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Rumores de golpe en Bolivia

El gobierno boliviano habla de "señales conspirativas" para desestabilizar al presidente Evo Morales.
10 Oct 2006 – 12:00 AM EDT
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El lunes, en la Asamblea Constituyente la dirigente del oficialista Movimiento al Socialismo (MAS) Mirtha Jiménez había indicado a la prensa que las protestas cotidianas son "señales conspirativas".

Al menos una persona, un fotógrafo, resultó herido cuando intentaba cubrir la trifulca que convirtió al centro de La Paz en un campo de batalla por al menos una hora. La policía debió desplegar camiones lanza agua, mientras piedras y otros objetos cruzaban de un sector a otro.

Las actividades en la capital boliviana quedaron también afectadas por la continuación del paro indefinido iniciado la víspera por el transporte público contra disposiciones de la alcaldía y la llegada de una marcha de mineros molestos con el gobierno.

"Hay una suerte de intento de desestabilización que está empezando por el desequilibrio de las fuerzas que apoyaban al MAS. Se está aprovechando el escenario para condenar al MAS e intentar desestabilizar al gobierno y eso es un golpe constitucional", agregó Jiménez.

Jiménez oincidió así con el presidente venezolano, Hugo Chávez, quien dijo el lunes en Caracas que en Bolivia se ha puesto en marcha "una conspiración" orquestada por el gobierno estadounidense, "para derrocar a Evo Morales", aliado ideológico del mandatario sudamericano.

Ayer, cientos de seguidores del presidente boliviano se enfrentaron con piedras y palos a numerosos choferes del transporte público cuando éstos realizaban una marcha por el centro de La Paz en contra de la alcaldía.

En dialogo con Univision Online, Patricio Navia, profesor del Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Nueva York, dijo que le parece "improbable" que los militares salgan a desestabilizar el gobierno e instalen un gobierno militar.

"Lo que sí hemos visto en América Latina, y en particular en Bolivia, es que los presidentes democráticamente electos son forzados a renunciar por ingobernabilidad y crisis políticas como la que está ocurriendo ahora mismo en el país. Hemos visto que las protestas las están dirigiendo grupos organizados del pueblo pero no los militares", agregó el analista.

Aún así, Navia no descarta del todo que personas cercanas al gobierno de Estados Unidos pudieran estar interesados en desestabilizar al equipo de Evo Morales debido a que éste ha tomado decisiones contrarias a los intereses norteamericanos.

"El presidente Morales Nacionalizó el gas en su país y ha cerrado oportunidades de negocio para algunas empresas que se benefician del mercado libre", explicó Navia.

"Y si además Estados Unidos quiere reducir la influencia de Hugo Chávez en América Latina, entonces sí podría tener interés en que el gobierno de Evo Morales, el principal aliado de Chávez, pudiera verse debilitado", agregó. Navia explicó finalmente que puede que los militares quieran desestabilizar el gobierno, pero insistió en que "en América Latina hoy es impensable un golpe militar exitoso en medio de todo este proceso de consolidación democrática" al recordar que el último golpe de estado que se intentó en la región, contra el presidente venezolano Hugo Chávez en el año 2002, fue un intento fallido.

El pueblo boliviano se siente engañado por las promesas incumplidas de un hombre que no sólo supuso el ascenso democrático de los indígenas, sino la reivindicación de los derechos y valores de una comunidad segregada y humillada, pero a la que el elegido presidente no ha sabido responder con creces.

Pero a Evo le pasó como a Eva, en la génesis de la humanidad, que incumplió su promesa a Dios y cayó en desgracia.

Su 'originaria' decisión de modificar la forma en que la Asamblea Constituyente reformará la Constitución para poder redactar una Carta Magna a su antojo no sólo le ha restado enorme popularidad, sino que ha puesto en riesgo la estabilidad de su país, pues es notorio que Morales cada vez se asemeja más al estilo autoritario de Chávez.

A esto se han sumado otra serie de decisiones impopulares desde el comienzo de su gobierno, como por ejemplo la prohibición de la religión en los colegios confesionales y católicos, que tienen al mandatario boliviano contra las cuerdas.

La elección de Evo representó, sin duda, la victoria de uno de los sectores históricamente segregados en América Latina y se convirtió en un importante acto de inclusión social. La democracia saludó el hecho de que su triunfo como presidente de Bolivia se diera mediante la votación del pueblo, y no por las armas o la insurrección.

Mineros siguen protestando

Previo a los choques de ayer, se vivieron momentos de tensión con el ingreso de cientos de mineros al centro paceño en una marcha de la Central Obrera Boliviana (COB) contra el gobierno, al que acusa de no haber hecho lo necesario para impedir los enfrentamientos en el sector que la semana pasada dejaron al menos 16 muertos y un centenar de heridos.

Cuando llegaban los mineros, hicieron su aparición por primera los seguidores de Morales. Al grito de "Evo, Evo" salieron a su paso para insultarlos e incluso agredirlos. Los mineros ingresaron detonando cartuchos de dinamita pero no respondieron a los oficialistas.

Al mismo tiempo, otros 400 choferes, entre propietarios de unidades y asalariados, iniciaron una huelga de hambre en contra de la decisión del Congreso y del Ejecutivo de dar paso a la "nacionalización" de cerca de 60.000 vehículos ingresados de contrabando en los últimos años, porque suponen una competencia para el sector.

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