El 6 de abril de 1994 el avión donde viajaba el presidente Juvenal Habyarimana fue derribado y el gobierno hegemónico de origen hutu –a la que pertenecía el mandatario– culparon a sus rivales, los tutsis. El intento por exterminar a la población de esta etnia comenzó al día siguiente y duró hasta julio de ese año. Dejó cerca de un millón de víctimas y eso la convirtió en una de las peores masacres de la historia de la humanidad.