futuro, Linus? "Bueno, todavía podríamos frenarlo". Crédito: Irene Baños Ruiz/ Kids4Climate/ DW
La tecnología del futuro. Yann (12 años), cree que la naturaleza apenas tendrá importancia en el futuro. Pero para él no es grave, ya que entonces tendremos la tecnología más moderna y muchas "cosas voladoras". Así imagina nuestro planeta en 50 años: un paisaje con infraestructura moderna y máquinas revolucionarias. Crédito: Irene Baños Ruiz/ Kids4Climate/ DW
La huella de carbono. Astrid (6 años) tiene una idea bastante abstracta de la Tierra: los ríos fluyen, el aire fluye, la gente se desplaza. Todos se mueven en la misma dirección y se ven enfrentados al mismo peligro: una gigantesca "huella (de una mano) de carbono". Astrid escuchó hablar en su colegio de la "huella de carbono" y sabe que, cuanto más grande sea, peor se pone el asunto. Crédito: Irene Baños Ruiz/ Kids4Climate/ DW
Hora de actuar. No todas las obras tienen una única interpretación. En este caso, Miguel (10 años) ofrece dos opciones. El robot podría representar el cambio climático, en cuyo caso, nuestra suerte estaría echada. La otra lectura posible: la inteligencia artificial escapa de control y se vuelve más fuerte que nosotros. Tampoco es una perspectiva muy favorable. Como sea, es momento de hacer algo. Crédito: Irene Baños Ruiz/ Kids4Climate/ DW
Tragedia en la Tierra. Judith (7 años) se pone muy seria al hablar del futuro de nuestro planeta. Está convencida de que todos podríamos estar muertos en 2067, inclyendo las mascotas. Los extraterrestres tendrían entonces oportunidad de conquistar la Tierra. Solo por si acaso no ocurriera así, Judith no quiere dilapidar los recursos naturales y utiliza por ambos lados las hojas de papel para dibujar. Crédito: Irene Baños Ruiz/ Kids4Climate/ DW