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Misterio secuestro de periodista en Irak

La periodista francesa Florence Aubenas regresó a su país tras permanecer cinco meses cautiva en Irak y narró cómo la confirmaron a un sótano.
13 Jun 2005 – 12:00 AM EDT
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La periodista francesa, que tuvo una larga entrevista con los servicios secretos franceses, protagonizará este lunes una conferencia de prensa en la que, entre otras cosas, se espera que aclare si compartió cautiverio con los tres periodistas rumanos que fueron liberados hace tres semanas y con otros rehenes.

El domingo, tras conocerse la liberación de Aubenas y de su guía iraquí, Husein Hanoun, la reportera rumana Marie-Jeanne Ion explicó con detalles cómo había pasado mes y medio junto a ella y elogió el apoyo que le había dado.

Pero a su llegada a París, Aubenas lo negó rotundamente.

Michel Barnier, hasta hace una semana ministro de Exteriores y el hombre al que cabe atribuir la gestión oficial del secuestro, confirmó que Aubenas estuvo retenida junto a los rumanos.

Según el ex ministro, esta información les llegó "inmediatamente después" de la liberación de éstos el 22 de mayo. "Nos la reservamos para nosotros, naturalmente", añadió.

Aubenas llegó el domingo a Francia tras permanecer cinco meses cautiva en Irak y narró cómo la confirmaron a un sótano, maniatada y vendada y con poca agua.

El presidente Jacques Chirac saludó a Aubenas con un beso en la mejilla en una pista de aterrizaje de Villacoublay, al oeste de París, donde el avión que la trasladaba aterrizó después de su viaje desde Bagdad.

El asistente iraquí de Aubenas, Hussein Hanoun al-Saadi, también liberado, se reunió con su familia en la capital iraquí.

Visiblemente más delgada pero radiante, la periodista de 43 años del diario francés Liberation pasó los primeros minutos posteriores a su arribo abrazando a su familia. Luego habló con la prensa con una voz fuerte y firme, y de buen humor.

Dijo que recientemente la habían desatado y le permitían ver televisión francesa. Dijo que le emocionó cuando vio un boletín informativo sobre sus 140 días secuestrada.

"Uno está tan feliz de ver esto... por eso es tan importante para mí agradecerles absolutamente todos aquí", sostuvo.

Aubenas parecía relajada y bromeó al responder preguntas de los periodistas.

Un reportero le preguntó: "¿Cómo te sientes?".

"Mucho mejor", respondió riéndose.

No aportó información sobre la identidad de sus secuestradores ni detalles sobre su liberación.

Chirac, que había hablado anteriormente en la televisión sobre la liberación de Aubenas, tampoco ofreció detalles.

El ex ministro de Relaciones Exteriores Michel Barnier, que trabajó en el caso hasta que abandonó el gobierno este mes, dijo que no se había pagado rescate alguno.

A su vez, la ministra de Defensa, Michele Alliot-Marie, agradeció a funcionarios de la agencia de contraespionaje DGSE.

Las autoridades iraquíes hicieron una excepción y permitieron que el avión de Aubenas partiera del aeropuerto de Bagdad, que ha permanecido cerrado durante dos días debido a una tormenta de arena, dijo el embajador francés Bernard Bajolet.

La aeronave efectuó una breve parada en Chipre.

Los partidarios de Aubenas prepararon una fiesta el domingo en la noche en la Plaza de la República, en el este de París.

Su asistente, Al-Saadi, volvió a su casa en el sudeste de Bagdad, y sus familiares y amigos bailaron para celebrar su regreso.

Los dos permanecían desaparecidos desde el 5 de enero y fueron vistos por última vez en el hotel de Aubenas en la capital iraquí.

Las autoridades francesas nunca identificaron a los captores, aunque funcionarios de Francia e Irak sugirieron que era más posible que se tratara de un secuestro extorsivo que con fines políticos.

El secuestro de Aubenas tuvo lugar pocas semanas después de la liberación de otros tres periodistas franceses que permanecieron cautivos durante cuatro meses hasta el 21 de diciembre.

Los partidarios de la periodista organizaron constantemente conciertos, manifestaciones, lanzamientos de globos y vigilias con velas. La portada del diario Liberation incluía todos los días la cantidad de días que Aubenas permanecía desaparecida junto a su asistente.

La primera señal pública de que Aubenas estaba viva llegó en un vídeo, al parecer grabado por los secuestradores, el 1 de marzo. Se le veía pálida y suplicando ayuda.

La semana pasada, su editor dijo que las autoridades francesas progresaban en el proceso lento para liberar a Aubenas y a su guía.

Serge July, cofundador y director de Liberation, dijo que las autoridades habían establecido un "contacto estable" con los secuestradores de Aubenas, a través de un intermediario.

"Es el fin de la pesadilla", dijo Antoine de Gaudemar, director editorial de Liberation.

Jacqueline Aubenas, madre de la periodista, dijo que los familiares y sus amigos la recibirían en el aeropuerto con "los brazos abiertos, muchos besos y muchas lágrimas".

"Pensé que sabía lo que significaba la palabra felicidad", declaró a radio France Info. "No era nada. Es mucho mejor de lo que pensaba".

Por otro lado, la policía halló el domingo los cadáveres de 20 hombres maniatados, vendados y con impactos de bala en la cabeza en fosas poco profundas en el este de Bagdad.

Otros ocho cadáveres fueron encontrados en dos lugares diferentes de la capital iraquí.

El teniente Ayad Ottoman manifestó que un guía descubrió los cadáveres de 20 hombres el viernes en la región desértica de Nahrawan, a unos 32 kilómetros al este de Bagdad.

"Todos estaban con los ojos vendados y sus manos estaban atadas detrás de sus espaldas, y con disparos de balas desde atrás", indicó Ottoman. "Los asesinos cavaron un hueco y los enterraron adentro, y siete estaban desnudos".

Un comunicado emitido por la Asociación de Eruditos Musulmanes, una influyente organización suní, indicó que testigos dijeron que los hombres asesinados eran suníes.

No se aportaron detalles que respaldaran esa afirmación y la asociación lanzó una investigación.

Otros ocho hombres asesinados a tiros en la cabeza fueron encontrados el domingo en dos lugares diferentes del suburbio Shula del norte de Bagdad, manifestó el capitán policial Majed Abdul Aziz.

No quedaba clara de manera inmediata la identidad de los cadáveres.

El descubrimiento de los cadáveres siguió al asesinato de 21 hombres cerca de la frontera de Siria, en la población de Qaim. Sus cuerpos enterrados fueron encontrados el viernes en tres lugares distintos de la región, a unos 320 kilómetros al oeste de Bagdad.

Se temía que los cadáveres pertenecieran a unos 20 soldados iraquíes que desaparecieron el miércoles, después de dejar su base militar en Akashat, un poblado remoto cercano a la frontera con Siria, a unos 113 kilómetros al sudoeste de Qaim. Se trasladaban en un autobús que se dirigía a Bagdad.

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