Como muchos otros inmigrantes, mi padre vino a Estados Unidos, cuando tenía 16 años, para perseguir “el sueño americano”. Llegó a este país sin un hogar, y con el tiempo llegó a poseer su propio negocio. Es la misma historia de muchos inmigrantes en Chicago.
Chicago no puede ser una ciudad santuario mientras el alcalde ataca las escuelas públicas
“Cuando un maestro pierde su empleo, es más que un ‘despido’. Es un acto que despoja a las familias inmigrantes de servicios vitales que necesitan desesperadamente”.


El presidente electo Donald Trump ha empleado una retórica distorsionada para describir a los inmigrantes como mi padre.
Como respuesta, el alcalde de Chicago, Rahm Emanuel, reafirmó que la ciudad de los vientos seguirá siendo un santuario, que protegerá a los inmigrantes indocumentados de la fuerza de deportación que Trump podría desplegar.
“Todos aquellos que están, después de las elecciones del martes, muy nerviosos y llenos de ansiedad... están a salvo en Chicago, están seguros en Chicago y están apoyados en Chicago”, dijo Emanuel después de conocerse el resultado de las votaciones.
Las acciones del alcalde, sin embargo, cuentan una historia diferente. Emanuel ha atacado o descuidado las instituciones que proveen santuario a miles de inmigrantes en Chicago. Cada año, su administración ha recortado millones de dólares en fondos del sistema de Escuelas Públicas de Chicago.
Las escuelas públicas son las instituciones a través de las cuales la mayoría de las familias inmigrantes crean una comunidad y construyen el sentido de “santuario”. Los maestros y miembros del personal prestan un importante servicio a los niños y a sus familias.
Cuando un maestro pierde su empleo, es más que un “despido”. Es un acto que despoja a las familias inmigrantes de servicios vitales que necesitan desesperadamente, y de proveedores confiables con quienes han construido estrechas relaciones.
Mientras que el alcalde corta continuamente el apoyo educativo en el que confían las familias inmigrantes, está regalando millones de dólares de nuestros impuestos a sus donantes para erigir edificios de lujo que de otra manera podrían haber sido construídos sin subsidios de los contribuyentes.
En barrios de Chicago como el mío, La Villita, las familias de inmigrantes han construido sus vidas, han abierto negocios y se han convertido en propietarios de viviendas. Estas familias dependen de las escuelas públicas para proveer a sus hijos, sean indocumentados o no, la mejor educación y seguridad.
La retórica vacía de Emanuel queda más expuesta por su historial en Washington. Como alto funcionario del expresidente Bill Clinton, él fue líder del proceso que llevó a los demócratas a crear la red de inmigración que dio lugar a un número histórico de deportaciones de trabajadores inmigrantes, soñadores y padres.
Emanuel se opuso, además, a los esfuerzos por sacar adelante una reforma migratoria cuando los demócratas tenían el control del Congreso en 2010, llamando a la inmigración el “tercer carril de la política estadounidense”, potencialmente fatal para aquellos que se atrevieran a tocarlo.
Chicago necesita un alcalde que se oponga firmemente a Trump y proteja verdaderamente a los inmigrantes trabajadores que están contribuyendo a nuestra economía y cultura. Emanuel ha socavado las instituciones en las que los inmigrantes confían y descarriló los esfuerzos legislativos que hubieran proporcionado un camino hacia la ciudadanía.
¿Cómo protegerá Rahm Emanuel a las familias inmigrantes cuando él ataca las escuelas publicas que se han convertido en un santuario?
Nota: La presente pieza fue seleccionada para publicación en nuestra sección de opinión como una contribución al debate público. La(s) visión(es) expresadas allí pertenecen exclusivamente a su(s) autor(es) y/o a la(s) organización(es) que representan. Este contenido no representa la visión de Univision Noticias o la de su línea editorial.







