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Trasladan a Arafat a hospital francés

El líder palestino Yasser Arafat fue trasladado a un hospital militar a las a fueras de París, para ser atendido por su delicado estado de salud.
29 Oct 2004 – 12:00 AM EDT
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Arafat, de 75 años, llegó a bordo de un helicóptero a Clamart, la localidad donde queda el recinto militar donde fue hospitalizado, constataron diferentes agencias cablegráficas en el lugar.

Un centenar de periodistas estaban agolpados ante las barreras metálicas frente a la entrada del hospital. También en las afueras del hospital había unos 12 partidarios del presidente de la Autoridad Palestina, que llevaban banderas y ramos de flores.

Por otro lado, alrededor de 80 policías fueron movilizados para garantizar la seguridad del lugar, según una fuente policíaca.

En medio de un delicado cuadro clínico, Arafat partió con destino a París desde Jordania, a bordo de un avión médico del Ejército francés, en busca de urgente tratamiento médico, tras abandonar los semidestruidos cuarteles en los cuales ha estado confinado durante los pasados tres años.

La triste partida de Arafat, ante unos cientos de elementos leales reunidos sobre una pista de aterrizaje mojada por la lluvia, marca un fuerte contraste con su llegada hace una década como líder de los palestinos, a los cuales les prometió un estado independiente.

Luego del amanecer, vestido con un sombrero de piel gris y una chaqueta color verde olivo, Arafat subió al helicóptero que lo llevó a Jordania mientras sus guardaespaldas y simpatizantes coreaban el lema "con nuestro espíritu y nuestra sangre, te redimiremos Abu Amar", refiriéndose a Arafat por su sobrenombre.

El dirigente palestino estaba pálido y en evidente mal estado. Muchas personas sollozaron al despedirlo. Lo acompañaba su esposa Suja, de 42 años, quien dejó su exilio en París para estar con él.

"Regresaré pronto, Dios mediante. Los veré pronto", expresó Arafat a sus subalternos durante una escala en una base militar jordana, indicó Ata Jeiry, el subjefe de la delegación palestina en Jordania.

Sin embargo, el ministro de Justicia de Israel, Yosef Lapid, dijo pensar que los días de Arafat como líder de los palestinos han terminado.

"En base a todo lo que sé, la posibilidad de que regrese... a su puesto previo, de que sea la persona más importante, es casi inexistente", indicó Lapid a la Radio del Ejército de Israel.

Exámenes sanguíneos señalan que Arafat, enfermo desde hace dos semanas, presenta un número bajo de plaquetas.

Los médicos dijeron que deben de realizarse más pruebas antes de determinar la causa, pero su médico personal, Ashraf Kurdi, indicó durante una conferencia de prensa que no presentaba un cuadro de leucemia y que en lo general "su estado es bueno, está de buen ánimo".

No obstante, un confidente de Arafat, el doctor Ajmed Tibi, dijo el viernes que "hasta el momento, no se ha podido eliminar ninguna posibilidad".

Tibi, un legislador árabe israelí, dio que las autoridades de espionaje israelí pensaban que Arafat tenía leucemia e indicó que presenta algunos de sus síntomas.

Ante su estado cada vez peor, el gobierno de Israel retiró la prohibición a los viajes fuera de Ramalá que le impuso al dirigente de 75 años, prometiendo que permitiría su regreso.

Los palestinos, por su parte, empezaron a considerar cómo será su mundo sin el jerarca que representó sus deseos de establecer un estado independiente y de hecho es el único líder que han conocido durante casi cuatro décadas.

Las fotografías presentadas el jueves por sus allegados dieron cuenta de su transición de dirigente a paciente, mostrándolo en una silla de ruedas, tomando las manos de sus médicos y vestido con un traje de ejercicios azul y una gorra, en lugar de su acostumbrado uniforme y tocado de cuadros.

Arafat pasó la mayor parte del jueves dormido y no era capaz de tenerse en pie o soportar alimentos.

