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Rumsfeld hace visita sorpresa a Bagdad

El secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, viajó a Bagdad en una visita inesperada, con el fin de intentar aplacar el escándalo de abusos contra prisioneros iraquíes.
13 May 2004 – 12:00 AM EDT
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Acompañado por el jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, el general de la Fuerza Aérea Richard Myers, y varios abogados del Pentágono, Rumsfeld llegó al aeropuerto de Bagdad al mediodía hora local.

Al arribar Rumsfeld admitió que la controversia desatada por las imágenes de presos iraquíes siendo torturados era "un golpe doloroso para todos nosotros". No obstante, el secretario de Defensa le reiteró a las tropas que visitó en Ira que "superaremos este escándalo internacional".

Muchos políticos de oposición, editoriales de diarios y comentaristas han pedido la renuncia de Rumsfeld tras la difusión de las fotos en las cuales soldados estadounidenses aparecen maltratando a prisioneros. El presidente George W. Bush, sin embargo, le ha dado un voto de confianza.

"He dejado de leer los periódicos", dijo Rumsfeld a las tropas. "Hay que mantener la cordura. Yo soy un sobreviviente".

El funcionario añadió que está resuelto a que los culpables sean castigados: "Los que participaron de los abusos serán juzgados", aclaró.

El secretario de Defensa, cuyo programa de visita era secreto, dijo que el propósito de su viaje era informarse de primera mano sobre la situación en las cárceles iraquíes.

"Quiero oír de los responsables del trabajo diario las condiciones de los detenidos", precisó Rumsfeld a los periodistas que le acompañaban en el avión.

"Nos preocupa que se trate bien a los detenidos, nos preocupa que nuestros soldados se comporten correctamente, nos preocupa el funcionamiento de nuestro sistema de mando", explicó en sus declaraciones.

Pero quiso dejar claro que su viaje no es un intento de echar tierra sobre la polémica: "Si alguien piensa que estoy aquí para echar agua al fuego, está equivocado", dijo, y añadió que con su viaje pretende "dar las gracias a las tropas estadounidenses por el buen trabajo que están haciendo".

El secretario de Defensa norteamericano se entrevistó con el teniente general Ricardo Sánchez, jefe de las fuerzas estadounidenses en Irak, además de otros altos cargos de la coalición encabezada por Estados Unidos.

Luego de varias reuniones en Bagdad, Rumsfeld fue a la cárcel de Abu Ghraib, donde soldados de la policía militar estadounidense abusaron sexualmente de presos iraquíes, como muestran fotos que han consternado al mundo.

El mayor general Geoffrey Miller, jefe del sistema penitenciario en Irak, que también acompañó a Rumsfeld y Myers, defendió su papel como asesor el año pasado sobre la manera de instalar un sistema de detención e interrogatorio que proporcionaría información útil sobre los insurgentes.

"Estoy absolutamente convencido de que sentamos las bases para dar un trato humanitario a los detenidos", dijo.

Miller era el jefe de la prisión estadounidense en Guantánamo, Cuba, donde aún permanecen cientos de prisioneros de la guerra de Afganistán que Estados Unidos considera terroristas.

Miller dijo que piensa reducir el número de presos en Abu Ghraib de 3,800 en la actualidad a 1,500 para el 15 de junio. En enero había unos 7 mil presos.

Rumsfeld fue acompañado por Myers y algunos abogados, en una misión para asegurar a las tropas que el escándalo por el maltrato de los prisioneros no ha disminuido el apoyo del público a su misión, a la vez que obtener informes de primera mano de los comandantes.

La visita de Rumsfeld se produce un día después del anuncio de que otros dos soldados estadounidenses serán juzgados por un tribunal militar por malos tratos a prisioneros, proceso que se añade al anunciado el pasado domingo contra otro militar por los mismos motivos.

Estos dos nuevos acusados incluyen a un soldado que habría obligado a un prisionero rodeado de cables que se colocara de pie sobre una caja y de amenazarlo con electrocutarlo, una escena mostrada en una de las fotos relacionadas al escándalo del abuso.

Un tercer soldado ya estaba asignado para presentarse ante una corte marcial.

El máximo jefe de las Fuerzas Armadas estadounidenses, Richard Myers, dijo por su parte a los periodistas que las torturas y abusos a los prisioneros "son una tragedia horrible; no vamos a negarlo", aunque reafirmó "la altura moral" que las tropas estadounidenses aún tienen en Irak, según sus palabras.

En cuanto a la posibilidad de hacer públicas todas las imágenes en poder del Pentágono para acabar así con un goteo causante de un innegable desgaste político, Rumsfeld lo descartó al asegurar que ninguna instancia en el Gobierno le ha recomendado que lo haga, pese a que él era partidario de desclasificar el material.

Los abogados del Gobierno sostienen que la difusión de las fotos violaría una cláusula de la Convención de Ginebra que prohíbe la degradación de los prisioneros por medio de imágenes, dijo Rumsfeld.

Sin embargo, hasta el momento los detenidos en la cárcel de Abu Gharib y otras prisiones en Irak no son considerados prisioneros de guerra y su estatuto es muy impreciso, situación que ha sido ampliamente criticada por las organizaciones humanitarias.

Los detenidos por su supuesta implicación en ataques contra las autoridades civiles o militares de Irak son considerados "terroristas" y encarcelados junto a delincuentes comunes durante largos periodos hasta que se precisan sus cargos o su inocencia.

La cárcel de Abu Gharib, de siniestra memoria en la época de Saddam Hussein pues en ella se practicaba la tortura sistemática, fue reacondicionada como prisión por las tropas estadounidenses tras el desmoronamiento del régimen de Hussein en abril del pasado año.

Por otro lado, Rumsfeld calificó de "basura" la insinuación de que el Pentágono trató de encubrir los abusos.

"Si fuera por mí, las haría públicas para dejar este asunto atrás", dijo Rumsfeld a los periodistas que lo acompañaron desde Washington. "Pero en este momento no conozco a nadie en la oficina legal de ninguna rama del gobierno que lo recomiende".

Esta es la cuarta visita que Rumsfeld realiza a Irak desde la declaración el 1 de mayo del pasado año de las principales operaciones militares, y en anteriores ocasiones sus viajes han tenido como objetivo levantar la moral de las tropas estadounidenses, dañada no sólo por los ataques incesantes de los insurgentes iraquíes, sino por los largos periodos de sus misiones.

El general brigadier Mark Kimmitt, principal portavoz del Ejército estadounidense en Irak, anunció el miércoles que el sargento del Estado Mayor Ivan L. "Chip" Frederick II y el sargento Javal Davis enfrentarían una corte marcial general. Dijo que no se ha establecido ni fecha ni lugar para realizar el juicio.

En una audiencia ante el Senado realizada el miércoles en Washington, Rumsfeld afirmó que los abogados del Pentágono habían aprobado métodos como la privación del sueño y modificaciones en las dietas, así como normas que permitían hacer que los prisioneros se colocaran en posiciones físicas que les provocaran tensión nerviosa.

Myers dijo a los senadores que el Ejército ha tomado las medidas para corregir los problemas que condujeron a los abusos, incluyendo reemplazar a la unidad de policía militar que tomó algunas de las fotografías.

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