Expertos no descartan otro sismo en Asia
"No se puede descartar un tercer sismo durante los próximos meses o años", señaló Mustafá Meghraui, del Instituto de Física del Globo (IPG), en Estrasburgo (Francia).
Teóricamente esta región tiene ciclos sísmicos comprendidos entre 150 y 200 años y la sacudida del 26 de diciembre ha desequilibrado muchísimo toda la zona, lo que posibilita la aparición de "sismos en cascada", explicó.
"Asistimos a una especie de vuelta al equilibrio", añadió el director de IPG, Michel Granet.
Según el servicio geológico de Estados Unidos (USGS), el nuevo terremoto, ocurrido el lunes por la noche, se localizó a sólo 300 km al sudeste del epicentro del de diciembre, que desató un terrible maremoto con su saldo de al menos 273 mil muertos o desaparecidos en 12 países de la región.
El origen de todos estos sismos y de los venideros es la gran falla de Sumatra, la subducción de la placa indoaustraliana por debajo de la placa eurasiana, más concretamente por debajo de una de sus subdivisiones, la placa indochina.
Al oeste de Sumatra, la primera de ellas avanza a un ritmo de unos cinco centímetros anuales con relación a la placa indochina, en dirección norte-norte-este.
El lunes se movió un segmento de la falla distinto al del 26 de diciembre, situado en una región comprendida entre el epicentro del sismo de Navidad y el de 1861, añadió Michel Granet.
El terremoto de diciembre liberó una enorme cantidad de energía hacia la fosa de subducción de la Sonda, bajo el archipiélago de Sunda, a lo largo de la línea de falla que transcurre al oeste de Sumatra y que ya originó dos fuertes sismos: en 1833 (de 8.9 grados de magnitud en la escala Richter) y en 1861 (de 8.5 grados Richter) en la isla de Nias.
"Es como si hubiese dos muelles atados: si se tira de uno y se suelta de golpe, una parte de la energía pasa al otro", comentó Meghraui.
Los sismos en cascada, una especie de sacudidas cuya intensidad va disminuyendo hasta que se afloja la mayor parte de la tensión, constituye un fenómeno frecuente.
Por otra parte, el sismo del lunes no ha provocado tsunami, al contrario de lo que se creía en las horas que siguieron al temblor, o para ser más rigurosos no ha causado olas gigantes como las de diciembre pasado.
La principal razón de la ausencia de maremoto es que el sismo del lunes tenía una magnitud entre 12 y 15 veces inferior al del Navidad, según el sismólogo John McCloskey de la Universidad del Ulster.
"Este punto es crucial ya que la energía liberada es importante" y de ella depende la posibilidad de que se produzcan movimientos en la superficie marina, señaló.
Además, se desconoce si el sismo del lunes, localizado a 30 km bajo el mar, levantó el fondo marino de manera vertical, condición necesaria para desencadenar un tsunami.
En Gunung Sitolo, los habitantes registraban los escombros el martes en busca de sobrevivientes en la isla indonesia de Nias, mientras que las familias lloraban a sus muertos después de que un terremoto de 8.7 grados azotó la región.
Se esperaban entre 330 y 2 mil fallecimientos.
Las Naciones Unidas y otras agencias de ayuda humanitaria se apresuraron a enviar suministros a la isla, la más afectada por el sismo unos tres meses después de que un terremoto aún más intenso provocó un maremoto en los países que circundan el Océano Indico.
Los temores de que se produjera un nuevo tsunami se disiparon el martes cuando los mares mostraron que no elevarían su nivel en las horas posteriores al sismo nocturno. Horas antes se había desatado el pánico en los países aún traumatizados por el desastre anterior.
Budi Atmaji Adiputro, portavoz de la Agencia de Coordinación para la Atención de Desastres Nacionales, de Indonesia, dijo que los rescatistas hallaron 330 cadáveres en los escombros. Se espera que aumente el número de muertos porque se cree que hay más cuerpos atrapados en los edificios derrumbados, señaló.
Desde el aire, parecía que aproximadamente el 30 por ciento de los edificios en Gunung Sitoli, la ciudad más grande de la isla, estaban destruidos, y había daños significativos en el segundo poblado en importancia, Teluk Dalam.
Un camarógrafo de Associated Press Television News que aterrizó brevemente en la ciudad dijo haber visto cuando menos un cadáver y unos cuatro isleños lesionados que esperaban atención médica.
Al menos dos incendios continuaban ardiendo en Gunung Sitoli. Desde el aire era posible ver a unas mil personas que se habían reunido en un amplio campo en la ciudad.
Una cancha de fútbol fue transformada en un centro provisional para la atención de las víctimas, con aproximadamente 10 lesionados graves -algunos de ellos recostados sobre puertas de madera- a la espera de ser trasladados por helicópteros de la agencia de ayuda humanitaria.
La gente rodeaba los helicópteros de la ONU cuando aterrizaban para entregar suministros.
En Yakarta, el presidente Susilo Bambang Yudhoyono envió sus condolencias a las familias de los muertos y dijo que países de todo el mundo habían ofrecido ayuda a Indonesia. "Es bienvenida y muy apreciada", afirmó.
El sistema de alerta de tsunami en el Océano Indico, recién en sus comienzos, contribuyó a diseminar la alarma en regiones afectadas por el último sismo y luego dio la luz verde indicando que no se esperaban gigantescas marejadas, dijo el martes un especialista de las Naciones Unidas.
El acuerdo a comienzos de este mes para establecer un sistema total de alerta ya redituó beneficios, aún cuando la red demorará unos dos años en ser concluida, dijo John Harding, del Centro Internacional de Estrategia para Reducción de Desastres, dependiente de la ONU.
Países del Océano Indico anunciaron el 8 de marzo un acuerdo para establecer un sistema total de alerta a fines del 2006, y fijaron el viernes como la fecha de inicio de un sistema interino, señaló Harding.
Pero muchos gobiernos ya habían ofrecido detalles de contactos a centros de alerta en Japón y en Estados Unidos. Eso permitió divulgar información sobre el sismo de 8.7 grados que afectó la región de Sumatra por la noche del lunes, indicó.
Tailandia, Indonesia y Sri Lanka ordenaron entonces una evacuación preventiva, dijo Harding.
"Ya han sido instalados sistemas de supervisión", declaró Harding. "Lo que no está aún funcionando es un canal formal de comunicaciones".
Harding indicó que se habían usado varias "redes".
Entre ellas figuró el sistema de la Comisión Oceanográfica Internacional, dependiente de la ONU, que envió un boletín a más de 1.000 suscriptores en la región.
El Centro de Advertencias de Tsunami en el Pacífico, una agencia estadounidense, informó del terremoto al departamento de Estado, que avisó a su vez a todas las embajadas de Estados Unidos en la región. Esas embajadas, por su parte, pasaron la información a las autoridades de cada país.
Los países que se reunieron en París a comienzos de este mes tenían como propósito evitar la pérdida de vidas, como la causada por el tsunami del 26 de diciembre. El plan es crear y vincular centros de tsunami entre diferentes naciones de la cuenca del Pacífico.