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Ataque suicida en Irak deja 35 muertos

Un vehículo lleno de proyectiles de artillería se estrelló contra un grupo de voluntarios ante un centro de reclutamiento militar iraquí. La explosión dejó 35 muertos y 138 heridos.
17 Jun 2004 – 12:00 AM EDT
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La policía iraquí informó que la explosión se produjo luego de que un vehículo deportivo utilitario lleno de proyectiles de artillería se estrelló contra un grupo de voluntarios ante un centro de reclutamiento militar iraquí.

Un militar estadounidense dijo que se considera al atentado como un ataque suicida. Un funcionario del Ministerio de Salud iraquí, Saad al-Amili, dijo que al menos 35 personas murieron y 138 resultaron heridas.

Una columna de humo se alzó sobre la ciudad luego de la explosión, que pudo ser escuchada a varios kilómetros de distancia.

Se trata de uno de los atentados más sangrientos perpetrados en Bagdad y el tercero con un coche bomba que se produce en la capital desde el domingo. Este mismo centro de reclutamiento había sido objeto, el 11 de febrero, de un atentado aún más sangriento que costó la vida a 47 iraquíes.

El coronel estadounidense Mike Murray dijo que ninguno de los reclutas se cuenta entre las víctimas, así como tampoco militares iraquíes. No había soldados estadounidenses en la zona.

Sin embargo, sobrevivientes y funcionarios iraquíes dijeron que muchas de las víctimas habían ido al centro para ofrecerse como voluntarios para la fuerzas de seguridad del gobierno.

El capitán Hani Hussein, de los Cuerpos de Defensa Civil de Irak, dijo que unos 100 voluntarios trataban de ingresar en el centro de reclutamiento cuando un automóvil los embistió.

"Era un coche bomba. No sabemos de qué marca, pues sólo quedaron el motor y la caja de velocidades", declaró Saad Nafaa, un policía testigo de la explosión. "Estaba repleto de obuses de artillería y estalló delante del centro de reclutamiento", agregó, rodeado de jóvenes iraquíes que lloraban.

Poco después de la explosión, numerosos cuerpos destrozados yacían en la calzada delante del centro, mientras los socorristas se activaban para evacuar a los heridos en medio del caos.

"Esperábamos nuestro turno para registrarnos", contó Rafid Mudhar a The Associated Press desde su cama en el hospital de Karama. "De pronto, escuchamos una gran explosión y la mayor parte de los que estaban conmigo cayeron al suelo, incluyéndome. Estuve en coma por un momento y luego me arrastré a una ambulancia cercana".

"Todas las víctimas que llegaron aquí eran personas pobres que tratan de ganarse la vida. Querían trabajar como voluntarios para mantener a sus familias", dijo Yas Judair, miembro de las fuerzas de seguridad. "No había estadounidenses cerca cuando ocurrió la detonación".

Murray indicó por su parte que muchas de las víctimas acababan de bajar de un autobús alrededor de las 9 a.m., en un camino de cuatro carriles cerca del viejo Aeropuerto de Muthanna, el cual funciona ahora como una base estadounidense.

Fue cuando se apearon que el vehículo lleno de proyectiles de artillería hizo explosión, dijo Murray. "Este es claramente un ataque que ha afectado al pueblo iraquí", indicó.

El ataque es el más reciente dentro de una serie de acciones contra las fuerzas de la Coalición estadounidense y sus aliados iraquíes, mientras los norteamericanos se preparan para entregar la soberanía del país a los iraquíes para el 30 de junio.

Después de este traspaso, el nuevo Ejército iraquí está llamado a desempeñar un gran papel en el restablecimiento de la seguridad, ayudado por la fuerza multinacional dirigida por los estadounidenses.

Las autoridades de la Coalición que ocupa Irak han señalado que los incidentes de violencia se podrían incrementar en las semanas previas a la entrega de soberanía.

Rodeado por guardias de seguridad occidentales y policías iraquíes, el primer ministro interino Iyad Allawi visitó el lugar de la detonación y calificó el acto como "un ataque cobarde".

