Jorge Ramos comenta: Volar es un acto de fe

El periodista Jorge Ramos cuenta la odisea que vivió en su último viaje a una lejana isla del Pacífico.

Un Avión de AirAsia similar al accidentado en el mar de Java, Indonesia, a finales de diciembre de 2014.
Un Avión de AirAsia similar al accidentado en el mar de Java, Indonesia, a finales de diciembre de 2014.
Imagen Getty Images

Por Jorge Ramos Avalos

PUBLICIDAD
Volar en un avión es lo más parecido a la religión. Exige un triple acto de fe: en el piloto, en las condiciones de la aeronave y en el clima propicio el día del vuelo. En la mayoría de los casos no hay manera de verificar el entrenamiento del piloto, el mantenimiento de la nave, ni los mapas de navegación. Y, aun así, nos subimos. Por pura fe. Eso mismo hicieron las 162 personas que murieron hace unos días en el accidente del avión de AirAsia cerca de Indonesia.

Lo confieso: no soy religioso pero tengo fe en los aviones. No es una fe ciega. Vivo plagado de dudas, sobre todo cuando hay turbulencia. Pero generalmente confío en que los aviones me pueden llevar del punto A al B sin matarme. Hasta hoy no me han fallado; una aerolínea me acaba de enviar una tarjeta que comprueba que he volado con ellos más de dos millones de millas.

Soy un viajero frecuente irredimible, un pecador del aire y le rezo más a los ingenieros que a Dios. Cuando hay problemas en el aire no digo: “virgencita sálvame de esta”. Sino: “espero que el técnico que reparó el motor derecho del avión sea muchísimo más listo que los presidentes que he conocido.”

Mi último noticiero
Jorge Ramos

“Al decir esta noche mis últimas palabras en el noticiero, me quedé pensando en todo lo que me queda por delante. Después de todo, los periodistas nunca se retiran. Estamos condenados toda la vida a perseguir noticias, a perseguir lo nuevo”. <br/>

Mi último noticiero

Opinión
8 mins
Inventando otro Macondo
Jorge Ramos

“El reto de la serie era, en el mejor de los casos, complementar al libro y dar una visión, entre millones, de cómo era la vida en Macondo. Y lo logra. Agradezco las narraciones tomadas íntegramente del libro y las magníficas actuaciones marcadas por las páginas más que por las improvisaciones”.

Cómo vencer a Trump
Jorge Ramos

<b>“</b>En la cabeza de Trump todo conspira para demostrar su poder. Ganó la elección y el voto popular, se desvanecen los juicios en su contra, y legalmente se siente protegido para hacer lo que se le pegue la gana. Se siente en el tope. Es en este contexto que Trump amenazó con la imposición de aranceles contra México, Canadá y China”.

Cómo vencer a Trump

Opinión
5 mins
En México nadie sabe cómo
Jorge Ramos

<i>“Duele pero hay que decirlo: en México nadie sabe cómo detener la violencia. Si lo supieran, ya lo hubieran intentado. Lo que hemos visto desde la época de Felipe Calderón, cuando se declaró la guerra contra los narcos, son distintos experimentos -todos fallidos- para enfrentar la violencia”.</i>

La cruel y tonta idea de las deportaciones masivas
Jorge Ramos

<i>“Causarán un daño irreparable a miles de familias y a la economía estadounidense. No se trata de expulsar a los indocumentados sino de integrarlos a este país. Sería mucho más barato y efectivo. Pero Trump y sus asesores solo se oyen a sí mismos”.</i>

Trump: una amenaza para México
Jorge Ramos

“Hay mucho que negociar antes que Trump tome posesión el 20 de enero. Pero el peligro de deportaciones masivas, aranceles y hasta de operaciones militares en su territorio ha puesto en alerta a la nueva presidenta de México. Sheinbaum y Trump ya hablaron y se dijeron esas cosas huecas que se dicen los presidentes por teléfono”.

Y si los latinos deciden la elección…
Jorge Ramos

“La realidad es que cada vez hay más votantes latinos. Este año hay 36.2 millones de hispanos elegibles para votar, casi cuatro millones más que en 2020, según el centro Pew. Y aunque no todos van a salir a votar, los que lo hagan serán suficientes para definir quién será el próximo presidente o presidenta de Estados Unidos”.

El enemigo perfecto
Jorge Ramos

“Gane quien gane la elección en Estados Unidos, las cosas van a empeorar para los recién llegados. Los inmigrantes son el enemigo perfecto en esta campaña electoral. Son muy vulnerables, lo dejaron todo en su país de origen y no se pueden defender de los ataques injustificados de los políticos que solo quieren ganar votos”.

El enemigo perfecto

Opinión
5 mins
  El mundo imaginario de Donald Trump
Jorge Ramos

&quot;En este caso, nos toca apuntar y corregir todas las mentiras que Trump ha dicho -y que sigue diciendo- sobre los inmigrantes, sobre la insurrección del 6 de enero del 2021 y sobre todos los esfuerzos ilegítimos por negar los resultados de las elecciones del 2020. Las democracias mueren, primero, desde dentro&quot;.

