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Costa Rica: Sangrienta toma de embajada

Un policía costarricense que custodiaba la embajada de Chile mató a tres de los diez rehenes que había tomado en esa legación, luego se suicidó.
28 Jul 2004 – 12:00 AM EDT
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Después de más de seis horas de incertidumbre, el secuestro acabó cuando la policía penetró en el lugar y se encontró con la tragedia consumada por José Orlando Jiménez Jiménez, de 54 años.

Los tres funcionarios asesinados por el agente son el cónsul de Chile en Costa Rica, Cristhian Yusef, el secretario de la embajada, Roberto Nieto, y la secretaria, Rocío Sariego, también chilena.

El ministro de Seguridad de Costa Rica, Rogelio Ramos, confirmó que Jiménez se suicidó con su arma reglamentaria.

Los siete restantes rehenes -tres chilenos, tres costarricense y una nicaragüense- fueron llevados a un hospital para un chequeo médico.

Ramos relató a la prensa que los tres funcionarios chilenos fueron asesinados en el mismo momento en que se produjo la toma de la embajada, a las 15.45 hora local (21.45 GMT).

El secuestrador se suicidó poco antes de que una unidad especial de la Fuerza Pública entrara en la sede diplomática, aseguró Ramos quien precisó que cuando los agentes accedieron a lugar se encontraron a Jiménez agonizando.

Ramos indicó que la decisión de entrar en la embajada, situada en el sector este de San José, en una zona comercial y de oficinas, se tomó de común acuerdo con las autoridades chilenas.

El embajador de Chile en Costa Rica, Guillermo Yungue, no se encontraba en la legación en el momento en que se produjo la toma de los rehenes.

El policía Jiménez, que siempre había mostrado un ejemplar comportamiento y gran disciplina, trabajaba en la sede diplomática chilena desde hacía cinco años.

Fuentes policiales indicaron que posiblemente el origen de la enajenación mental del agente de seguridad se debiera a la notificación de su traslado a otro lugar.

Sin embargo, Ramos dijo que "no hubo ninguna petición" del secuestrador, aunque se intentó entablar "contacto verbal" con él durante las horas del suceso.

En la negociación para convencerle de que se entregara y pusiera fin a su acción participaron incluso su hijo, su hija y su esposa, cuyo nombre no fue revelado, al igual que expertos de la Fiscalía General de la República y del Organismo de Investigación Judicial.

El ministro Ramos negó que la policía hubiera disparado al penetrar en la sede diplomática.

"No hubo ninguna acción de fuerza de la policía", aseguró el responsable de Seguridad costarricense.

El ministro de la presidencia, Ricardo Toledo, indicó que el presidente de Costa Rica, Abel Pacheco, expresó sus condolencias a su colega de Chile, Ricardo Lagos.

A su vez, el canciller Roberto Tovar manifestó que tanto el pueblo como el gobierno costarricense están "profundamente doloridos" por esta tragedia y dijo que expresará su pesar a su colega chilena, Soledad Alvear.

Esta tragedia se produjo mientras se encontraba en Costa Rica el ministro chileno del interior, José Miguel Insulza, quien incluso participó en el "comité de crisis", según Toledo.

Insulza llegó Costa Rica el pasado fin de semana invitado por el Ministerio de Comercio Exterior para exponer la experiencia chilena en la apertura comercial.

Las autoridades costarricenses trataban de determinar las causas que llevaron a un Guardia Civil a asesinar la tarde del martes a tres diplomáticos de la embajada de Chile en esta capital y posteriormente suicidarse, en un hecho que conmocionó a la ciudadanía de ambos países.

El Guardia Civil Orlando Jiménez, de 54 años, asesinó con un fusil M-16 al cónsul Cristhian Yuseff, al primer secretario Roberto Nieto y a la secretaria del agregado cultural, Rocío Sariego.

Antes dispararse en la barbilla, Jiménez habría intentado asesinar otros siete funcionarios que se refugiaron en una oficina, de donde fueron rescatados por las autoridades hacia la medianoche.

El presidente Abel Pacheco se mostró este miércoles "dolido y consternado" por la matanza y decretó tres días de duelo nacional y anunció para las 18H00 locales (00H00 GMT) una misa de Estado en la Catedral Metropolitana para honrar a los fallecidos.

"Mi dolor es grande, estas cosas me aflijen mucho y que pasen con una nación tan querida como Chile, pues me duele aún más", manifestó el presidente Abel Pacheco, quien ofreció una conferencia de prensa en compañía del ministro de Seguridad, Rogelio Ramos, y de la Presidencia, Ricardo Toledo.

Pacheco dijo que era "imposible" prever lo que ocurriría, porque el policía Orlando Jiménez, autor de la masacre, era un "ciudadano ejemplar" que problablemente llegó a sufrir una depresión o una psicosis que lo llevó a cometer el crimen.

En Santiago, el presidente Ricardo Lagos decretó este miércoles dos días de duelo oficial por los tres diplomáticos asesinados.

"Es triste para Chile y para el servicio exterior", dijo Lagos visiblemente afectado, en un encuentro con la prensa en el palacio presidencial de La Moneda.

Según trascendió este miércoles, la embajada de Chile había solicitado el traslado del policía, por razones que se desconocen, lo que le fue comunicado el mismo martes, afirmó el ministro de Seguridad Pública de Costa Rica, Rogelio Ramos.

El funcionario explicó que esa notificación pudo haber constituido el disparador de una "una situación mental grave" que no fue detectada previamente por sus superiores.

En Chile, el vocero del Gobierno, Francisco Vidal, dijo que un teléfono permaneció en directa comunicación con Santiago durante todo el incidente, pues Nieto hablaba con una periodista del Ministerio del Interior en Chile, en momentos en que ingresó Jiménez.

"Eso permitió la colaboración del Gobierno de Chile con la policía de Costa Rica, que tuvo en forma permanente lo que ese teléfono abierto podía escuchar", agregó el funcionario.

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