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Tratan de negociar con clérigo radical

Políticos iraquíes y ayatolas se apresuraban a negociar con el clérigo integrista chiíta Muqtada al-Sadr a fin de evitar un ataque de tropas de Estados Unidos en Nayaf.
13 Abr 2004 – 12:00 AM EDT
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El Ejército de Estados Unidos ha dicho que quiere a Al-Sadr vivo o muerto. El religioso se erigió en uno de los líderes que ha impulsado la insurgencia en contra de la Coalición y lo acusan de ser uno de los causantes de la reciente ola de violencia que se ha cobrado la vida de centenares de personas.

Unos 2,500 soldados estadounidenses se colocaron a las afueras de Nayaf para una posible incursión en la ciudad a fin de capturar a Al-Sadr. Un posible ataque en la ciudad, la más sagrada entre los chiítas, probablemente desataría la ira de estos.

En tanto, nuevos ataques y secuestros se produjeron a lo largo y ancho del país.

En Faluyá, un comandante de la Marina estadounidense confirmó que un helicóptero se estrelló y luego fue destruido por turbas de ciudadanos. Combatientes dijeron haberlo derribado con una granada antitanque.

En el sur del país, un soldado fue muerto cuando insurgentes emboscaron el convoy en el que viajaba.

Secuestran a civiles italianos

Cerca de Faluyá, insurgentes capturaron a cuatro trabajadores italianos y exigieron a Roma la retirada de tropas de Irak, según informes de la cadena árabe Al-Yazira.

Según la cadena, los italianos eran empleados de seguridad del Ejército estadounidense.

Al-Sadr había retirado a sus milicianos de las estaciones de policía en Nayaf y otras dos ciudades un día antes, cumpliendo una demanda estadounidense en la esperanza de acordar una solución.

Derriban un helicóptero del Ejército

En las afueras de Faluyá el helicóptero ardía en un campo, con el fuselaje y la cabina casi completamente aplastados y su hélice desplomada. No se veían cuerpos humanos en las fotografías que se tomaron.

"El helicóptero sobrevolaba el lugar y nosotros estábamos escondidos aquí. Le disparamos una granada y cayó", dijo un pistolero enmascarado, uno de una docena de insurgentes cerca del lugar, uno de ellos con un cohete lanzagranadas.

El pistolero, que no quiso identificarse, dijo que no pudieron acercarse lo suficiente a los restos del aparato en busca de los pilotos.

El coronel Brennan Byrne dijo que por el momento se desconocía las razones del accidente del helicóptero H-53.

Byrne dijo que las tropas evacuaron a la tripulación de la nave y "no hay indicios de que haya heridos". Dijo no saber con exactitud cuantos tripulantes había.

Agregó que el Ejército destruyó el H-53 para evitar que fuera saqueado.

En tanto, los pistoleros emboscaron a los soldados estadounidenses que convergieron en el lugar, a 20 kilómetros al este de Faluyá, y éstos retrocedieron sin poder llegar a los restos del aparato. Los pistoleros dijeron que los estadounidenses tuvieron cuatro bajas.

Mientras Faluyá ha estado relativamente en calma durante cuatro días, la zona entre la sitiada ciudad y Bagdad ha presenciado intensos combates. Los insurgentes derribaron otro helicóptero Apache el domingo en la cercana Abu Ghraib y murieron sus dos tripulantes.

Antes del derribamiento del helicóptero el martes, un convoy estadounidense fue atacado cerca del mismo sitio, y dos vehículos blindados y un camión ardían, dijeron testigos, que también reportaron bajas estadounidenses.

Mientras tanto, una fuerza de unos 2,500 soldados estadounidenses respaldados por tanques y artillería pesada -más que los que están sitiando Faluyá- se movilizaron el martes en las afueras de la ciudad de Nayaf. Su misión, según dijo el comandante supremo estadounidense en Irak, el teniente general Ricardo Sánchez, es "capturar o matar" al clérigo Al-Sadr.

Camino de Nayaf, el convoy de 80 vehículos fue emboscado el lunes con armas ligeras y bombas a la vera del camino. Un soldado murió y dos soldados y un contratista estadounidense de seguridad resultaron heridos, dijeron oficiales del convoy.

Los líderes iraquíes se apresuraron a entablar negociaciones para evitar un ataque estadounidense a la ciudad, sede del santuario chií más sagrado, la tumba del imán Alí.

