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Continúan las protestas en Ecuador

El Congreso de Ecuador se compromete a reconstituir la Corte Suprema, pero las protestas continúan y exigen la renuncia de Gutiérrez.
18 Abr 2005 – 12:00 AM EDT
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Tras casi seis horas de fuertes debates, el Parlamento unicameral dejó sin efecto, por unanimidad, una resolución adoptada por la Cámara el pasado 8 de diciembre, cuando destituyó a los jueces de la Corte Suprema y designó a otros en su lugar, decisión que generó una aguda crisis política en el país.

La decisión deja una vacancia en la máxima Corte del país, mientras los parlamentarios integran una comisión especial para calificar y designar a los nuevos 31 magistrados.

Expertos señalaron que, aunque se podría generar todavía algún debate sobre las connotaciones jurídicas, el pronunciamiento del Parlamento puede dejar sin validez varias decisiones adoptadas por el presidente de ese organismo, Guillermo Castro, algunas de ellas duramente cuestionadas por la oposición.

El retorno de Bucaram

Castro anuló hace unos días procesos penales por supuestos hechos de corrupción contra dos ex presidentes y un ex vicepresidente que se encontraban asilados en el exterior, permitiendo su regreso al país.

El fallo permitió el retorno al país del ex presidente Abdalá Bucaram, presidente el Partido Roldosista de Ecuador (PRE), un fuerte aliado del presidente Gutiérrez.

Bucarán buscó asiló en Panamá en 1997, tras ser depuesto por acusaciones de peculado y enriquecimiento ilícito, pero los cargos fueron anulados la semana pasada por la Corte Suprema de Justicia, fallo que desató las actual crisis.

Habrá nuevos jueces

El Parlamento también decidió impedir que los jueces que fueron nombrados después del 8 de diciembre, así como los que ejercían antes de esa fecha, puedan recuperar sus cargos.

Para reconstituir la Corte Suprema, el Congreso se comprometió a buscar instrumentos y mecanismos para que sea transparente y limpia la elección de los futuros magistrados.

La decisión también desautoriza un acuerdo sellado el sábado entre el presidente del Parlamento, Omar Quintana, y el presidente de la República, Lucio Gutiérrez, quien pretendía que la Cámara cesase a la Corte Suprema y aprobara unas reformas legales que permitían reorganizarla.

Gutiérrez disolvió la Corte Suprema la noche del viernes, cuando también declaró el estado de excepción en Quito, pero veinte horas más tarde revocó su decreto por petición de Quintana y fuertes presiones internacionales, y explicó que usó ese recurso para poder cesar al alto tribunal.

El mandatario explicó que el presidente del Parlamento se había comprometido a tramitar en el Legislativo su decisión de cesar a la Corte Suprema y de reformar la Ley Orgánica de la Función Judicial, con el ánimo e buscar la despolitización de ese poder del Estado.

Pero el acuerdo no fue cumplido por Quintana. El presidente del Congreso votó el domingo por la propuesta de la oposición para solucionar la grave crisis por la que atraviesa el país, decisión que dejó a Gutiérrez en una situación política aún más precaria de la que se encontraba el viernes.

El compromiso se logró tras un inusual consenso de oficialistas y opositores, que estaban presionados por los miles de manifestantes que se apostaron anoche cerca de la sede del Congreso para vigilar la conducta de los legisladores, mientras aumentaban las protestas que exigen la renuncia de Gutiérrez y también de los diputados.

Siguen las protestas

Pese a que la Cámara logró unirse no consiguió calmar el malestar de los manifestantes, quienes consideran que los diputados no han obrado en beneficio del país, sino para proteger sus cargos amenazados por las protestas ciudadanas que han ido creciendo en intensidad y convocatoria.

Las manifestaciones en la capital y otros puntos del país protestas son organizadas por ciudadanos indignados con los políticos. Para el lunes se espera una nueva jornada de manifestaciones, en las que se acusa a Gutiérrez, a la clase política y a los jueces de "corruptos y mentirosos".

La agitación social estalló el miércoles pasado cuando unos mil ciudadanos se coordinaron para acudir a una concentración en la sede de la Corte Suprema, donde hicieron sonar sartenes y cacerolas en señal de repudio a ese organismo estatal.

La concentración se organizó de forma espontánea por ciudadanos que usaron la señal de una emisora de la capital, "Radio la Luna", para propagar su protesta.

Desde globos hasta palos

Al día siguiente, se organizó por el mismo canal un "reventón" de globos, que congregó a más de 7 mil ciudadanos, y el viernes un "tablazo" (por los trozos de madera), que reunió a unas 15 mil personas, según cálculos de medios periodísticos.

El sábado, cuando regía el estado de excepción, los manifestantes protagonizaron el "rollazo", y extendieron tiras de papel higiénico para simbolizar el propósito de "limpiar el país".

Esa protesta se extendió durante todo el día y, al filo de la medianoche, llegó a rozar las puertas del Palacio presidencial de Carondelet, donde los manifestantes, entre los que había un fuerte número de niños, fueron disueltos con gases lacrimógenos por la Policía.

Entre la espada y la pared

Los manifestantes quiteños esperan para hoy lunes el apoyo de otras protestas anunciadas en las ciudades de Guayaquil, Cuenca, Riobamba e Ibarra, así como la intervención de los indígenas, que tienen previsto cortar carreteras del interior del país.

Los participantes confían en lograr la suficiente fuerza para demostrar a Gutiérrez que no son pocos los que quieren que renuncie al cargo.

El presidente minimizó las protestas de Quito y afirmó que los participantes en las marchas no han sido más de 20 mil, por lo que dijo que apenas el 1 por ciento de los dos millones de habitantes de la capital se ha manifestado de forma activa.

Gutiérrez asegura que no renunciará a la presidencia de Ecuador.

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