Los palestinos recibieron la partida de su líder con sentimientos contradictorios.

Muchos se han sentido frustrados por su gobierno lleno de corrupción y su incapacidad de resolver el conflicto con Israel. Sin embargo, se le considera una fuerza unificadora y muchos temen que su partida genera una lucha cruenta por el poder.

Como sea, un cambio en el liderato palestino transformaría las relaciones con Israel. Los gobiernos israelí y estadounidense se han negado a tratar con él, bajo el argumento de que fomenta el terrorismo y no le interesa la paz.

La Unión Europea dice, a su vez, que no debe de ignorársele, porque es el dirigente electo de los palestinos.

La salud de Arafat empeoró el miércoles y, tras vomitar, se desmayó y perdió el conocimiento durante unos 10 minutos. El jueves, un equipo de médicos jordanos llegó a su cuartel general.

La versión oficial hasta el miércoles era que Arafat sufría desde hace varios días de una severa gripe y responsables palestinos indicaron que había sufrido vómitos. El lunes había sido sometido a una endoscopía que reveló que todo estaba normal.

Su estado de salud se deterioró claramente en las últimas 24 horas y el jefe de gabinete del primer ministro Ahmed Qureia, Hassan Abú Libdeh, declaró el miércoles en la noche a CNN que "en este momento su estado es crítico".

La radio pública israelí había indicado que Arafat había perdido conocimiento "durante varias horas", pero los responsables palestinos lo desmintieron.

Un cáncer de colon que se le detectó a Arafat hace unos meses le ha provocado fuertes dolores y hemorragias intestinales. Los portavoces del líder trataban de restar dramatismo a las noticias e insistían en una versión más tranquilizadora -"complicación viral", dijeron-.

"El presidente quiere decirle al pueblo palestino y al mundo entero que está bien y que no tiene que inquietarse", declaró uno de sus allegados, el empresario Munib Al Masri, después de haber estado con el líder palestino durante varios minutos en su cuartel general de Ramalá (la Muqataa).

"Su condición es estable y oró cuando yo estaba con él", agregó.

El ministro palestino de Colectividades Locales Jamal Choubaki, dijo el jueves que "los médicos trataron de convencerlo de que comiera y de que suspendiera el ayuno (con motivo del mes sagrado del ramadán), pero él se negó".

Pese a su estado de salud, Arafat consiguió recitar la oración del alba con motivo del mes de ayuno del ramadán, indicaron sus allegados el jueves.

"Se despertó en dos ocasiones y oró por el ramadán", indicó uno de sus allegados a periodistas delante de la Muqataa. "Se ve que sufre, pero a pesar de todo a conseguido orar", precisó.

El ministro israelí de Relaciones Exteriores, Sylvan Shalom, declaró el jueves que Israel está dispuesto bajo condiciones a entablar el diálogo con la dirección palestina que reemplazaría a Arafat si éste muriese.

"Israel no tiene ningún problema en dialogar con una nueva dirección palestina si ésta lucha contra el terrorismo como está establecido en la Hoja de Ruta", declaró a la radio pública el jefe de la diplomacia en referencia al último plan de paz internacional.

El Comité Ejecutivo de la OLP y el Comité central del Fatah, dos instancias presididas por Arafat, debían reunirse para examinar las consecuencias de la degradación del estado de salud del presidente palestino, indicó un alto responsable.

El ministro de Comunicaciones Azzam Ajmed dijo que los dirigentes palestinos pidieron a todos los miembros del partido Fatah de Arafat que estuvieran fuera de la región que convergieran en Ramalá.

"Nos estamos preparando para todo lo posible", dijo a la televisora vía satélite Al Jazeera.

Otro funcionario de la oficina de Arafat dijo que el dirigente había creado una comisión especial formada por Kureia, Abbas, y Salim Zaanun, jefe del Consejo Nacional Palestino, para manejar la Organización para la Liberación de Palestina y la Autoridad Palestina, mientras se encuentra enfermo.

