Joe Biden se corona a partir de hoy como candidato presidencial demócrata con tareas pendientes entre los hispanos. La más importante es demostrar, en los escasos días que le quedan a la campana, que entiende la diversidad de nuestra comunidad, sus enormes problemas y las posibles soluciones. No será nada fácil en estos tiempos extraordinarios de temor al contagio de coronavirus, distanciamiento social y contactos virtuales entre políticos y ciudadanos a los que aquellos aspiran a representar.
Joe Biden tiene retos pendientes entre los hispanos
La convención nacional demócrata que hoy comienza nos dará pistas de cómo Biden y su campaña entienden la importancia del voto hispano, las necesidades y los intereses de los hispanos. Deberemos prestar atención a la participación latina en la convención y el mensaje de los candidatos a nuestra comunidad.


Es probable que Biden sienta la misma tentación de Hillary Clinton a dar por descontado el apoyo hispano en noviembre. De ser así, cometería un error similar al que cometió Clinton hace cuatro años. Los hispanos han sido acaso las principales víctimas del desgobierno del presidente Trump. Es previsible que mayoritariamente voten en su contra y a favor de la boleta demócrata. Pero Biden necesitará un margen de victoria entre los latinos más amplio del que tuvo Hillary si desea derrotar al candidato republicano.
En principio los hispanos seremos el mayor bloque de votantes minoritarios en noviembre. Treinta y dos millones somos elegibles para sufragar. Sin embargo, la falta de entusiasmo y la abstención electoral aquejan a la comunidad hispana. Un desafío importante de Biden y su compañera de boleta, la senadora Kamala Harris, será el motivar a grandes cantidades de hispanos a acudir a las urnas o votar mediante boletas de ausentes. Ese desafío aumenta a medida que Trump y su campana desinforman sobre el voto por correo precisamente con la aviesa intención de desanimar a electores que se inclinan por los demócratas, como los latinos.
Biden y Harris son políticos moderados y centristas, aunque la propaganda trumpista, que se basa fundamentalmente en meter miedo, los pinte como radicales de izquierda. La moderación de sus posturas e ideas de gobierno ayudaron a Biden a triunfar fácilmente en las primarias sobre su principal rival, el senador independiente Bernie Sanders.
Sin embargo, en la elección general le presenta el reto de conquistar el apoyo del sector progresista del Partido Demócrata. En él se sitúan muchos jóvenes hispanos, especialmente estudiantes universitarios y profesionales cuyo idealismo alimentó el “Tío Bernie” con sus románticas propuestas de atención medica universal, matrícula gratis para los primeros anos de universidad y el asalto al punado de tiburones que, según él, acaparan las riquezas del país. Biden ha rechazado esas propuestas. Y también la de abolir las temibles ICE y CBP, es decir, Immigration and Custom Enforcement y US Custom and Border Protection, dos agencias federales a las que la malevolencia de Trump ha convertido en órganos represivos que violan los derechos humanos en perjuicio, sobre todo, de inmigrantes hispanos.
Las comunidades latinas de Estados Unidos se hallan entre las más golpeadas por la doble crisis sanitaria y económica. Comparten los altos índices de contagio y muerte por coronavirus, desempleo y pobreza. Pronto estarán entre las más afectadas por las expulsiones de viviendas por no poder pagar los alquileres. Biden deberá demostrar que lo entiende y ofrecer remedios blandos.
Pero también deberá entender las inquietudes peculiares a cada comunidad hispana, por ejemplo, el desarraigo de miles de puertorriqueños que en los últimos tres anos se han visto obligados a abandonar de forma abrupta la isla y el deseo de los cubanoamericanos de promover la democracia y la libertad en su país de origen, no el contubernio con la dictadura que lo oprime, como obtusamente hiciera el presidente Barack Obama.
Esto último será esencial para que Biden pueda presentarle batalla a Trump en la Florida, estado clave para ganar las elecciones. En la era moderna, solamente Bill Clinton conquistó la presidencia habiendo perdido la Florida en 1992. Pero se debi ó, principalmente, a que un tercer candidato, Ross Perot, le restó votos conservadores e independientes al republicano George H. W. Bush, quien entonces aspiraba a reelegirse.
Una encuesta de Somos Unidos y Latino Decisions, que hoy divulgamos en Univision, sugiere que Biden aventaja a Trump entre los hispanos de la Florida 55 % a 41 %. Es un margen cómodo. Pero probablemente insuficiente para ganar en ese estado.
La virtual convención nacional demócrata que hoy comienza nos dará pistas de cómo Biden y su campaña se plantean el voto, las necesidades y los intereses de los hispanos. Para entenderlo mejor deberemos prestar atención a la participación latina en la convención, la calidad y el rango de los oradores hispanos en ella y el mensaje de los candidatos a nuestra comunidad.
Es previsible que se critique duramente a Trump por sus acciones y retórica racistas y contra los inmigrantes y por su desastroso manejo de la pandemia. Menos previsible será lo que se prescriba para que el país retome el rumbo hacia la primera democracia multiétnica tolerante, libre y próspera en nuestro planeta.
Nota: La presente pieza fue seleccionada para publicación en nuestra sección de opinión como una contribución al debate público. La(s) visión(es) expresadas allí pertenecen exclusivamente a su(s) autor(es). Este contenido no representa la visión de Univision Noticias o la de su línea editorial.







