Revelan lugar donde Saddam está detenido
"Saddam viste el mismo uniforme que los presos iraquíes y come la misma ración que otros prisioneros", explicó Al-Rubei al diario árabe internacional A-Sharq al-Awsat.
El controvertido Consejero de Seguridad Nacional es el primer alto responsable iraquí que revela el paradero de Hussein, que se mantenía en estricto secreto desde que fuera capturado en Tikrit el pasado 13 de diciembre.
Las especulaciones apuntaban a que el ex dictador penaba en un centro de reclusión instalado en el interior del antiguo aeropuerto de Bagdad, ahora convertido en una base militar estadounidense.
Sus palabras no han sido confirmadas ni desmentidas por otras fuentes.
Según Al-Rubei, uno de los enemigos más enconados de Hussein, un médico, una enfermera, un traductor y un carcelero están pendientes del ex dictador a diario.
La celda en la que permanece Hussein "es más grande que la de sus colaboradores también presos. Cada día sale a la luz dos horas, bajo estrecha vigilancia", indicó Al-Rubei.
El funcionario agregó que la prensa escrita, así como la radio, la televisión y los libros le están vedados al dictador, que ni siquiera tiene un bolígrafo para escribir.
"Sus once ayudantes se encuentran anímicamente derrumbados, sobre todo el ex ministro de Defensa Sultan Haschim Ahmed y el ex jefe de la Información Militar Abdelaziz al-Duri", dijo.
Hussein apareció en público hace una semana, por primera vez desde su captura, con motivo del inicio del proceso que juzgará sus crímenes. Con aspecto mejorado y lúcido, el ex dictador escuchó los cargos que se le imputan, entre ellos el de genocidio.
Por otro lado, los protagonistas de una novela titulada "Váyanse, malditos", que ha sido atribuida a Saddam Hussein, son personajes árabes y musulmanes, en tanto que los villanos son figuras de Occidente.
La primera entrega de un manuscrito con ese título, hallado en el Ministerio de Cultura iraquí tras la caída de Bagdad, apareció el jueves en el diario Asharq al-Awsat, que se edita en Londres.
El diario dijo que publicará por entregas la novela completa en los próximos días, y que recibió su copia de manos del ex médico de Hussein, Alla Bashir, quien escapó de Irak después de la guerra y se cree que reside en Qatar.
El crítico iraquí Ali Abdel Amir, que ha leído el manuscrito completo, dijo que la novela era muy parecida en estilo a otras tres que fueron atribuidas a Hussein cuando éste se hallaba todavía en el poder.
Las cuatro novelas están firmadas sencillamente por "su autor".
Abdel Amir dijo que "Váyanese, malditos" describe una conspiración cristiano-sionista contra árabes y musulmanes, e incluye el personaje de un árabe que invade con su ejército un país enemigo y derriba una de sus torres monumentales.
Esto último parece ser una alusión al ataque del 11 de septiembre del 2001 contra las Torres Gemelas de Nueva York, realizado por los terroristas de Osama ben Laden.
Hussein "vivía desconectado de la realidad y escribir novelas le daba la oportunidad de vivir de ilusiones", dijo el crítico.
El ex viceprimer ministro Tariq Aziz, dijo según sus interrogadores estadounidenses que Hussein pasaba la mayor parte del tiempo dedicado a escribir novelas y que dejaba las decisiones más importantes a sus hijos y a otros familiares que consideraba dignos de confianza.
Por su parte, el abogado belga Dominique Grisay, que forma parte del equipo de letrados que defiende a Hussein y a Aziz, ha calificado de "partidista" al tribunal especial que juzga desde el pasado jueves al ex dictador iraquí y su viceprimer ministro y de Exteriores en Bagdad.
"Deberían juzgar a Saddam ante un tribunal internacional, eventualmente en Irak, con jueces cuyos países no estuvieron implicados en el conflicto, ya que el tribunal iraquí es claramente partidista", ha declarado esta semana Grisay al diario flamenco "De Standaard".
"Además, debería ser un tribunal con un estatuto claro, como el Tribunal Penal Internacional (TPI) para Ruanda con sede en Arusha (Tanzania), del que no se conoce de antemano el curso del proceso", añadió Grisay.
El abogado belga forma parte del equipo de defensa de Hussein, compuesto por letrados de países como Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Líbano, Libia y Bélgica, y todos tienen sus propias competencias.
Mientras que los abogados árabes tratarán el caso de fondo, Grisay se ocupará más bien de intentar convencer a las autoridades iraquíes de que el sumario debiera ser llevado por una institución jurídica a nivel internacional, según el diario.
Grisay comentó que la preocupación de todos es evitar a toda costa "la trampa del debate político".
Hasta ahora ninguno de los letrados han podido hablar con sus clientes (Hussein y Aziz) ni han tenido acceso a los sumarios.
El líder del equipo de abogados, Mohamed Rashdan, dijo que por el momento trabajan desde Jordania, ya que "las autoridades iraquíes nos amenazan para que no nos vayamos a Irak".
"El juicio ha empezado y no se ha respetado el derecho del ex presidente a asistencia jurídica y representación, lo que va en contra del derecho internacional y del derecho a un juicio justo", añadió Rashdan.
Según "De Standaard", uno de los abogados habría recibido una llamada del ministro iraquí de Justicia, Malek Dohan al-Hassan, que amenazó con "matar y cortar en pedazos a todos los abogados que se acercaran a la capital".
Dohan al-Hassan también le habría aconsejado a otro de los abogados "visitar las fosas comunes de las que Saddam es responsable, en vez de defenderle".
Grisay, de 45 años, es profesor en derecho internacional en la Escuela Superior Francisco Ferrer y forma parte del bufete de abogados Van Alstenoy & Partners en Bruselas.
Entre los letrados de Hussein también se encuentra Aisha Gadafi, la hija del dirigente libio, Moamar Gadafi, que ya ha expresado en distintas ocasiones su apoyo al ex presidente iraquí.