El comandante dijo que sus fuerzas estaban conscientes de que "un solo disparo en Nayaf" de los soldados estadounidenses podían indignar a la poderosa mayoría chiíta.

"Consideren esto como el Vaticano chiíta", dijo el coronel Dana Pittard a los reporteros antes de la movilización.

En una concesión a las demandas estadounidenses, Al-Sadr ordenó el lunes a sus milicianos que se retirasen de las estaciones de policía y los edificios gubernamentales en las ciudades de Karbala y Kufa. La policía regresó a sus puestos y patrullaba las calles, mientras que los milicianos de Al-Sadr no estaban mayormente a la vista.

Los hijos de tres grandes ayatolas de Irak -incluyendo el más poderoso, Alí al-Husseini al-Sistani- se reunieron con Al-Sadr el lunes por la noche en la oficina de éste en Nayaf y le aseguraron que se oponen a todo ataque estadounidense.

Mientras, las tropas estadounidenses arrestaron a un representante del religioso antinorteamericano Muqtada al-Sadr en un hotel del centro de Bagdad el martes.

Hazem al-Aaraji, quien es también un religioso antiestadounidense, fue detenido en la sala de conferencias del Hotel Sheraton durante un encuentro con dirigentes tribales. Sus guardaespaldas trataron de impedir su arresto, pero se retiraron al ser confrontados por los soldados.

Varias personas gritaron "Dios es Grande" y forcejearon con los soldados mientras se llevaban al religioso, vestido con túnica y turbante negro.

Los soldados pusieron a Al-Aaraji y a otra personas en un vehículo blindado Bradley y se los llevaron.

Las fuerzas estadounidenses han enfrentado a la milicia de Al-Sadr desde el 4 de abril y emitieron una orden de arresto en su contra.

Secuestran a civiles rusos

Por otro lado, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia dijo el martes que ocho empleados de una empresa rusa fueron secuestrados en Irak, informó Interfax.

El vocero del ministerio, Alexander Yakovenko, indicó que ningún grupo se ha responsabilizado por el secuestro de los que inicialmente fueron nueve empleados, de los cuales uno fue liberado poco después.

En Kiev, el ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Markian Lubkiyvskyi, dijo que cinco de los secuestrados eran sus conacionales. Ucrania tiene el cuarto contingente militar no estadounidense en Irak, sirviendo bajo el comando polaco en el sur del país.

El director ejecutivo de Interenergoservis, Alexander Rybinsky, dijo que los secuestradores enmascarados habían ingresado en una casa donde descansaban los empleados y confirmó que habían liberado a uno de ellos.

"Los pusieron en un automóvil y se los llevaron. Los secuestradores no han presentado exigencias", dijo Rybinsky vía telefónica, confirmando que efectivamente cinco de las víctimas eran ucranianas, sin ser capaz de precisar su identidad por el momento, y tres rusos, a los cuales identificó como Sergei Konoplyov, Igor Frolov e Ilya Chernyshev.

Interfax citó a un funcionario no identificado de la cartera de Relaciones Exteriores al indicar que los empleados secuestrados vivían en lo que fuera un jardín de niños en el vecindario de Dora, en Bagdad.

El funcionario dijo que el área había estado agitada y era una base de militantes que atacaron a las fuerzas de la coalición durante recientes combates.

El canal de televisión panarábico Al-Yazera informó que 11 rusos habían sido tomados como rehenes durante un enfrentamiento en Bagdad.

Al-Yazera agregó que dos guardias de seguridad que trabajaban para los rusos "pudieron haber sido" muertos durante un enfrentamiento a tiros con los secuestradores en la sede en Bagdad de su empresa.

Rybinsky dijo sin embargo que los secuestradores no dispararon sus armas durante lo que describió como un "ataque rápido como el rayo. No golpearon a nuestros empleados", indicó.

Más de 40 extranjeros, provenientes de al menos 12 naciones, han sido secuestrados por rebeldes en Irak.

Los empleados de Interenergoservis trabajan en la restauración de una planta de energía cerca de Bagdad.

Yakovenko exhortó a los secuestradores a liberar a los rusos, señalando que la planta que estaban reconstruyendo era "vital para miles de iraquíes". Asimismo, enfatizó que la coalición encabezada por Estados Unidos era responsable de la seguridad en Irak.

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