Entierran a brasileño muerto en Londres
El entierro de Menezes, de 27 años, tenía lugar por la tarde, después de una misa.
La capilla del pueblo permanece abierta desde el día anterior cuando recibió después de una largo periplo iniciado en Londres el ataúd con los restos del electricista, muerto de ocho tiros ---siete de ellos en la cabeza-- el 22 de julio en una estación del tren subterráneo de la capital inglesa.
La policía de Londres dijo que Menezes no atendió la voz de alto por lo cual agentes policiales le derribaron y dispararon, al confundirlo con un terrorista, en medio de la alarma creada por pequeñas detonaciones el día anterior y los atentados del 7 de julio, que dejaron mas de 50 muertos.
Colocado junto al altar de la iglesia, el simple ataúd de madera permanece cubierto con la bandera de Brasil, mientras cientos de pobladores de Gonzaga y regiones cercanas desfilan frente al féretro y confortan a los parientes.
Su destino final será el cementerio del pueblo, ubicado en una colina desde la que se divisa todo Gonzaga.
Sentado en silencio en un banco de madera a pocos metros del ataúd, el padre de Menezes, Matzinhos, llora en silencio cubriendo su rostro con las manos. La madre, María, estaba en casa de amigos.
Este poblado de 6 mil habitantes, en el estado de Minas Gerais al este de Brasil, permanece con las banderas a media hasta, vecinos han colocado listones negros en sus balcones.
Como muchos en el pueblo, Menezes fue al exterior en busca de ganar dinero y regresar para iniciar una nueva vida.
El electricista tenía poco más de tres años viviendo en Londres. La última vez que estuvo en Brasil fue el verano pasado visitando a su familia en Gonzaga y según sus parientes pensaba quedarse otros tres años en Inglaterra para reunir lo suficiente y poder comprar tierra y ganado en este poblado.
Tras varias contradictorias versiones, el Ministerio del Interior reveló que la visa de estudiante de Menezes tenía más de dos años de vencida y que su pasaporte tenía un sello que no era utilizado para la época por las autoridades inglesas.
De inmediato la cancillería brasileña replicó que independientemente del estatus de Menezes, "en nada se altera la responsabilidad de las autoridades británicas en la muerte trágica de un ciudadano brasileño inocente y pacífico", y que espera tanto el resultado de una completa investigación del caso como el avance de negociaciones para una indemnización a la familia.
El primer ministro Tony Blair se ha disculpado por el error, pero en Gonzaga parientes y amigos han dicho que las disculpas no son suficientes y piden castigo para los autores de lo que califican como un asesinato y un acto de terrorismo.
"Jean, mártir del terrorismo inglés", se lee en un gran pancarta de letras rojas colgada en una de las casas del pueblo.
Desde Governador Valadares los restos de Menezes fueron trasladados hasta esta localidad, cuyos habitantes se agolparon en las callejuelas de piedra del pueblo sosteniendo pancartas en las que se leía "Queremos justicia".
"Todo está muy tranquilo y triste", dijo el agente policial Rogerio de Souza asegurando que cerca de 2 mil personas que no viven en el pueblo llegaron a Gonzaga para "prestar sus respetos a Jean".
"No podemos tolerar la violación de derechos humanos en nombre del combate al terrorismo", dijo temprano a la televisora el Secretario Nacional de Derechos Humanos, Mario Mamede, representante en los funerales del presidente Luiz Inacio Lula da Silva.
Lula se comunicó telefónicamente con los parientes de Menezes para expresarles sus condolencias.
Las autoridades inglesas han dicho que un eventual pago de indemnización debe ser negociado entre los parientes de Menezes y la policía.
La muerte de Menezes provocó manifestaciones pacíficas frente a la embajada inglesa en Brasilia y los consulados en Río de Janeiro y Sao Paulo.