Blair sale ileso de pesquisa sobre Irak
"Aceptamos totalmente las conclusiones del informe", afirmó Blair a la Cámara de los Comunes.
Blair afirmó el miércoles que las pruebas de que Saddam Hussein tenía armas de destrucción masiva (ADM) eran "menos seguras, tenía menos fundamentos" de lo que se decía antes de que comenzara la guerra en Irak.
"Cada vez más claro" que Hussein no podía utilizar armas de destrucción masiva en el momento de la invasión anglo-estadounidense, afirmó Blair.
"Tengo que aceptarlo: a medida que han pasado los meses, parece cada vez más claro que en el momento de la invasión Saddam no tenía armas químicas o biológicas listas para ser desplegadas", agregó.
El informe oficial difundido el miércoles indica que el primer ministro Blair no es responsable de los errores de los servicios de inteligencia británicos sobre las armas de destrucción masiva de Irak que precedieron a la guerra para derrocar a Hussein.
Asimismo indicó que Irak probablemente no tenía armas de destrucción masiva utilizables antes de la guerra.
El estudio de Lord Butler, que se divulga una semana después de un informe similar del Senado estadounidense, critica a su vez un dossier del 2002 que se preparó para recabar apoyo para la guerra.
Butler consideró también que muchas de las informaciones de los servicios de información británicos utilizadas para justificar la guerra en Irak eran "muy defectuosas" y "cuestionables".
Muchos de los detalles sobre el arsenal iraquí provenían de fuentes "humanas", subrayó la comisión británica.
Es posible que Hussein desarrollara antes de la guerra en Irak misiles de un alcance más largo que el admitido por las Naciones Unidas, pero "no tenía reservas significativas -e incluso ninguna- de armas químicas y biológicas para ser desplegadas o planes avanzados para utilizarlos".
La investigación fue pedida por Blair en febrero pasado para examinar las estructuras y los procesos que condujeron al gobierno a creer que en Irak había armas de destrucción masiva.
El primer ministro laborista, que recibió el informe el martes, intervino en la Cámara de los Comunes para comentar las conclusiones de esta investigación tan esperada y potencialmente comprometedora para él.
En tanto, el informe defiende la aseveración que hizo el gobierno de que tenían inteligencia que demostraba que Irak había buscado comprar uranio en Africa. Anteriormente se había dicho que esa información se basó en documentos falsos, acusación que el informe Butler desmintió.
"Nadie mintió, nadie se inventó la inteligencia, nadie incluyó observaciones en el dossier en contra de los servicios de espionaje", dijo Blair. "En circunstancias de gran dificultad, todo el mundo actuó genuinamente de buena fe para el país", agregó.
El informe podría darle un respiro momentáneo a Blair, quien se ha visto sometido a fuertes críticas en su país, inclusive por miembros de su propio partido, por su posición respecto a Irak.
La popularidad de Blair ha decaído desde que comenzó la guerra, y la prensa ha especulado constantemente sobre el fin de su mandato.
Sin embargo, el gobernante sigue manteniendo su fuerza a un año de las elecciones. Una encuesta reciente a los británicos sobre a quién elegirían primer ministro puso a Blair con el 47 por ciento, seguido del opositor Michael Howard, con 31 por ciento.
El informe fue muy crítico con la recopilación de inteligencia británica en Irak y reconoció que sus conclusiones podrían llevar a pedir la dimisión John Scarlett, actual director de la agencia secreta de Gran Bretaña, MI6, pero que en el 2002 encabezó el Comité Conjunto de Inteligencia que elaboró el dossier.
Sin embargo, "tenemos gran admiración por su carrera y sus habilidades", señaló la investigación sobre Scarlett.
El proceso seguido para el actual informe es similar a aquel que se realizó en enero con la publicación del informe de Lord (Brian) Hutton, sobre las circunstancias del especialista en armas David Kelly. Con este informe, son ya tres las investigaciones que no inculpan a Blair.