Por la familia, todo: Ruben Gallego sobre su candidatura para ser el primer senador latino de Arizona
Rubén Gallego

&quot;A los 14 años, vi a mi familia y a mi comunidad y me dije: hay un futuro mejor para nosotros; podemos progresar y las cosas pueden mejorar. Todo lo que hago y lo que soy tiene sus raíces en mi comunidad latina, y me llena de humildad poder llegar a representar a nuestra comunidad en el Senado. Es un deber que asumiré con orgullo y mucho honor.&quot; Read this content in <a href="https://www.univision.com/univision-news/opinion/por-la-familia-todo-ruben-gallego-on-running-to-be-arizonas-first-latino-senator" target="_blank" link-data="{&quot;cms.site.owner&quot;:{&quot;_ref&quot;:&quot;00000147-f3a5-d4ea-a95f-fbb7f52b0000&quot;,&quot;_type&quot;:&quot;ae3387cc-b875-31b7-b82d-63fd8d758c20&quot;},&quot;cms.content.publishDate&quot;:1726508152821,&quot;cms.content.publishUser&quot;:{&quot;_ref&quot;:&quot;0000017b-d1c8-de50-affb-f1df3e1d0000&quot;,&quot;_type&quot;:&quot;6aa69ae1-35be-30dc-87e9-410da9e1cdcc&quot;},&quot;cms.content.updateDate&quot;:1726508152821,&quot;cms.content.updateUser&quot;:{&quot;_ref&quot;:&quot;0000017b-d1c8-de50-affb-f1df3e1d0000&quot;,&quot;_type&quot;:&quot;6aa69ae1-35be-30dc-87e9-410da9e1cdcc&quot;},&quot;link&quot;:{&quot;target&quot;:&quot;NEW&quot;,&quot;attributes&quot;:[],&quot;url&quot;:&quot;https://www.univision.com/univision-news/opinion/por-la-familia-todo-ruben-gallego-on-running-to-be-arizonas-first-latino-senator&quot;,&quot;_id&quot;:&quot;00000191-fbe7-dddd-a5f7-ffef61bf0000&quot;,&quot;_type&quot;:&quot;ff658216-e70f-39d0-b660-bdfe57a5599a&quot;},&quot;linkText&quot;:&quot;english&quot;,&quot;_id&quot;:&quot;00000191-fbe7-dddd-a5f7-ffef61bb0000&quot;,&quot;_type&quot;:&quot;809caec9-30e2-3666-8b71-b32ddbffc288&quot;}">english</a>.

Por mi profesión -y por esas malditas ganas de viajar lejos del lugar donde nací- le he dado la vuelta al mundo varias veces. Pero llevo bien cargada mi maleta de sustos. Hace poco viví uno de los más grandes.

Me fui a Bora Bora, en la mitad del océano pacífico, para las vacaciones de fin de año. Es, sin duda, la isla más bella del planeta y una de las más aisladas. Casi el paraíso. Mi equivocación fue no darme cuenta que decidí viajar en plena temporada de lluvias.

PUBLICIDAD

Me subí en un gigantesco y moderno Boeing 777 de Los Angeles a Papeete, la capital de Tahití. Casi nueve horas después, en medio de una tormenta y cuando estábamos a solo unos metros de la pista del aeropuerto internacional, el piloto abortó el aterrizaje y aceleró con furia para volver a tomar altura. “Vientos muy fuertes”, dijo con calma. Aterrizamos sanos y nerviosos en el segundo intento. Eso, lo sabría después, era solo un adelanto del horror de la tarde.

Hice la conexión para volar en un avión de hélices los 45 minutos que separan a Papeete de la isla de Bora Bora. Luego de un retraso de siete horas y tras una lluvia torrencial, despegamos a las cinco de la tarde. Grave error. La visibilidad era casi nula y la turbulencia constante. Volamos, los cerca de 60 pasajeros, entre nubes grises y amenazantes. Aterrizar en medio de un tropical y feroz aguacero parecía imposible; regresar un suicidio. El piloto trató de aterrizar en la pequeña pista de Bora Bora pero al darse cuenta que íbamos al desastre abortó el intento. Era mi segundo del día.

El piloto, con una aeronave que parecía desbaratarse, se volvió a incrustar en las nubes cargadas de rabia y agua. Fuera de mi ventana solo veía blanco y gotas de lluvia, como balas, golpeado el vidrio. Apreté mi cinturón de seguridad hasta que no dio más. Perdí el sentido de la orientación mientras unos pasajeros lloraban y otros gritaban. Si el infierno existiera, así sería: una angustia creciente que no acaba de reventar. No sabía si íbamos hacia arriba o hacia abajo. Me sentía como frijol en licuadora. Esperaba un golpe, tremendo, en cualquier momento. Le recé al piloto: “ojalá que él si sepa dónde estamos”, y a quienes hicieron ese avión: “que no le falle el radar, por favor, por favor, y que no se rompa por la mitad”. Fueron unos 15 minutos de absoluta agonía.

PUBLICIDAD

Mis rezos funcionaron. Los instrumentos de navegación pusieron al avión, una vez más, frente a la pista de Bora Bora y el piloto, con bravura y burlando la tormenta, lo bajó sin estrellarse. Yo, claro, fui el primero en aplaudir con las palmas empapadas. Decenas más me siguieron.

Nada es igual después de vivir una experiencia así. Te prometes no volver a quejarte nunca más en la vida. Este es mi tercer gran susto aéreo: el primero fue durante la guerra del Golfo Pérsico, en 1991, cuando dejó de funcionar uno de los motores de un avión C-130; el segundo en el 2000 cuando una avioneta "que me llevaba en Venezuela a entrevistar al presidente Hugo Chávez- se llenó de humo y tuvo que aterrizar de emergencia.

A pesar de todo, sigo volando. El avión, para mí, es el más maravilloso invento de la humanidad. Es, casi, una máquina del tiempo. Te encierras unas horas y apareces en otro lado del mundo.

Me enteré de la desaparición del vuelo de AirAsia minutos antes de treparme en un avión por casi cinco horas. No dudé en subirme. Llevo toda mi vida apostando a que mis aviones "y los de mi familia- no se van a caer. Esa es mi fe. En eso creo. Mostré mi pase de abordar y me metí al avión. Pero al sentarme, junté mis palmas y me di cuenta que ya me estaban sudando.

Relacionados: