Venganza de pandilleros sacudió cárceles
"Lo que tenemos aquí es acción de un grupo de pandilleros armados tipo comando que penetraron al centro y comenzaron a disparar", dijo el viceministro de gobernación encargado del área de seguridad pública, Julio Godoy Anleu.
Además indicó que los dos decapitados perdieron la cabeza debido a la explosión de lo que se presume eran granadas de mano lanzadas contra los pandilleros.
"Todos los muertos son de la Mara 18", dijo a periodistas Byron Alvarado, director del programa de adolescentes en conflicto con la ley.
A eso de las 8 y 20 de la noche los pandilleros "tipo comando" ingresaron al penal por la pared que colinda con una montaña cercana.
El centro "Las Gaviotas", ubicado en las afueras de esta capital, era resguardado por apenas 10 policías.
Alvarado admitió que existe debilidad en el lado norte pues es una zona boscosa por donde es fácil el acceso.
Godoy también indicó que se logró capturar a 3 pandilleros que, dado que no figuran en los registros de reclusos de "Las Gaviotas", se presume forman parte del grupo responsable del múltiple asesinato.
Uno de los más sangrientos
El motín es uno más en una serie de hechos sangrientos en prisiones que, durante el último mes, han escandalizado a la población.
La semana pasada, 11 menores resultaron heridos en un enfrentamiento entre pandilleros en este mismo centro de detención.
La mañana del lunes 19 de septiembre, tres pandilleros fueron muertos en un motín en la cárcel de Izabal, ubicada a unos 250 kilómetros al noreste de la capital.
El 15 de agosto, al menos 31 pandilleros murieron y unos 60 fueron heridos durante un enfrentamiento entre pandilleros de la Mara 18 y la Mara Salvatrucha durante siete motines simultáneos en igual número de cárceles.
Las violentas 'maras' que operan en Guatemala, así como en el resto de la región, México y Estados Unidos, protagonizaron el noveno ataque desde el primer enfrentamiento el pasado 15 de agosto. Las riñas entre estos grupos antagónicos han dejado hasta el momento un saldo total de 51 muertos.
"En todas la organizaciones de derechos humanos existe una preocupación porque es lamentable que las autoridades no tomen ningún tipo de precaución para evitar este tipo de asesinatos", dijo el vocero del Centro para la Acción Legal en Derechos Humanos, Miguel Angel Albizures. Para Albizures, lo más grave es que las agrupaciones humanitarias consideran que las propias autoridades de Gobernación (Interior) podrían estar involucradas en los enfrentamientos violentos. "Nos parece que es una estrategia (de Gobernación) de provocar los enfrentamientos. Fueron ellos quienes hablaron de una revancha entre las maras y nunca hicieron algo para prevenir estos acontecimientos", agregó, en alusión al pasado 15 de agosto cuando riñas en seis cárceles dejaron 35 muertos. Entre tanto, el director del humanitario Grupo de Apoyo Mutuo (GAM), Mario Polanco, hizo un llamado a las autoridades para aprobar una reforma a la ley del sistema penitenciario. De acuerdo con el activista, en las prisiones no existen controles, los internos, pese a estar prohibido, ingresan armas, drogas, teléfonos celulares y objetos punzo cortantes debido a la corrupción de la policía penitenciaria. El propio ministro del Interior, Carlos Vilemann, reconoce las deficiencias, por lo que trabajan en un programa de reestructuración del sistema penitenciario. El ministro reconoce que la corrupción en el sistema penitenciario permite que los reos también puedan "ingresar (a las prisiones) teléfonos celulares, televisores y hasta computadoras portátiles". El pasado 24 de agosto, una organización especializada en temas judiciales solicitó a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) medidas provisionales de protección a pandilleros en prisión, luego de los violentos enfrentamientos en las prisiones.
En el 2003, la CIDH ordenó al Estado guatemalteco que tomara medidas a favor de la integridad de los pandilleros, debido a las condiciones denigrantes y de hacinamiento en que se encontraban en prisión.