El próximo 25 de agosto entrará en vigor la ley aprobada en Texas que convierte al aborto en un delito grave y la única excepción para realizarlo será en caso de que la vida de la madre esté en peligro. Además, la iniciativa aumenta las acciones penales y civiles contra quienes practiquen este procedimiento. Dicha acción ha causado que clínicas y proveedores de abortos, como Planned Parenthood y Whole Woman's Health, comiencen a cerrar sus puertas por temor a represalias legales.
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