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Pentágono suda por Irak ante el Senado

La guerra en Irak podrá ganarse, según alto líderes del Pentágono, en un intento por disminuir el escepticismo en la población estadounidense.
23 Jun 2005 – 12:00 AM EDT
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"Todos aquellos que dicen que hemos perdido esta guerra, o que estamos perdiéndola, se equivocan", insistió el secretario norteamericano de Defensa, Donald Rumsfeld, durante una audiencia ante la Comisión de Defensa del Senado.

Un influyente senador republicano, Chuck Hagel, había afirmado en una entrevista con el semanario US News and World Report publicada el domingo que Estados Unidos estaba "perdiendo en Irak" y que el gobierno del presidente George W. Bush estaba "desconectado de la realidad".

Por su parte, el demócrata Carl Levin, evocando "la cantidad creciente de kamikazes jihadistas fanáticos", estimó durante la audición que era "inaceptable" continuar con la estrategia actual. "Hay que cambiar la dinámica actual en Irak, el statu quo no es ni estático ni aceptable", afirmó Levin.

Rumsfeld, acompañado por el jefe del Estado Mayor conjunto, Richard Myers, el jefe del Comando Central Estadounidense (Centcom), John Abizaid, y del comandante de la fuerza multinacional George Casey, aseguró que la estrategia actual funciona.

Estos altos mandos militares fueron convocados ante el Senado estadounidense y luego ante la Cámara de Representantes, para detallar la situación en Irak, en momentos que un reciente sondeo muestra que el 59 por ciento de los estadounidenses se opone a la guerra en Irak.

"No tenemos la intención de pintar un cuadro color de rosa" de la situación, agregó el general Abizaid, "tenemos por delante reveses, pérdidas, problemas difíciles, pero con su apoyo y el de los estadounidenses el éxito se encuentra indudablemente ante nosotros", aseguró.

Por su parte, el senador demócrata Edward Kennedy recordó a Rumsfeld los "graves errores y equivocaciones" en la planificación de la guerra y la posguerra de Irak, que se ha convertido en "un atolladero", donde han muerto unos 1,730 soldados estadounidenses.

"¿No ha llegado el momento de que usted dimita?", preguntó Kennedy a Rumsfeld.

El jefe del Pentágono respondió que ha presentado su dimisión en dos ocasiones a Bush, quien la rechazó. "Es su decisión", afirmó Rumsfeld.

La creciente violencia e inseguridad en aquel país llevó a que un grupo de legisladores republicanos y demócratas exigieran estos últimos días un calendario para el retiro de tropas, algo a lo que el gobierno se opone.

"Algunos han sugerido que se fije un calendario. Sería un error", afirmó el secretario de Defensa.

"Si la coalición partiera antes de que las fuerzas de seguridad iraquíes sean capaces de asumir sus responsabilidades, algún día enfrentaremos otro régimen iraquí tal vez más peligroso que el último, en una región sometida a la oscuridad en lugar de ser libre", agregó Rumsfeld.

"La estrategia del presidente es clara, se trata de permitir al gobierno iraquí democráticamente electo que persiga a los insurgentes y a los terroristas y eso es exactamente lo que sus tropas están haciendo con cierto éxito", agregó.

Más de 135 mil soldados estadounidenses se encuentran actualmente desplegados en Irak, más de 1,700 han muerto y cerca de 13 mil fueron heridos. Abizaid destacó que aumentar el número de soldados no es la respuesta a la situación de violencia en aquel país.

"Es muy importante que trabajemos en el arte de saber cuál es el número correcto (de tropas) que permita que el desarrollo de las fuerzas locales sea exitoso", continuó. "Es una lucha que los iraquíes y los afganos deberán ganar", agregó el jefe del Centcom.

Por otra parte, los legisladores planeaban el jueves rendir tributo a los soldados estadounidenses que murieron en Irak y Afganistán leyendo sus nombres en voz alta en la Cámara de Representantes.

El legislador Rahm Emanuel, quien organizó el tributo, subrayó que el homenaje era particularmente apropiado en vista del Día de la Independencia de los Estados Unidos, el 4 de julio.

Sin fecha de retirada...

Por otro lado, Rumsfeld rechazó el jueves los pedidos de varios legisladores de fijar una fecha para la retirada de las fuerzas estadounidenses de Irak. "Eso sería un error", dijo Rumsfeld al ser interpelado en el Comité de Servicios Armados del Senado.

