Abu Ghraib: Interrogarán cúpula militar
"Los abogados tendrán acceso a los generales John Abizaid, Ricardo Sánchez, su adjunto Thomas Metz, el jefe de los servicios penitenciarios Geoffrey Miller y la jefa de los servicios de inteligencia de la coalición Barbara Fast", afirmó la coronel Jill Morgenthaler.
"También podrán interrogar a otros miembros de la cadena de mando" de las fuerzas estadounidenses en territorio iraquí, precisó.
Según la edición del 21 de mayo del diario Washington Post, que citaba a un abogado militar de uno de los detenidos, el general Sánchez estaba presente en la prisión durante algunas exacciones. El Centcom desmintió enérgicamente esta información.
El presidente del tribunal militar norteamericano, el coronel James Pohl, autorizó estos interrogatorios desde el inicio de las audiencias preliminares. De aquí a fines de julio, los abogados deberán hacer llegar sus conclusiones y el magistrado decidirá si convoca a una nueva sesión o a la corte marcial.
Sólo dos acusados declararon este lunes: el sargento en jefe Javal Davis y el soldado Charles Graner. Davis podría ser condenado a ocho años y seis meses de prisión y Graner a 24 años y seis meses.
La audiencia del tercer acusado, el sargento en jefe Ivan Frederick, que puede ser condenado a 16 años y seis meses de prisión, se postergó hasta el 23 de julio, ya que su abogado no se presentó este lunes.
Los abogados intentaron demostrar que el trato inflingido a los detenidos por parte de sus clientes en la siniestra prisión de Abu Ghraib fue el resultado de las órdenes de la comandancia norteamericana.
El defensor de Graner, Guy Womach, pidió que comparezca el secretario norteamericano de Defensa, Donald Rumsfeld.
"Queremos hacerle preguntas. Es posible que haya alentado a los agentes de inteligencia a mostrarse agresivos. Y eso pudo haber tenido el efecto de dejarlos con la impresión de que tenían el campo libre" para obtener informaciones, afirmó Womach.
Los abogados indicaron que incluso hubieran querido entrevistarse con el presidente norteamericano, George W. Bush, sobre los procedimientos de interrogatorios implementados por el gobierno luego del 11 de septiembre de 2001, indicó Paul Bergrin, el defensor de Javal Davis.
Bush había declarado a la televisión que las reglas previstas por las Convenciones de Ginebra no podían aplicarse en la guerra contra el terrorismo, según Davis.
El juez Pohl también se negó a cambiar la jurisdicción de los juicios del soldado Charles A. Graner y de los sargentos Javal S. Davis e Ivan L. Frederick, por lo cual serán procesados en Irak.
Pohl dejó abierta la posibilidad de llamar a jefes militares al tribunal si abogados de la defensa pueden demostrar que su testimonio es relevante. Ya Womack, abogado civil de Graner, dijo que eso es lo que intentan hacer los abogados.
Womack dijo que existe "una buena posibilidad" de que interrogue al secretario de Defensa de Estados Unidos, Donald Rumsfeld. Añadió que aún cuando duda que vaya a interrogar al presidente George W. Bush, "ciertamente tomaré (esa posibilidad) en consideración".
Los abogados civiles de Davis y Graner lograron permiso para interrogar al principal general de Estados Unidos en Irak, Ricardo Sánchez, y al jefe del Comando Central de Estados Unidos, general John Abizaid.
El abogado civil de Davis, Paul Bergrin, también ha dicho que desea interrogar a Bush y a Rumsfeld acerca del maltrato a los prisioneros, aunque hasta el momento no ha presentado una solicitud formal ante el tribunal.
"Nos gustaría entrevistar a Bush porque sabemos, de hecho, que el presidente Bush cambió las normas de obtención de datos de inteligencia", dijo Bergrin el lunes.
Los defensores de Davis y Graner también intentaron, de manera infructuosa, que el juicio sea trasladado a Estados Unidos o a Alemania. Sin embargo, Pohl dijo que podría reconsiderar su dictamen si futuros eventos en Irak impiden un proceso imparcial.
Luego de una audiencia preliminar en Bagdad, los abogados de los tres acusados dijeron que sus clientes simplemente estaban acatando órdenes de sus superiores y de funcionarios de la inteligencia militar.
"No se puede pensar que soldados estadounidenses en una zona de guerra cuestionen la legalidad de una orden", dijo Womack a la prensa.
Por otra parte, Pohl declaró que la prisión de Abu Ghraib es el sitio de un crimen, y por lo tanto no puede ser destruida antes de que se formule un veredicto.
El presidente Bush había ofrecido desmantelar Abu Ghraib para ayudar a eliminar la mancha de las torturas y los abusos en un nuevo Irak. La oferta fue rechazada por funcionarios iraquíes, indicando que sería una pérdida de dinero quedarse sin el edificio.
El régimen de Saddam Hussein usó Abu Ghraib para torturar y asesinar a sus opositores.