Mosul en alerta tras ataque a base de EU
"Trece soldados de Estados Unidos, cinco civiles norteamericanos, además de tres guardias nacionales iraquíes y una persona de nacionalidad no estadounidense murieron en el ataque terrorista", dice un comunicado emitido hoy en Bagdad.
Agrega que 69 personas resultaron heridas, entre ellas 44 uniformados de Estados Unidos, siete contratistas norteamericanos y diez de otras nacionalidades y dos civiles iraquíes.
"Veinticinco de los heridos fueron tratados y han regresado ya a sus deberes", indicó.
Washington reveló ayer que en el ataque, que afectó a la zona de los comedores de la base militar, murieron 22 personas, entre ellas catorce militares norteamericanos, y 57 resultaron heridas.
La nota añade, además, que "la causa de la explosión esta siendo aún investigada".
Decenas de soldados estadounidenses fueron sorprendidos por una gran deflagración cuando almorzaban junto a miembros de la Guardia Nacional iraquí en un comedor de la base militar levantada cerca de Mosul, a unos 400 kilómetros al norte de Bagdad.
Según reveló el martes el mando de Estados Unidos en Irak, varios cohetes y proyectiles de mortero impactaron contra el perímetro del recinto y alcanzaron la zona de los comedores.
Pero la organización "Ansar Al Sunna", que asumió la autoría del ataque en una página web islamista, afirmó que uno de sus muyahidin o combatientes llevó a cabo una "operación de martirio", término que se refiere a los atentados suicidas.
Mosul, la tercera ciudad más poblada del país y de mayoría suní, está considerada por Estados Unidos y el Gobierno interino iraquí como uno de los refugios de los seguidores del depuesto régimen de Sadam Husein.
En los últimos meses, esta localidad fue escenario de cruentos combates entre insurgentes y soldados de Estados Unidos e iraquíes, que se saldaron con decenas de muertos, y de varios atentados con coches bomba
Las calles de Mosul estaban desiertas y centenares de soldados coparon barrios respaldados por carros de combate Bradley y blindados Humvees. Varios helicópteros artillados vigilaban la situación desde el aire, reforzados por cazas de combate.
Según las primeras informaciones, en el ataque del martes un cohete de 122 milímetros cayó en una tienda de campaña que hacía de cantina, sembrando de metralla a los comensales en la base de Marez, en Mosul, a unos 360 kilómetros al norte de Bagdad.
Sin embargo, el grupo extremista suní que se atribuyó el ataque - el Ejército de Ansar al-Suna - dijo que fue una "operación de martirio", referencia a un ataque suicida.
"Seguimos investigando la causa de la explosión", dijo el miércoles el capitán Dorren Luke, vocero del mando estadounidense en Bagdad.
El teniente general Thomas Metz, comandante de la fuerza multinacional en Irak, dijo a CNN que fueron despachados varios especialistas de Bagdad a Mosul "para realizar una detallada investigación forénsica de la explosión y con ello podrán precisar el tipo de arma y el calibre del arma" utilizada en el ataque.
Entre los muertos figuran 18 estadounidenses - 14 soldados y cuatro civiles - además de cuatro iraquíes, indicó el miércoles el mando militar en Bagdad. De los 72 heridos, 51 fueron militares norteamericanos y el resto civiles de la misma nacionalidad, soldados iraquíes y de otras naciones.
El miércoles al amanecer, los soldados estadounidenses bloquearon los cinco puentes de Mosul sobre el río Tigris y realizaron registros en los barrios orientales de Muthanna, Wahda y Hadabaa.
La mayoría de las escuelas cerraron y muy pocas personas se aventuraron por las calles, aunque no fue declarado un toque de queda.
En un hospital militar cercano al aeropuerto de Mosul, los médicos y enfermeros atendieron a decenas de soldados con quemaduras, heridas causadas por la metralla y lesiones oculares.
"Es la peor situación que he visto en 11 meses desde que llegamos aquí", dijo el sargento mayor David Scott.