"Los plazos en una guerra nunca son predecibles, nunca hay garantías", declaró Rumsfeld.

Una fecha de salida "daría un salvavidas a los terroristas que en los últimos meses han sufrido bajas significativas, han perdido refugios y han visto disminuido el apoyo popular", destacó Rumsfeld.

Los legisladores demócratas demandan respuestas sobre la presencia futura de los soldados estadounidenses en Irak.

Refiriéndose al avance en el entrenamiento de las fuerzas de seguridad iraquíes, Rumsfeld dijo que a esa tropa aún le queda "un camino por recorrer", pero indicó que se habían registrado progresos.

"El éxito no será fácil y requerirá paciencia... Pero hay que considerar lo que se ha logrado en 12 meses", manifestó, citando las elecciones de enero, mejoras económicas, y una fuerza de seguridad que progresa cada vez más.

El gobierno del presidente Bush sostiene que los iraquíes deben ser capaces de defender a su propio país de la insurgencia antes de que se considere la partida de la fuerza estadounidense.

Pero el progreso ha sido más lento de lo que se esperaba. En las últimas semanas, la insurgencia ha apuntado sin cesar a las fuerzas de seguridad iraquíes. Y los muertos estadounidenses, los gastos de guerra y el escepticismo público continúan incrementándose, provocando críticas tanto de demócratas como republicanos.

"Retirarnos antes de que la tarea haya sido concluida sería catastrófico", expresó el general Myers, ante el panel.

El senador Levin, el demócrata de mayor jerarquía en el comité, dijo que no había acuerdo militar sin un acuerdo político.

Manifestó que el gobierno de Bush debería decirle a los iraquíes que si no cumplen con el plazo para redactar la constitución -el 15 de agosto con una posible extensión de seis meses- Estados Unidos analizará fijar un cronograma para retirar a sus soldados.

"Tenemos que demostrar a los iraquíes que nuestra predisposición... tiene límites", sostuvo el legilador.

El presidente del comité, el republicano John Warner, elogió a Bush por su "valentía y firmeza": "Nuestra gran nación tiene una enorme capacidad de sacrificio y privaciones cuando comprendemos la causa", dijo.

El mes pasado, el vicepresidente de Estados Unidos, Dick Cheney, aseguró que la resistencia iraquí estaba "agonizando", pero los dos responsables militares de más rango de las operaciones en ese país contradijeron este jueves esa aseveración.

En la audiencia, el general Abizaid, jefe del Mando Central, reconoció que "hay más combatientes extranjeros en Irak que hace seis meses". Por su parte, el general Myers, reconoció que la fuerza de la "insurgencia" no ha disminuido "en el último medio año.

Rumsfeld afirmó que la retirada de los 135 mil soldados estadounidenses que se encuentran en Irak dependerá de la reconciliación de los diferentes "grupos étnicos" y de la actitud de los países vecinos, "cuyo comportamiento sigue siendo negativo".

"Los insurgentes siguen entrando a Irak por Siria e Irán. Las naciones que sirven como conductos para los asesinos en masa no son amigas de los iraquíes, no son amigas de Estados Unidos y ciertamente no son amigas del mundo civilizado", advirtió Rumsfeld.

Un pequeño grupo de legisladores republicanos y demócratas propuso la semana pasada una resolución para que Estados Unidos comience a retirar sus tropas el 1 de octubre de 2006 como muy tarde.

En la audiencia los demócratas pidieron a la administración que ofrezca a los estadounidenses una visión realista de la situación en Irak.

"El hecho es que la insurgencia no ha disminuido", dijo el senador Levin, quien destacó que los soldados estadounidenses en Irak merecen una evaluación "objetiva" de la situación allí y de los "próximos pasos".

Este jueves murieron al menos 16 personas y más de 60 resultaron heridas en tres atentados perpetrados en menos de una hora en un barrio de Bagdad y en un cuarto ataque en Tuz-Jormatu, a 170 kilómetros al noreste de la capital.

Esas acciones son parte de una ola de violencia que ha costado la vida a más de 1,100 personas desde la formación del nuevo gobierno de Ibrahim al-Yafari, el pasado 28 de abril.

El propio Al-Yafari se entrevistará el viernes por primera vez con el presidente Bush, en la Casa Blanca para hablar de los "progresos" logrados en Irak, según fuentes oficiales.

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