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EU reemplaza al general a cargo en Irak

El general Ricardo Sánchez, jefe de las tropas de Estados Unidos en Irak, será reemplazado como parte de una reestructuración del comando militar.
25 May 2004 – 12:00 AM EDT
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El Pentágono negó que el reemplazo de Sánchez tenga algo que ver con el presunto maltrato a presos en Irak.

El Departamento de Defensa también suspendió a la generala Janis Karpinski de su comando en la policía militar.

Tanto Sánchez como Karpinski se habían convertido en símbolos de la falta de supervisión en la cárcel de Abu Ghraib donde soldados estadounidenses habrían cometido abusos contra presos iraquíes.

Larry Di Rita, portavoz del secretario de Defensa Donald H. Rumsfeld, negó el martes que la partida de Sánchez estuviese vinculada al escándalo por los abusos a presos. "Eso es equivocado", dijo.

Di Rita dijo que tanto Rumsfeld como el jefe del estado mayor de las fuerzas armadas, el general Richard Myers, "tienen una muy buena impresión de la tarea que el general Sánchez realizó desde el comienzo" de su servicio en Irak. Sánchez asumió el comando en mayo del 2003.

Por su parte, el presidente George W. Bush, elogió el martes a Sánchez en la Oficina Oval: "Rick Sánchez ha realizado una tarea fabulosa", dijo el mandatario cuando se reunía con un grupo de iraquíes.

Karpinski y otros oficiales de la Brigada de Policía Militar 800° fueron acusados por investigadores del Ejército de prestar escasa atención sobre las operaciones cotidianas en la prisión de Abu Ghraib y de no actuar con firmeza para castigar a soldados que violaron las normas.

Sánchez será reemplazado en Irak en lo que funcionarios de la administración dijeron era una rotación programada luego de 13 meses de servicio en la nación árabe. Funcionarios del Pentágono dijeron el lunes que podría ser sustituido por el general George Casey, subjefe del estado mayor conjunto.

El domingo, el mando militar de Estados Unidos dijo que era falsa una versión del periódico The Washington Post según la cual Sánchez había presenciado maltratos a presos en la prisión de Abu Ghraib.

The Washington Post indicó que durante una audiencia pública el 2 de abril, un abogado militar dijo que el capitán Donald J. Reese le informó que Sánchez y otros altos oficiales estaban al tanto de los abusos cometidos contra presos iraquíes.

No obstante, la revelación coronó una semana intensa en la que se han conocido nuevas imágenes que empeoran la carga sádica de las vejaciones a los presos por parte de los soldados.

También la pasada semana, los máximos responsables militares relacionados directamente con Irak, los generales Sánchez y John Abizaid, dijeron en el Congreso que aceptaban la responsabilidad, pero no la culpa, y que nunca aprobaron órdenes de torturar en los interrogatorios.

De las comparecencias se desprende que hay una guerra sorda dentro del Pentágono sobre las responsabilidades en la dirección del trato a los prisioneros.

Los jefes militares sugieren que el gran culpable es el aparato de Inteligencia militar, y la dirección civil de Defensa y el subsecretario para asuntos de Inteligencia, Stephen Cambone, tratan de poner en primer plano a los jefes militares.

El abogado militar Robert Shuck defiende al sargento Ivan Frederick, aún pendiente de consejo de guerra y acusado por otros policías militares de ser el organizador del sistema de torturas.

Frederick es, hasta ahora, el militar de mayor rango de los sometidos a consejo de guerra. Lo que su abogado dice, según el Post, es que el mando de la compañía de policía militar, capitán Reese, habría acusado a Sánchez en una sesión interna de investigación celebrada el pasado 2 de abril.

Según la transcripción de esa sesión, celebrada en Bagdad, el fiscal militar preguntó al abogado: "¿Dice usted que el capitán Reese va a declarar que el general Sánchez estuvo allí y vio lo que estaba pasando?". El abogado responde: "Eso es lo que él me dijo".

En los testimonios que por ahora se conocen de Reese no figuran esas acusaciones, que el abogado concretó así: "Ha llegado a mi conocimiento que el general Sánchez estaba incluso presente en la cárcel durante estos interrogatorios y/o acusaciones de malos tratos de presos".

El 2 de abril, el capitán Reese se amparó en la versión militar de la Quinta enmienda de la Constitución [que protege el derecho de no declarar en contra de uno mismo]; según el diario, no le ha sido garantizada ninguna ventaja por parte de los fiscales a cambio de su testimonio contra otros, a diferencia de lo que ocurrió en el primer consejo de guerra, en el que compareció el soldado Jeremy Sivits.

El Pentágono reaccionó con rapidez: "Es falsa la información que sugiere que el general Sánchez estaba al tanto de que se estaban cometiendo malos tratos o que, en algunos momentos, estaba incluso presente en Abu Ghraib".

Sánchez recibió en enero la denuncia del soldado Joe Darby sobre los malos tratos en la cárcel y encargó una investigación, reflejada en el informe del general Antonio Taguba.

De esa información proceden todos los datos y fotos conocidos. El pasado miércoles, en el Senado, Sánchez prometió que la investigación recorrería toda la cadena de mando: "Y eso me incluye a mí", dijo.

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