Pero cuando se le preguntó si Arafat efectivamente había creado la comisión, el vocero del dirigente palestino, Nabil Abu Rdené, dijo que no era verdad.

En caso de fallecimiento de Arafat, las leyes palestinas establecen que el presidente del Parlamento, Rouhi Fatuh, asumiría interinamente el poder durante 60 días hasta la convocatoria de las elecciones.

La noticia del agravamiento del estado de salud del líder palestino provocaron que un gran número de personas saliera a la calle y se concentrara en torno a las ruinas del cuartel general de la Mokata y que en las mezquitas, muy concurridas debido a las fiestas religiosas del Ramadán, se empezara a rezar por su mejoría.

Se reportó que Arafat ha traspasado el poder, a lo que se ha negado en los últimos años, incluso en momentos críticos, a un triunvirato formado por el secretario general de la OLP (Mazen), el primer ministro (Qurei), y el jefe del Consejo Nacional Palestino, Saleem Zaanún, en caso de que quede inhabilitado para hacerlo él.

En cualquier caso, suceda lo que suceda en las próximas horas, no habrá vacío legal. Las leyes palestinas establecen que en caso de fallecimiento del rais, la presidencia será asumida automáticamente por el jefe del Parlamento durante un periodo de 60 días hasta la convocatoria de elecciones.

El presidente del Parlamento es el diputado por Rafah, al sur de la franja de Gaza, Rouhi Fatuh, de 60 años, amigo personal de Arafat y que ya fue ministro de Agricultura en el anterior Gabinete de Abu Alá.

Arafat empezó a tener problemas físicos en 1992, cuando el avión en que viajaba se estrello en Libia. Tras unas horas en las que se le dio por muerto apareció vivo pero con graves lesiones.

Entonces fue operado de urgencia en un hospital de Ammán, se le extrajeron varios coágulos en el cerebro.

Desde aquel accidente y de su encierro por orden de Israel en la Mokata, la salud de Arafat no ha hecho más que mermar; aparecieron los primeros síntomas del mal de Parkison y otros problemas relacionados con los riñones.

Un equipo de médicos egipcios tiene instalado desde hace un año un verdadero hospital en el cuartel general de Ramala. Fue ese equipo el que le practicó hace días una endoscopia, que al parecer reveló la presencia de un calculo en los riñones.

Varios periódicos árabes del Golfo Pérsico instaron el viernes a los grupos palestinos a unirse para garantizar la transición en caso de que muera su líder.

"Un desenlace negativo del estado de salud de Yasser Arafat tendrá graves repercusiones en el futuro de la causa palestina y de la región", escribió el diario saudita Okaz.

Su editorial hace hincapié en "la responsabilidad histórica" de los movimientos palestinos, que deben dar muestras de "una solidaridad verdadera y responsable", y añade que los países árabes deberían ayudarles "a superar esta prueba difícil (...) hacia la instauración del Estado (palestino) y no hacia una lucha por el poder".

Los movimientos deben "organizarse para administrar el periodo de la enfermedad del presidente o la etapa siguiente (posterior a Arafat) para que el pueblo palestino no sea víctima de crisis internas, después de haberlo sido de una conspiración internacional", afirmó el diario Al Yoam de Arabia Saudita.

En los Emiratos Arabes Unidos, el periódico Ajbar Al Arab fue más pesimista. Si fallece Arafat, la situación "será inestable y preocupante porque algunos van a intentar romper la unidad nacional que siempre ha sabido preservar", señaló.

"Israel, que llevaba tiempo esperando la desaparición de Arafat (...) está feliz ahora" porque estima que obligaría a los palestinos a hacer más concesiones, opina ese diario de Abu Dhabi.

La enfermedad de Arafat es un aviso "a los dirigentes palestinos, de todas las tendencias, para que elaboren un plan capaz de reforzar la unidad nacional", aseguró el periódico Al-Raya de Qatar.

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