Partido de Lula perdería en municipales
La segunda vuelta de los comicios regionales brasileños este domingo, en 43 municipios, concluye el primer examen electoral del Partido de los Trabajadores (PT) desde que llegó a la presidencia, en enero del 2003.
El PT no sólo va detrás en Sao Paulo sino en otros de sus tradicionales bastiones, como la ciudad de Porto Alegre, al extremo sur del país.
Los oficialistas, sin embargo, lograron en la primera vuelta, realizada el 3 de octubre, elevar su presencia municipal de 204 a 389 alcaldías de las más de 5,500 de todo el país.
Más de 4 mil militares fueron despachados en la semana hacia cuatro municipios, como previsión. Se reportaron las detenciones de militantes haciendo proselitismo, prohibido durante la jornada.
Anticipando lo que será la agenda presidencial, el ministro de la Coordinación Política, Aldo Rebelo, afirmó que Lula prepara encuentros con todos los alcaldes, oficialistas y de la oposición, elegidos en el primer turno y en la segunda vuelta.
Los alcaldes electos de oposición pueden esperar una "convivencia respetuosa con el gobierno federal y el mismo tratamiento que el gobierno da a los alcaldes electos por los partido de su base" aliada, dijo Rebelo. Señaló que los encuentros con Lula serían entre noviembre y diciembre.
"No veo ninguna relación entre el desempeño del gobierno federal y el resultado de las elecciones municipales", dijo José Dirceu, jefe de gabinete y uno de los más influyentes colaboradores de Lula.
Dirceu destacó la mejoría oficialista en las encuestas y en la percepción que se tiene gobierno al descartar que la jornada electoral sea un referéndum sobre la gestión del gobierno.
La contienda electoral, que se realiza sólo en aquellas municipalidades con más de 200 mil habitantes y donde ninguno de los aspirantes logró más de 50 por ciento de los votos en la primera vuelta, es clave para el gobierno de Lula que busca mayor apoyo para impulsar su agenda legislativa en la capital, Brasilia.
Las autoridades locales son importantes para las elecciones al Congreso del 2006, cuando también se votará por un nuevo presidente y Lula -dicen voceros del gobierno- concurriría a una reelección.
El gran premio de la elección es Sao Paulo, donde Lula se hizo famoso como una radical líder sindical y fundó el PT, tras mudarse de su remoto poblado natal al nordeste brasileño hasta esta ciudad de poco más de 10 millones de habitantes, 18 millones si se le suman los suburbios.
Los sondeos muestran que la alcaldesa de Sao Paulo, corazón financiero e industrial de Brasil, y aspirante a la reelección por el PT, Marta Suplicy, perdería frente al ex ministro de Salud, José Serra, un tecnócrata quien perdió la disputa de 2002.
"Hoy quien habla es el pueblo que se manifiesta en las urnas, dentro del proceso democrático", dijo Serra tras votar. Sonriente y haciendo la señal de la victoria con las dos manos en alto, Serra, no obstante, se mostró cauteloso sobre el resultado de la contienda.
"La encuesta que vale es la de las urnas", dijo.
Con al menos siete puntos de desventaja, Suplicy dijo tener fe "hasta que se abra la última urna". Agregó que si pierde "será por poco. Hice todo lo que podía hacer", aseguró.
A Suplicy, una sicóloga de 59 años, se le acreditan medidas como un boleto único de ómnibus que permite transferencias sin pagos extras, pero también un aumento de 20 por ciento de la deuda de la ciudad.
Su imagen además se vio afectada cuando, ya en el gobierno, se divorció de Eduardo Suplicy, un legislador del PT, y se casó con un argentino-francés.
Serra, un economista de 62 años y perteneciente al Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), estuvo al frente de importantes iniciativas -como garantizar medicamentos gratuitos para el tratamiento del sida y el uso de medicinas genéricas- cuando ocupó la cartera de Salud durante el gobierno del presidente Fernando Henrique Cardoso (1995-2002).
Para los comicios estaban habilitados unos 27.3 millones de los 119.8 millones de electores del país.
Lula no concurrió a las urnas: votó en la primera vuelta el pasado 3 de octubre, cuando el candidato del PT, Vicente Paulo da Silva, sin vinculaciones familiares con el mandatario, perdió en la contienda por la alcaldía en el poblado de la residencia privada del mandatario -Sao Bernardo do Campo, en el estado de Sao Paulo.
Con sus más de 10 millones de habitantes, la mayor ciudad de Brasil, así como su centro financiero e industrial, busca el domingo un alcalde. La mayoría parece querer un buen administrador que lidie con problemas tradicionales como un tráfico infernal, el crimen y miles de pobres.
Los dos aspirantes, en esta segunda vuelta de los comicios regionales brasileños, son la actual alcaldesa Suplicy, oficialista, y el ex ministro de Salud, Serra, opositor.
"Voté por Serra porque Marta y el PT no han sido fieles a sus propuestas de priorizar a los pobres y poco privilegiados", dijo Bolívar Vasquez, un vendedor de autos de 51 años.
Suplicy "hizo muy poco para mejorar la vida de los pobres que viven en las barriadas", agregó Vasquez a la salida de un centro electoral de Sao Paulo.
Serra "es mucho mejor administrador... no creo que Marta fuera una mala alcaldesa, pero voté por Serra", dijo Ernesto Sales Fonseca, un dentista de 53 años, y quien sufragó en el mismo centro del candidato opositor, una escuela en la acomodada barriada de Alto de Pinheiros.
Y aunque varios aseguraron no tener simpatías por el PT, sin embargo, respaldaron la gestión de Suplicy.
"No soy una fanática del PT, pero me gusta Marta. Voté por ella porque creo que ha sido el mejor alcalde de Sao Paulo en años", dijo Eliana Tavares, un ama de casa de 43 años.
"Nadie se ha preocupado por los pobres ni hecho nada por ellos, especialmente en términos de educación y transporte", dijo Tavares. "Claro, aún hay mucho por hacer", añadió.
Hace cuatro años, durante los últimos comicios regionales, Suplicy ganó la alcaldía en segunda vuelta. "Creo que ha hecho un buen trabajo, pero hoy voté por Serra porque creo que será aún un mejor administrador" que la actual alcaldesa, dijo el ingeniero mecánico, Roberto Prospero, de 34 años.
"Si Marta compitiera contra cualquier otro, votaría por ella de nuevo", aseguró.
Esa imagen de buen administrador de Serra, labrada cuando fue ministro de Salud del gobierno del presidente Fernando Henrique Cardoso (1995-2002) y comenzaron programas como el reparto gratuito de medicamentos para el sida, parece conquistar a los paulistas.
"Marta no fue una mala alcaldesa e hizo muchas cosas buenas, pero creo que Serra hará un mejor trabajo porque es un mejor administrador, con más experiencia tanto en el gobierno local como federal", dijo Luiz Henrique Lafratta, un administrador de 36 años. "Y además Marta es demasiado arrogante", agregó.