"Vamos a continuar enfrentando estos incidentes. El pueblo de Irak va a prevalecer y el gobierno de Irak está determinado a enfrentar a los enemigos, ya sea aquí en Irak on donde sea que estén en el mundo", sentenció.

Las fuerzas de seguridad de Irak trataron de ayudar a los heridos, mientras víctimas cubiertas de sangre eran cargadas en ambulancias y automóviles. Soldados norteamericanos recorrían la zona. Cristales rotos y escombros cubrían la carretera, de cuatro carriles.

Había manchas de sangre sobre el camino y al menos un proyectil de artillería en el suelo. También escombros regados sobre una carretera de cuatro carriles.

Horas antes de este suceso, varias explosiones se escucharon durante la noche y en la madrugada en Bagdad, al parecer sin causar daños, según fuentes militares estadounidenses que dieron cuenta de "explosiones controladas" de municiones.

El miércoles, unas 10 personas perdieron la vida, incluyendo a tres soldados estadounidenses, en diferentes ataques de la guerrilla.

El lunes y el martes, una ola de atentados contra el sector petrolero provocó la suspensión de las exportaciones y costó la vida al jefe de la seguridad de la Compañía de Petróleos del Norte, Ghazi Talabani, asesinado en Kirkuk (norte). Se trata del tercer asesinato de un alto funcionario desde el 12 de junio.

Las exportaciones de petróleo por los terminales del sur, de un nivel de 1.65 millones a 1.8 millones de barriles diarios (mbd), están interrumpidas durante "al menos dos días", afirmó un alto responsable del ministerio del Petróleo.

Mientras en la ciudad de Amara, soldados británicos enfrentaron a milicianos chiítas leales al religioso radical Muqtada al-Sadr en el sureste de Irak el jueves, luego de que la Coalición que ocupa el país detuvo a uno de sus lugartenientes, dijeron testigos y fuentes militares.

Nadie resultó herido, dijo un vocero militar británico.

Tres vehículos militares británicos fueron atacados la madrugada del jueves con armas pequeñas y una granada cohete en dos incidentes ocurridos en la ciudad de Amará, 290 kilómetros al sureste de Bagdad, dijo un vocero militar británico. Ninguno de los vehículos resultó dañado, dijo el vocero, quien pidió no ser identificado.

Los ataques ocurrieron luego de que las fuerzas británicas detuvieron al dirigente miliciano Ahmed Hachi. Un vocero militar británico expresó que tres personas fueron detenidas antes de la medianoche del miércoles, pero no las identificó.

De acuerdo con testigos, el combate se prolongó durante una hora y una tienda resultó incendiada como resultado.

Por otra parte, más de nueve iraquíes de cada 10 consideran a los soldados de la Coalición como "ocupantes" y una fuerte mayoría de ellos estima que su país sería más seguro si se fuesen, según un sondeo encargado por la Autoridad Provisoria de la Coalición (CPA).

Las conclusiones de este sondeo muestran una fuerte degradación de la imagen de las instituciones instaladas por los estadounidenses después de la caída del régimen de Saddam Hussein.

Sólo 11 por ciento de los iraquíes dicen tener confianza en la CPA, sin bien eran 47 por ciento en noviembre, según este sondeo realizado entre 1,097 personas entre el 14 y el 23 de mayo, después del escándalo de las torturas aplicadas por los soldados estadounidenses a los detenidos iraquíes de la prisión de Abu Ghraib.

De todas maneras, si bien 41 por ciento quisiera que se fueran de inmediato, el 45 por ciento desea su partida después de la elección de un gobierno permanente.

En otro terreno, la oposición laborista australiana pidió el jueves la dimisión del ministro de Defensa Robert Hill, acusándolo de no haber hecho circular informaciones respecto a torturas aplicadas a detenidos iraquíes en Abu Ghraib.

Por último, el contingente de gendarmes portugueses desplegado en Irak debería permanecer en este país hasta el 12 de noviembre, según Lisboa.

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