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EU alerta sobre crisis ecuatoriana

La crisis que se agudizó en Ecuador tras la destitución de Lucio Gutiérrez como su presidente, ha desatado una serie de críticas al país.
25 Abr 2005 – 12:00 AM EDT
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Estados Unidos alertó a sus ciudadanos sobre la inestabilidad de la situación en Quito y les recomendó no acercarse a las manifestaciones y evitar desplazamientos por la capital.

El departamento de Estado emitió dicha alerta para "advertir a los estadounidenses de que la situación en Quito sigue siendo inestable tras la destitución del presidente el 20 de abril".

"Las protestas, concentradas en Quito, pueden calmarse, pero existe la posibilidad de que continúen. Los ciudadanos estadounidense deberían evitar a la multitud y las manifestaciones y desplazamientos por la ciudad", agregó.

La alerta, vigente hasta el próximo 31 de mayo, alertó sobre la posibilidad de que "concentraciones pacifistas se vuelvan violentas" y aconsejó a sus ciudadanos de "evitar las zonas de las manifestaciones" y que "busquen informaciones de confianza" para estar al tanto de lo que ocurra en Quito.

Gutiérrez viajó en un vuelo militar a Brasil, país que le otorgó asilo tras ser derrocado el pasado miércoles por el Parlamento.

La salida de Gutiérrez del Poder Ejecutivo ecuatoriano y el juramento como nuevo mandatario del vicepresidente Alfredo Palacio se produjo tras dos semanas de intensas protestas populares y de disputas políticas y con el poder judicial.

Desde el momento que Gutiérrez se refugió en la residencia del embajador brasileño en Quito, Sergio Florencio, decenas de manifestantes se congregaron en el lugar y hostilizaron a varios funcionarios de la representación diplomática.

La tensa situación en la casa de Florencio y en la sede de la embajada de Brasil llevó al vicecanciller brasileño Samuel Pinheiro Guimaraes, secretario general del Palacio de Itamaraty (Cancillería), a pedir protección especial para sus diplomáticos.

Brasil, que dispuso de un avión militar para sacar a Gutiérrez, esperaba un salvoconducto del gobierno de Quito para evitar que el ex mandatario fuera arrestado al momento de salir de la casa del embajador.

El avión de la Fuerza Aérea Brasileña que trasladó a Gutiérrez y su familia partió del aeropuerto de Latacunga, 90 kilómetros al sur de Quito, luego de un operativo iniciado desde tempranas horas de la madrugada.

El destituido mandatario, que alcanzó a permanecer 27 meses en el poder, salió por la puerta posterior de la residencia del embajador de Brasil vestido con traje de campaña del Grupo de Operaciones Especiales (GOE) y en un vehículo de esa fuerza policial.

El canal Bandnews informó que Gutiérrez firmó el documento en el que se compromete a las condiciones de asilo político territorial exigidas por el gobierno de Brasil, como abstenerse de hacer política y presentarse de manera periódica ante la policía.

El asilo político territorial, expedido por dos años y que puede ser renovado, sustituye el asilo diplomático que fue concedido durante su refugio por casi cinco días en la residencia del embajador brasileño en Quito, Sergio Florencio.

El presidente ecuatoriano, Alfredo Palacio, quiere construir una "alianza con el pueblo" para completar el mandatato del depuesto Lucio Gutiérrez, dijo su canciller, Antonio Parra Gil, en una entrevista publicada por el diario brasileño O Globo.

Palacio, que era vicepresidente de Gutiérrez, es "un hombre honesto y capaz. Un hombre de enorme cultura, que está preparado para transformar el país", aseguró Parra Gil.

Cuando el periodista le interrogó acerca de la falta de base política del nuevo jefe de Estado, Parra Gil fue categórico: "Vamos a construir nuestra base y, sobre todo, nuestra alianza con el pueblo".

Esa situación no preocupa a Parra Gil.

"No es necesario un reconocimiento. Lo que nos duele es qu los países duden de la legalidad de nuestro proceso democrático", afirmó.

Respecto al asilo que diera Brasil a Gutiérrez , Parra Gil se abstuvo de criticar al gobierno del presidente Luiz Inacio Lula da Silva.

"Esa decisión no nos pareció errónea. Respetamos la posición del gobierno brasileño y queremos tener magníficas relaciones con el presidente Lula", afirmó.

Pero eso no excluye la posibilidad de reclamar su extradición, "si existen elementos" para solicitarla, y "dependerá de Brasil autorizarla o no", aclaró el nuevo jefe de la diplomacia ecuatoriana.

En este contexto, el ex presidente ecuatoriano, Abdalá Bucaram se encuentra en la clandestinidad en Ecuador, afirmó en el puerto de Guayaquil su abogado personal, Héctor Solórzano, quien aseguró que "no va a abandonar por ningún motivo el país".

"El ex presidente Bucaram no ha salido de Ecuador pese a que por orden del ministro de Gobierno la policía casi lo coge en Quevedo (al suroeste del país) pero los habitantes de esa región lo salvaron", dijo Solórzano en declaraciones a la prensa. Agregó que tras "salvarse milagrosamente", Bucaram estuvo a punto de caer en manos de la policía, en una segunda ocasión, en la península de Santa Elena, a unos 100 km al noroeste de Guayaquil, pero indicó que "nuevamente la oportuna intervención de sus amigos y de la gente que lo quiere, lo evitó".

Solórzano aseguró que Bucaram se mantendrá en la clandestinidad para proteger su vida y señaló que el ex presidente no tiene deudas con la justicia ecuatoriana ya que, según afirmó, fue exonerado por una providencia de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) recientemente.

La Fiscal General encargada, Cecilia Armas pidió a la policía la captura de Bucaram minutos después de que una mayoría del Congreso Nacional destituyera al presidente Lucio Gutiérrez por abandono del cargo.

La misma funcionaria ordenó el arresto de Gutiérrez bajo el cargo de propiciar la violenta represión de la policía durante las manifestaciones callejeras en Quito que dejaron dos muertos y casi dos centenares de contusos, heridos y asfixiados.

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