No todas son malas noticias para el periodismo mexicano
“Hay un creciente grupo de reporteros de investigación independientes que se arriesgan a exponer casos de corrupción pública demasiado extremos y bien documentados para ser ignorados”

Puede parecer extraño hablar de buenas noticias con respecto al periodismo mexicano.
Otro periodista fue asesinado recientemente en el estado de Veracruz, en la costa del Golfo, el tercero en el país en tres meses. Este año está en camino de ser –como 2017– uno de los más mortíferos para México, que el año pasado fue el país sin guerra más peligroso para los periodistas en el mundo.
En general, la violencia y el hostigamiento gubernamental contra la prensa solo empeoran.
Pero hay un punto que vale resaltar: el pequeño pero creciente grupo de reporteros de investigación independientes que se arriesgan a exponer casos de corrupción pública demasiado extremos y bien documentados para ser ignorados. Con el nivel desalentador de impunidad del país, la mayoría de estas denuncias no son judicializadas. Pero están siendo juzgadas y ganadas en el tribunal de la opinión pública.
“El periodismo independiente en México se está profesionalizando rápidamente, impulsado por periodistas motivados, talentosos y rigurosos”, dijo Jan-Albert Hootsen, corresponsal en México del Comité para la Protección de Periodistas, aunque agrega que la situación general continúa siendo muy grave. “La gente está más consciente de la corrupción en este momento... el tribunal de opinión pública está mejor informado”.
Armados con nuevas leyes de transparencia y una mejor capacitación, los periodistas mexicanos crean proyectos y rastrean minuciosamente documentos que muchos aún no se dan cuenta de que son parte del Registro Público. Los reporteros publican sus entrevistas y documentos de respaldo en internet, dando al público y otros medios la oportunidad de ver la evidencia de primera mano.
“Lo que ha cambiado muchísimo son las herramientas”, dice Alejandra Xanic von Bertrab, quien ganó un Premio Pulitzer documentando los sobornos masivos pagados por Walmart México para construir a voluntad y acorralar el mercado de las tiendas de descuento. “De pronto tienes un portal en el que puedes buscar en qué cárcel está un detenido federal, o saber el dueño de un número de placa de un camión que chocó en la autopista, o ver contratos de una empresa, o usar una base de datos nacional de negocios, empresas, accionistas… antes era un hoyo negro”.
Éste es un cambio radical con respecto al pasado, cuando la prensa estaba controlada principalmente por el gobierno bajo el PRI. Sus primicias noticiosas de investigación eran grabaciones o documentos filtrados por políticos para difamar a sus opositores.
En una investigación reciente, Xanic y sus colegas del consorcio informativo de investigación Quinto Elemento Lab revelaron un testimonio jurado de que el gigante de la construcción Odebrecht pagó 10 millones de dólares en sobornos a Emilio Lozoya, exjefe de la compañía petrolera estatal, Pemex durante el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto.
Otro grupo de reporteros de investigación cobijados por la asociación civil Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad documentaron transferencias de más de tres millones de dólares a una compañía vinculada a Lozoya cuando se desempeñaba como un funcionario de alto nivel en la campaña presidencial de Peña Nieto en el 2012.
Mientras numerosos políticos y ejecutivos en América Latina han sido encarcelados por el escándalo de sobornos de Odebrecht, un exfiscal mexicano dice que fue despedido por investigar el caso. Pero la corrupción es uno de los principales problemas que serán considerados en las próximas elecciones presidenciales, y el PRI, el partido gobernante de Peña Nieto y de Lozoya, está en último lugar en la contienda electoral.
Lo mismo ocurrió en 2016 con las “empresas fantasmas” creadas por la administración de Veracruz del exgobernador, Javier Duarte, para canalizar dinero público a bolsillos privados.
El periodista Arturo Ángel, del sitio de noticias en línea Animal Político, analizó páginas completas de incorporación de empresas y licitaciones, checando direcciones y encontrando que los contratistas que recibían fondos para ayudar a los pobres y a las víctimas de los desastres naturales eran completamente falsos.
Después de que estalló el escándalo, el PRI, el partido de Duarte, perdió el poder por primera vez en 80 años. Duarte y varios otros funcionarios de su administración fueron encarcelados.
El caso clave fue la “Casa Blanca”, la casa personal de Peña Nieto, descubierto por un periodista de investigación que trabajaba para Carmen Aristegui. Descubrieron que fue construido y pertenecía a un contratista que había recibido cientos de millones de dólares en contratos federales y estatales bajo Peña Nieto.
Peña Nieto fue exonerado, mientras que Aristegui perdió su trabajo como la principal presentadora de programas de radio de la mañana. Pero la administración de Peña, que intentó retratarse como moderna y distante de la corrupción del antiguo PRI, nunca se recuperó.
El ambiente para hacer tal trabajo sigue siendo hostil. The New York Times informó el año pasado que Aristegui y otros periodistas y defensores de los derechos humanos tenían sus teléfonos celulares infiltrados con Pegasus, un software israelí vendido solo a los gobiernos para espiar a criminales y terroristas. El gobierno mexicano negó haber usado el software contra sus críticos.
Javier Garza, un veterano editor de noticias de Coahuila, comentarista de radio y defensor de la libertad de prensa, dice que tales reportajes no tendrán un impacto real mientras México tenga instituciones débiles.
“Las instituciones no están funcionando para castigar estas cosas”, dijo Garza. “Por ejemplo en el caso de Watergate, The Washington Post no detuvo a Richard Nixon… instituciones como el Congreso y como una fiscalía especial reaccionaron al impacto de lo que había revelado la prensa y sacaron delante la investigación”.
Nota: La presente pieza fue seleccionada para publicación en nuestra sección de opinión como una contribución al debate público. La(s) visión(es) expresadas allí pertenecen exclusivamente a su(s) autor(es) y/o a la(s) organización(es) que representan. Este contenido no representa la visión de Univision Noticias o la de su línea editorial.








