Insurgencia iraquí lanza ola de ataques
Un total de 85 iraquíes murieron y 320 resultaron heridos, según un balance del Ministerio de Salud, que no incluye a las bajas estadounidenses.
"Esta mañana, comenzamos a asistir a ataques simultáneos en diferentes ciudades", declaró un alto responsable militar de Estados Unidos en Irak. "Sospechamos que se trata de ataques coordinados" agregó.
Un alto cargo militar de la Coalición explicó que los ataques fueron preparados para hacer el máximo daño posible, pero que no hubo una "una coordinación muy estricta. Quizá sólo un par de llamadas de teléfono para fijar la fecha y la hora", dijo.
Los ataques se centraron en las ciudades de mayoría suní de Mosul, Baaquba, Ramadi, Faluyá y Bagdad.
En Mosul (370 km al norte de Bagdad), 44 iraquíes murieron y 216 resultaron heridos en cinco ataques y combates entre rebeldes y soldados estadounidenses, según el ministerio iraquí. Un soldado norteamericano y un agente de seguridad murieron en esos enfrentamientos.
Por lo menos uno de los ataques fue un atentado suicida, precisó un oficial de policía.
El gobernador de Mosul impuso un toque de queda desde las nueve de la noche a las 6 de la mañana y el canal de televisión de la ciudad pidió a la población que permanezca en sus casas "por el bien general".
En Baaquba, 60 km al noreste de Bagdad, donde los ataques comenzaron hacia las 5:30 a.m. (01:30 GMT), el ministerio informó sobre 13 muertos y 15 heridos, pero las fuentes médicas y el Ejército norteamericano, que perdió a dos soldados, publicaron balances más graves.
"El número de muertos llegó a 20, entre ellos 11 policías, y el de heridos a 45, entre ellos muchos policías", declaró Hussein Alí, un responsable del hospital de la ciudad entrevistado por la Agence France Presse.
El Ejército norteamericano afirmó haber matado "por lo menos 15 rebeldes" en los combates que estallaron tras un ataque perpetrado por hombres enmascarados contra una comisaría de policía.
El grupo del islamista jordano Abu Mussab Al Zarqawi reivindicó el ataque en un panfleto distribuido en la ciudad.
"Pedimos a los habitantes respetar las órdenes de la resistencia y no salir de sus casas cuando se los piden. En los próximos días habrá ataques contra el ocupante y aquellos que colaboran con ellos", según el texto, que amenaza matar y destruir las casas de quienes no acaten esa premisa.
Los panfletos firmados por el grupo de Al Zarqaui, llamado "Monoteísmo y Yihad" -responsable del reciente secuestro y decapitación de un civil surcoreano- en la que advertían a los ciudadanos de que debían unirse a los militantes en su ataque contra los "colaboracionistas".
Un avión estadounidenses arrojó tres bombas de 225 kilos contra posiciones insurgentes cerca del estadio de fútbol de Baaquba, indicó el mayor general Neal E. O'Brien, portavoz de la Primera División de infantería.
Los insurgentes recorrieron la ciudad armados de lanzagranadas y armas automáticas, ocuparon dos comisarías de policía y destruyeron la casa del jefe de policía de la provincia de Dilaya.
En la provincia de Anbar, donde se encuentran las ciudades de Faluyá y Ramadi, 50 y 100 km al oeste de Bagdad respectivamente, nueve personas murieron y 57 resultaron heridas, indicó el ministerio.
Helicópteros estadounidenses Cobra lanzaron ataques en Faluyá, donde uno de ellos debió realizar un aterrizaje de emergencia, según los infantes de marina, que precisaron que su tripulación estaba a salvo.
Las mezquitas llamaron a través de sus altavoces a los rebeldes a cesar los combates, informando sobre un acuerdo de tregua entre notables locales y fuerzas de Estados Unidos.
En la periferia de la ciudad, intercambios de disparos entre rebeldes sunitas y soldados estadounidenses provocaron la fuga de la población hacia los barrios del sur.
En Ramadi, violentos enfrentamientos opusieron a rebeldes y soldados de Estados Unidos en el centro de la ciudad, según un testigo.
Los enfrentamientos comenzaron con un intento de atentado suicida contra una comisaría. Un policía mató al autor del atentado antes de que pudiera ejecutarlo, según testigos. Luego, se registró una explosión en otro puesto de policía. Rebeldes dispararon contra las fuerzas norteamericanas que llegaron al lugar.
Por otra parte, cerca de Bagdad, tres guardias nacionales murieron en un atentado suicida, según el Ministerio de Salud. El kamikaze, que llevaba una valija llena de explosivos, murió en el ataque.
Este ataque era el quinto de la jornada sólo en la capital iraquí contra las fuerzas de seguridad. Otros cuatro ataques con lanzagranadas y morteros contra sendas comisarías de policía en distintos puntos de la capital dejaron varios muertos más.
Esta nueva ola de violencia se produce a una semana del traspaso del poder previsto el 30 de junio al gobierno interino del primer ministro iraquí Iyad Allawi, amenazado de muerte el miércoles en un documento sonoro atribuido a Abu Mussab Al Zarkawi.
Allawi acusó a un grupo islamista y a fieles de Saddam Hussein de ser responsables de los ataques del jueves.
"Pensamos que lo que pasó hoy (jueves) en Mosul es obra de Ansar al Islam", afirmó Allawi, haciendo referencia al grupo compuesto por militantes kurdos y árabes vinculado a la red terrorista Al Qaeda.
Allawi precisó que los combates en Ramadi y Baaquba implicaban a partidarios del ex régimen de Saddam Hussein.
"Son los seguidores del antiguo régimen y los terroristas de Al Qaeda los que han causado esta jornada de dolor", expresó.
El ministro de Defensa en funciones del gobierno que debe tomar posesión de sus cargos el próximo día 30, Hazem al Chalán, advirtió de que su gobierno no descarta declarar el estado de emergencia en las zonas donde se descubran "vacíos de seguridad".
Los policías defendieron sus comisarías de estas agresiones con "una asistencia mínima por parte de las fuerzas de la Coalición", aseguró otro portavoz militar estadounidense en una conferencia de prensa.
Estos ataques, dirigidos contra las nuevas fuerzas de seguridad iraquíes demuestran que la insurgencia se encuentra lejos de estar acallada en el país y que este puede ser el momento para intentar boicotear el traspaso de soberanía del próximo miércoles.