Atentados cobran más de 50 vidas en Irak
"Un kamikaze a bordo de un coche hizo explotar su vehículo en una concentración de obreros de la construcción, en el centro de Hilla, lo que provocó 22 muertos y 44 heridos", indicó a la AFP el doctor Mohamed Dhia, del hospital de Hilla.
El atentado se produjo a las 07:00 (04:00 GMT) en Bab al Hussein, en el centro de esta ciudad, situada a 120 kilómetros de Bagdad.
"El kamikaze se presentó antes los hombres congregados indicando que necesitaba mano de obra. Decenas de obreros se acercaron al coche, que explotó súbitamente", explicó un testigo, Haidar Ali, de 25 años.
"La explosión súbita sacudió todo el lugar y destrozó los cristales de una tienda cerca de donde yo estaba", dijo Muhsin Hadi Alwan, de 33, uno de los trabajadores heridos. "El piso estaba cubierto con restos de personas y con sangre, y los sobrevivientes corrimos".
Otros ataques de presuntos insurgentes en diferentes áreas del país mataron a 30 personas y lesionaron a 58, elevando la cantidad total de muertos en la jornada a 52.
Buscan a secuestrados
Por otra parte, las fuerzas iraquíes que buscaban a cuatro estadounidenses y un austríaco secuestrados en el sur del país, detuvieron a cerca de 200 presuntos insurgentes, dijo la policía.
Policías enmascarados y con fusiles automáticos mostraron los sospechosos a la prensa en una comisaría donde los prisioneros permanecían con sus ojos vendados y fueron obligados a sentarse en el piso afuera.
El mayor general de la policía, Ali al-Musaui, expresó que los hombres fueron detenidos el sábado en la noche por soldados iraquíes que requisaron varias áreas al norte de Basora, ciudad que está a unos 550 kilómetros al sudeste de Badgad.
En Basora se encuentra la mayor parte de los 7.200 soldados británicos emplazados en Irak.
Por otra parte, las fuerzas estadounidenses e iraquíes dieron muerte a 12 insurgentes, detuvieron a 11 y liberaron a ocho rehenes iraquíes durante incursiones en Bakuba y dos poblados cercanos a Kirkuk, 290 kilómetros al norte de Bagdad.
Los cuatro guardias de seguridad estadounidense y su colega austríaco permanecen desaparecidos desde el jueves, cuando fueron secuestrados en una carretera cerca de Safwan, una ciudad de mayoría sunita en la frontera con Kuwait.
Paralelamente, ocho campesinos murieron y dos fueron heridos el domingo por la mañana cuando rebeldes armados dispararon contra el minibús en el que viajaban en la región de Baaquba, al norte de Bagdad, según la policía.
Otras seis personas -tres civiles y tres policías- murieron en la explosión de una bomba artesanal en Bagdad, mientras que hombres armados mataron a un coronel de policía y a su chófer en el este de la capital.
Victoria militar en duda
La victoria militar ya no es posible en Irak, advirtió el ex secretario de Estadde Estados Unidos Henry Kissinger en una entrevista difundida el domingo en Londres, Inglaterra.
En un diálogo amplio con la cadena British Broadcasting Corp., Kissinger presentó una visión sombría sobre Irak y dijo que el gobierno estadounidense debía comenzar a dialogar con los vecinos regionales de Irak, incluyendo Irán, para que haya avances.
"Si por 'victoria militar' nos referimos a un gobierno iraquí establecido cuyo poder se extiende por todo el país, que controla la guerra civil y la violencia sectaria en un período de tiempo que el proceso político de la democracia pueda soportar, no creo que eso sea posible", expresó Kissinger.
Pero advirtió también en contra de una rápida retirada de los soldados extranjeros, expresando que eso podría provocar "consecuencias desastrosas", desestabilizando a los vecinos de Irak y causando un conflicto de largo plazo.
"Si se retiran todas las fuerzas sin un acuerdo internacional y sin una solución al menos parcial de algunos de los problemas, la guerra civil será aún más violenta y alcanzará dimensiones que probablemente excedan las que nos llevaron a Yugoslavia con la fuerza militar", consideró.
Los vecinos de Irak, especialmente aquellos con grandes poblaciones chiíes, se desestabilizarán si hay una evacuación rápida de las fuerzas extranjeras de Irak, dijo Kissinger.
"Por eso pienso que una caída dramática de Irak, como sea que eso suceda, tendría consecuencias desastrosas ... y nos podría traer nuevamente, de una u otra manera, a la región", expresó.
Conferencia internacional
Kissinger, que ha sido consultado por el Grupo de Estudio de Irak liderado por el ex secretario de Estado norteamericano James Baker III, pidió una conferencia internacional de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, los vecinos de Irak y las potencias regionales -como India y Pakistán- para analizar la forma de sacar adelante a la región.
Señaló que el proceso también debería incluir a Irán y que Estados Unidos tendría que dialogar con esa nación.
Cuando le preguntaron si Estados Unidos y Gran Bretaña deberían cambiar su estrategia, respondió: "Pienso que tenemos que redefinir la estrategia, pero no creo que la alternativa esté entre una victoria militar, como la definimos previamente, o una evacuación total".